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VÍCTOR LÓPEZ SAAVEDRA - MÉXICO

Experto en cooperación e investigación para el desarrollo, gestor experimentado de alianzas y proyectos, trabajó en Asia y en Europa para varios organismos hasta llegar a México, donde actualmente es responsable del área de comercialización agrícola en el CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo)

“Es esencial mantener y promover el interés en el sector primario por parte de profesionales de distintos campos del conocimiento; la interdisciplinariedad podría ser nuestro salvavidas”

Texto: Javier de Francisco © Las tensiones, las líneas rojas y el casi invisible punto de encuentro entre productores agrícolas y la agroindustria forman parte del día a día profesional de Víctor López Saavedra, quien cuenta con 15 años de experiencia laboral en torno al comercio internacional y la cooperación para el desarrollo. Su primer acercamiento al sector agroalimentario se produjo en Roma, trabajando durante cinco años en distintos proyectos de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Desde 2013, asume crecientes responsabilidades en CIMMYT, un centro internacional de investigación agrícola con sede global en México y actividades en América Latina, África y Asia, entre cuyos financiadores se encuentra Bill Gates. Actualmente coordina un grupo de proyectos sobre abastecimiento responsable, para el que negocia la implicación de multinacionales como Kellogg, Nestlé o Bimbo, desarrollando nuevas “reglas del juego” hacia la sostenibilidad y una mejor distribución de los recursos. “Me enorgullece trabajar en el desarrollo de un comercio agrícola más responsable y justo. Creo firmemente que solo trabajando mano a mano con la industria agroalimentaria podemos validar otros modelos productivos y de integración comercial”, asegura. El doble nexo de Víctor López Saavedra con Galicia es la localidad de la que es originaria su madre, el municipio ourensano de O Bolo, y A Coruña, la ciudad en la que creció y se escolarizó, iniciando una formación que continuaría en Murcia, Italia, Estados Unidos y China (beca de internacionalización), y la urbe gallega a la que regresa desde Ciudad de México al menos una vez al año.

Texto: Javier de Francisco ©

Llevas fuera de Galicia desde 2002, cuando finalizaste tus estudios en la Universidad de A Coruña. ¿Eres originario de A Coruña?

Siempre digo que tengo doble nacionalidad. Nací en Murcia en ese año que marca el límite entre la generación X y la generación Y (millenials). Soy hijo de una gallega y de un murciano. Mi madre se trasladó de punta a punta de la Península en búsqueda de aire fresco; sin embargo, cuando yo tenía 3 años nos mudamos a A Coruña y allí crecí con mi familia hasta que los estudios, las oportunidades laborales y ese irrefrenable impulso emigrante me llevó a hacer las maletas de nuevo. Todavía a día de hoy, A Coruña es el lugar donde más años he vivido, y a donde regreso al menos una vez al año; no dejo que adelgace mi vínculo con Galicia.

Estudiando Marketing en San José, California USA

Por tu formación universitaria inicial, tu futuro profesional parecía encaminado hacia el Derecho o hacia el Marketing y las Relaciones Públicas. Sin embargo, te has especializado en el sector primario y en commodities como el maíz y el trigo (FAO y CIMMYT). ¿Has buscado ese giro o ha sido un cúmulo de circunstancias?

Efectivamente, durante la primera parte de mis estudios, completé las carreras de Derecho y una Licenciatura de Segundo Ciclo en Publicidad y Relaciones Públicas (precisamente en A Coruña y Murcia). Lo que me atraía por entonces era la incidencia en el comercio internacional, convencido de que otro modelo era posible. Estudié en Italia y en Estados Unidos antes de vivir mi primera experiencia laboral fuera de Europa, en China, gracias a una beca de internacionalización. No busqué nunca necesariamente el sector agroalimentario, pero son ya más de 10 años que trabajo en el mismo y me encuentro muy satisfecho y realizado. He tenido la oportunidad de ir compaginando estudios de especialización con las temáticas que he afrontado en lo laboral. A día de hoy, me enorgullece trabajar en el desarrollo de un comercio agrícola más responsable y justo para todos los que participan en el mismo.

En viaje de trabajo con la FAO en Gujarat, India

¿Cuál es la función básica de una entidad relativamente desconocida en España, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, con sede en México, y en qué consiste tu trabajo en ese organismo?

El CIMMYT es un centro internacional de investigación agrícola. Efectivamente, es quizás más conocido en países como en India que en el propio país que acoge su sede, México. La misión principal del CIMMYT es aprovechar la ciencia para mejorar la calidad de vida de los miles de millones de personas que producen o consumen maíz o trigo en el mundo, que son dos de los tres cultivos más importantes para la alimentación del planeta (principalmente, alimentación humana, pero también como alimento para animales). Es responsabilidad del Centro trabajar en red con instituciones públicas y privadas en todo el mundo para llevar a cabo su misión. Trabajo en el desarrollo de alianzas estratégicas y lidero el área de vinculación de productores con mercados, enfocándonos principalmente en América Latina, África y Asia. Para el que sienta curiosidad, son varios los centros, como CIMMYT, que buscan asegurar a nivel global un suficiente abasto de alimentos, la conservación de la biodiversidad y un manejo óptimo de los recursos naturales; estos centros se integran en el CGIAR, un organismo vertebrador cuya importancia puso de relevancia recientemente Bill Gates (Ver Enlace), uno de nuestros principales valedores.

Sala de reuniones en la FAO, Roma, Italia

¿Cuáles son los principales proyectos en los que has trabajado y en cuáles estás centrado actualmente?

He trabajado en multitud de proyectos desde que estoy en el sector de la cooperación y la investigación para el desarrollo. Por ejemplo, en la FAO iniciamos hace más de diez años una iniciativa global para mejorar las condiciones de producción y comercio global del plátano (la fruta más comercializada a nivel mundial), el World Banana Forum (WBF). Fue algo muy emocionante por la realidad de las relaciones interpersonales y las historias de vida que se entrelazan con el trabajo constantemente. Hoy el WBF sigue dando pasos importantes para el bienestar de las comunidades que trabajan con ese producto a través de la única fórmula de éxito que conozco: diálogo, transparencia y compromiso. Actualmente, coordino una cartera de proyectos con el sector privado muy ilusionante en torno al tema del Abastecimiento Responsable. Un concepto que hemos visto en varios espacios, pero que hemos redefinido en CIMMYT para implementar en la práctica –más allá de declaraciones de intenciones o ejercicios retóricos - cadenas de producción y distribución más sostenibles. Creo firmemente que solo trabajando mano a mano con la industria agroalimentaria podemos validar otros modelos productivos y de integración comercial; es por ello que hoy interactúo constantemente con representantes de empresas como Kellogg, Nestlé o Bimbo.

Participación como ponente en un foro sobre Energía, México

En España, país agrícola por excelencia, ¿faltan organismos y organizaciones del estilo del CIMMYT? ¿En general está bien desarrollado el sector?

Uno de los temas que más a menudo abordo en mi trabajo es la innovación, que permea todo, desde las relaciones sociales, a la tecnología o la comunicación. Otro aspecto que me ocupa a menudo es el de la promoción de la competitividad. España ha evolucionado de forma muy positiva en las últimas décadas, en particular en el siglo XXI. Ha habido apuestas exitosas desde lo público y lo privado en tecnología (I+D+i), en infraestructura y en el desarrollo de competencias técnicas, que son tres vértices clave e interdependientes. La innovación y la competitividad productiva en materia agrícola en España son conocidas en la Unión Europea y cada vez en más mercados extracomunitarios. No obstante, es necesario seguir creciendo; tenemos la oportunidad de afirmarnos como una potencia en el ámbito de la agricultura sostenible y algunos de sus sectores afines, como la energía renovable. Faltan quizás algunos organismos de perfil internacional, pero eso no debería ser obstáculo para lograr los objetivos mencionados si se dan la necesaria atención, inversión y coordinación de esfuerzos.

Plaguicidas, transgénicos, especulación en la cotización, precios, competencia entre países productores, aranceles, guerras comerciales... ¿Cuáles son ahora mismo los principales focos de tensión para alimentos tan básicos como el maíz y el trigo?

El maíz y el trigo operan como commodities en los mercados internacionales, pero eso no debe hacernos olvidar que estamos hablando de alimentos que suponen la primera fuente de calorías y proteína para cientos de millones de personas. No todo vale en la producción agrícola, y mucho menos en los mercados. Debería haber mayor cooperación entre los reguladores para marcar líneas rojas en relación con lo que no se debería admitir como prácticas productivas. Aun asumiendo que cada país tiene su propia política en materia de calidad e inocuidad alimentaria, necesitamos mayor consenso y una adherencia más estricta a los datos que la ciencia ofrece que lo que opiniones poco fundadas, o de partes interesadas, puedan expresar. Debemos reducir los insumos innecesarios, en ocasiones caros además de poco saludables, y centrarnos en conocer más íntimamente a nuestros cultivos y nuestros recursos productivos (suelo y agua, principalmente); cuanto mayor sea ese conocimiento y ese respeto, mejores resultados tendremos. Por último, mencionaré el tema de las dietas; me parece inasumible que se polaricen cada vez más a nivel global los extremos de desnutrición y sobrepeso. El sector público debe poner atención sin duda a la educación en este tema.

Algunos compañeros de estudios del Executive Master in Management of International Organizations (EMMIO), Milán, Italia

En Galicia contamos con centros de investigación, como Lourizán, y otros con vinculación a la Administración Autonómica y a las universidades. ¿Tenemos una buena estructura para reimpulsar el sector primario?

El sector primario en Galicia, y en el contexto europeo en que se desarrolla, se enfrenta a muchos retos. Los desafíos propios del medio ambiente, plagas y enfermedades, aumentan en su complejidad al combinarse con crecientes factores de incertidumbre, como el clima o los mercados. Ante estas ecuaciones, de difícil formulación, hace falta rigor, investigación y el desarrollo de una capacidad predictiva y hasta prescriptiva. Es decir, tanto en materia forestal –como en el caso de Lourizán-, como en pesca –recordemos que Galicia es sede de la Agencia Europea de Control de la Pesca-, ganadería o producción agrícola, existen muchos factores que pueden traducirse a números, a grandes números (big data) que, analizados de la forma adecuada, nos permitirán prever, reaccionar y, en definitiva, prepararnos mejor ante cualquier reto. Es esencial mantener y promover el interés en el sector primario por parte de profesionales de distintos campos del conocimiento, la interdisciplinariedad podría ser nuestro salvavidas.

En un taller de trabajo con colegas del CIMMYT en Nairobi, Kenya

Durante la crisis, en Galicia se ha hablado mucho de que el rural tiene potencial para atraer a la población joven y para emprender. ¿Crees en esa alternativa de futuro, cuando hay falta de servicios, envejecimiento de población y agonía del medio rural?

Estoy convencido de que lo rural no debe ser lo opuesto a lo urbano, sino un complemento. Sabemos que las ciudades no pueden prosperar sin los insumos del campo y del mar, así que se trata de identificar alternativas, oportunidades laborales (incluyendo el autoempleo) e incentivos para que el ámbito rural se integre de forma más armoniosa en nuestra sociedad, aumentando de paso la contribución del sector servicios en este contexto. Durante las últimas décadas hubo una fractura fuerte, sin embargo, cada vez más elementos (como la tecnología o las mejoradas vías de comunicación) facilitan ahora una vuelta a esos espacios que nos hacen más humanos. Cada uno deberá buscar su motivación y su equilibrio, sin embargo, la Administración pública debe continuar ofreciendo programas adecuados para reactivar el medio rural, que, por otra parte, es nuestra principal fuente de identidad y define a Galicia de forma especial.

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