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LUCÍA VARELA - MÉXICO

Ingeniera técnica industrial en Electricidad, Máster en Ingeniería de la Energía y consultora técnica y regulatoria

“En la Administración no encuentro puestos a mi medida en Galicia, y en cambio mi perfil sí es demandado en País Vasco, Valencia o Madrid”

Su formación, especialización y trayectoria profesional en Alemania y México, en un sector tan cambiante y exigente de conocimiento como el energético y la sostenibilidad, tendrían que ser una garantía de acceso y estabilidad en la Administración Pública gallega, pero la apertura de puertas e instituciones se le resiste en su tierra. No así el sector privado. Tras regresar de México, en donde fue directora de Confiabilidad y Expansión de la Red en la Comisión Reguladora de Energía del país, a comienzos de 2020 se estableció en su ciudad, A Coruña, en donde ejerce como consultora técnica y regulatoria. Lucía Varela, con origen familiar en Curtis (A Coruña), reconoce con cierto grado de frustración que “mi perfil profesional en Galicia estaría más indicado para apoyar a la Administración Pública, en la que no encuentro puestos a mi medida en Galicia. En cambio, he notado que mi perfil sí es demandado en el País Vasco, Valencia o en Madrid”, destaca. Ingeniera técnica industrial en Electricidad y Máster en Ingeniería de la Energía, en 2010 se afincó en Alemania, con una dilatada trayectoria en proyectos de construcción de plantas fotovoltaicas y de eficiencia energética. En 2016, coincidiendo con el inicio del Mercado Eléctrico de Corto Plazo en México, envió solicitud y fue seleccionada por la Comisión Reguladora de Energía como directora de Confiabilidad y Expansión de la Red. “Mi pasión latente por el servicio público terminó de brotar en México. Ha sido un enorme honor tener la oportunidad de servir en ese país”, ensalza después de esa reciente etapa en América. Su regreso profesional a Galicia ha estado influenciado por la pandemia y por los lazos familiares. Apostó de lleno por el ámbito de la consultoría técnica y regulatoria, con orientación a medianas y pequeñas comercializadoras, distribuidoras, empresas con alta demanda energética, comunidades de vecinos, ayuntamientos y cooperativas. Lucía Varela asegura que la aportación de un consultor energético “es más determinante que nunca a nivel administración local y de comunidad, residencial y pequeño comercio”, por la escalada de precios y el cambiante marco regulatorio, y avanza que “en temas como la energía, el cooperativismo será fundamental para maximizar los beneficios de los ciudadanos”.

Texto: Javier de Francisco ©

Has vivido en Alemania y en México, y actualmente trabajas en tu ciudad, A Coruña, como consultora técnica sobre integración de energías renovables. ¿En tu regreso ha influido la pandemia?

Mi pueblo de origen es Curtis (A Coruña), pero sí, desde hace mucho tiempo, mi familia y amigos viven ligados a la ciudad de A Coruña, y, por lo tanto, yo también. Me fui en el 2007 a Alemania (antes del boom de españoles en el país, por la crisis) de Erasmus, me mudé definitivamente en el 2010 y desde entonces pasé casi 7 años en Alemania y 3 en México. En mi decisión de volver a Europa, la pandemia no afectó. A principios del 2019 ya había decidido regresar a finales de ese año. Aunque justo cuando me preparaba para dejar México recibí ofertas laborales muy interesantes de una organización civil relacionada con cambio climático y una gran empresa de renovables española que me hicieron dudar.

En lo que sí influyó la pandemia fue en mi decisión de quedarme en España. Cuando volví pasé un tiempo en España de descanso en plena cuarentena. Después debía decidir si quedarme o regresar a Alemania, y creo que la situación de pandemia decidió por mí. En ese momento el contexto me animó a quedarme cerca de mi núcleo familiar. De todas maneras, desde que me fui de España en el 2007, siempre había pensado en volver algún día, solo que no esperaba hacerlo tan pronto. Las cosas se dieron así y decidí hacerlo antes de lo planeado. Hoy todavía no me arrepiento; aunque las condiciones y las oportunidades de trabajo en España no son tan interesantes como las que tuve fuera, disfruto mucho viviendo de nuevo cerca de mi familia, especialmente de mis dos sobrinas de 9 y 11 años, organizando excursiones juntos, y de mis amigas de la infancia.

No descarto volver a irme, creo que dependerá mucho de mi situación laboral que espero se defina en Galicia en este 2022. Desde 2020 soy consultora autónoma, e intento trabajar con la Administración Pública en Galicia aportando en la transición energética, que es mi gran vocación. Mi proyecto fin de carrera hace más de 12 años lo realicé orientado en la cooperación internacional y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, que no eran tan populares como los actuales Objetivos de Desarrollo Sostenible, que son la continuación de los primeros. Me gustaría pensar que hay un cambio de conciencia y no solo que la gran cantidad de subvenciones abiertas en esta línea han despertado el interés oportunista que no pretende comprometerse con la sostenibilidad (greenwashing). Por ello considero muy importante la necesidad de consultorías a la Administración que ayuden a diferenciar a los potenciales beneficiaros de dichas subvenciones formados y experimentados en transiciones energéticas justas y sostenibles del intrusismo oportunista, que no cumplirá con la sostenibilidad.

Espero que la Administración convierta a estos primeros en sus aliados para alcanzar los compromisos políticos marcados a nivel internacional en temas de sostenibilidad. Sería muy triste que esta oportunidad de inversión de dinero público, posiblemente única, fuese mal aprovechada por el intrusismo oportunista, que muy posiblemente no apoye la sostenibilidad, sino la oportunidad, y la inversión pública fracase en la obtención de los objetivos marcados en la línea política establecida. Desde el 2020 no he visto que este servicio de consultoría se licitase por parte de las administraciones regionales y locales en un concurso público al que presentarse. Espero al menos lo hagan internamente.

Lucía Varela en la Plaza de los Constituyentes en México

¿Qué te han aportado formativa y profesionalmente tus dos experiencias en Alemania y México? ¿Han sido muy diferentes, por las divergencias del sector energético y del sistema regulatorio entre ambos países?

Definitivamente la aportación formativa y profesional en Alemania y después en México han sido importantísimas en mi perfil profesional actual. En Alemania, después de más de un lustro trabajando en el sector de la generación renovable, principalmente fotovoltaica, y de eficiencia energética, retomé el mundo académico para estudiar un Máster en Ingeniería de la Energía, durante dos años, donde me centré en el mercado de la energía eléctrica. Ha sido la experiencia académica más importante que he tenido. El Máster se desarrolló en un entorno internacional, en la integración de la industria y la I+D+i.

Este ambiente fue como un parque de atracciones para una ingeniera curiosa como yo. Todavía recuerdo mi primer año de carrera en la Escuela Politécnica Superior de Ferrol y un alumno (que curiosamente al año siguiente se cambió a la Escuela Politécnica Superior de Madrid) y yo pedimos que nos dejasen en horas no lectivas utilizar los laboratorios para ensayar la teoría aprendida en las clases y después de realizar un par de gestiones nos negaron dicho acceso alegando que se requería tener personal en el laboratorio y eso no era posible.

En Alemania si un estudiante de ingeniería en la facultad expresa que desea investigar algo en los laboratorios fuera del horario lectivo, lo más probable es que le proporcionen los medios a disposición, porque entienden el valor de dicha motivación, y dicha diferencia se palpa a la hora de comparar un país centrado en el sector primario con uno centrado en el sector terciario. En la universidad donde realicé mi año Erasmus me animaron a participar en un proyecto de programación de robots autónomos y existían muchos otros proyectos de investigación e innovación en el campus donde los alumnos podían participar. En la Universidad de A Coruña (Campus de Ferrol) yo no he visto esto. Como mucho, algún profesor elegía concretamente algún alumno para que le apoyase en su departamento, pero esto no resuelve la limitación a la curiosidad investigadora del primer alumno ejemplo.

Espero que haya cambiado, porque considero que la universidad debe ser un lugar donde se fomente la creatividad y la curiosidad, que en el caso de la ingeniería se traduce como potencial motor de crecimiento económico y de conocimiento. En la universidad donde realicé mi Máster en Ingeniería de la Energía, por mi interés en los mercados eléctricos, trabajé en el Departamento de Economía de la Energía, en el que finalmente realicé mi tesis de Máster. Anteriormente, un profesor me había propuesto apoyarle con un proyecto de sistemas fotovoltaicos y carga de vehículos eléctricos en desarrollo que había en el campus. En resumen, había muchas opciones muy interesantes donde elegir desarrollar la creatividad. Esto, al menos en el campus de A Coruña, yo no lo he visto. En México, debido a la formación adquirida en mi Máster, fui contratada por la Comisión Reguladora de Energía del país.

Mi formación en este país se centró en el aprendizaje intercultural, Administración Pública, regulación, mercados de energía y potencia, y estudios de investigación y desarrollo económico, principalmente. Aunque también participé en la dirección de diferentes comités de trabajo técnicos dentro de la Comisión de Gobierno en la que trabajé, en los cuales realizamos la revisión del Código de Red del país (la regulación que le aplica a cualquier gran carga o gran generador que quiera conectarse a la red, por ejemplo) en los que participaron, entre otros, técnicos altamente cualificados de las grandes empresas del sector eléctrico (algunas españolas), y en donde aprendí mucho de sus vastas experiencias y conocimientos. Definitivamente, la etapa laboral más bonita hasta el momento, a nivel profesional y personal.

Creo que mi pasión latente por el servicio público terminó de brotar en México. Ha sido un enorme honor tener la oportunidad de servir en este país. Los mercados eléctricos en Europa y en México se crearon con una diferencia de casi 18 años, uno en el 1997 y el otro en 2015. La liberalización de los mercados eléctricos europeos tuvieron lugar en los 90s a partir de una directiva europea de 1996, similar a la prácticamente coetánea liberalización del mercado de las telecomunicaciones, donde las empresas eléctricas verticalmente integradas se privatizaron y se separaron en compañías de generación, distribución y comercialización. Hasta ese momento, la tendencia en Europa era que las empresas eléctricas fuesen del Estado y verticalmente integradas (generación, distribución y comercialización); recordaremos por ejemplo que Endesa – iniciada en 1944 como Empresa Nacional De Electricidad S.A.- integraba casi 40% de la generación y gran parte del transporte y la distribución. En 1988 más del 24% del capital de Endesa era privado, empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York y hoy está participada en alrededor de un 70% por el grupo italiano Enel (cuyo principal accionista es el gobierno italiano) .

Estas empresas eran monopolios del Estado que no permitían opción de decisión al usuario del servicio y se esperaba que la liberalización de los mercados crease una sana competencia, y a su vez esta redujese los precios de la electricidad. Pero algunos modelos de mercados eléctricos, quizás por no estar regulados y orientados a proteger al usuario final, pueden generar problemas diferentes que nos afecten a todos, y en definitiva, vuelven a situarnos en un lugar de no “poder de decisión”. Mi Tesis de Máster en Alemania la realicé sobre el mercado eléctrico alemán como ejemplo de mercado europeo que, según su modelo de mercado, podría significar una barrera para la integración masiva de energías renovables en el mismo y por lo tanto ser una barrera para cubrir las necesidades de la sociedad cada vez más demandante de generación de energía de origen renovable. Por ese mismo motivo, decidí enviar mi candidatura para trabajar en México, donde se estaba iniciando una reforma energética con un mercado eléctrico, para modificar un sistema tradicionalmente basado en generación fósil a un modelo de mercado fuertemente orientado a la integración de renovables en su matriz de generación.

Fue asombroso observar que la simple implementación de este mercado generó un incremento anual del 11% al 14% de capacidad instalada renovable anualmente desde el 2018 al 2020, mientras que los años anteriores (2011 al 2016) era del 3% al 9%. En México, a partir de una reforma constitucional se aprueba la Reforma Energética en el 2013 (que además de a la industria eléctrica, afectaría a la industria de los hidrocarburos y a la minería) y el 8 de septiembre del 2015 se publican las Bases del Mercado Eléctrico Mayorista. El Mercado Eléctrico de Corto Plazo se inicia el 27 de enero del 2016 y a mí me seleccionan para apoyar al equipo técnico de la Comisión Reguladora de Energía (homólogo a lo que antes era la CNE en España, absorbida por la CNMC) en mayo del 2016, como directora del Área de Confiabilidad y Expansión de la Red.

Las divergencias entre los mercados eléctricos de México y Alemania se podrían simplificar en que Alemania tiene su mercado en conjunto con el de Austria (como nosotros en España lo tenemos en conjunto con Portugal), en el que compiten las cuatro grandes empresas eléctricas con un poder de mercado eléctrico mayorista del 80% y en México la generación privada y la estatal (CFE-Generación) se reparten el poder del mercado eléctrico mayorista casi al 50% (46% y 54%, respectivamente en 2021) . En Alemania el tipo de mercado es zonal, como en España, y en México es nodal. Es decir, en México el precio se fija en el Mercado del Día en Adelante para cada hora del día y por nodo de la red (el precio en Ciudad de México puede no ser el mismo que en Baja California Sur), mientras que en Alemania este precio es el mismo en todo el territorio (al igual que en España).

Tanto en México como en Alemania, ¿has estado muy vinculada a las comunidades, asociaciones o grupos de gallegos del exterior?

Mis tres amigas más cercanas cuando vivía en Berlín eran gallegas. Pero no nos conocimos por estar vinculadas a ninguna comunidad, asociación o grupo de gallegos, sino que nos conocimos en el aeropuerto de Frankfurt en el 2010 con motivo de la cancelación de nuestro vuelo a Santiago de Compostela para pasar ese año las Navidades en familia. Es decir, no tuve tiempo de buscar ningún colectivo gallego, sino que el destino hizo que creásemos uno propio. Este grupo de amigas ha sido un gran apoyo en los momentos en los que como a todo emigrante nos toca pelear con la burocracia o la interculturalidad de otro país, y sentir que alguien te comprende es un regalo divino en esos momentos. Tener la oportunidad de estar en contacto de forma regular con gente con tu misma raíz cultural mientras te estás adaptando a una nueva cultura, lo considero muy importante. No es una experiencia sencilla sentirse animal fuera de tu hábitat de forma muy continuada. Creo que cuanta menos edad, más importante es este apoyo. Recientemente estas amigas crearon una asociación de gallegos en Berlín junto a otros gallegos y durante el último Kulturen der Welt recorrieron las calles de la ciudad con traje tradicional e instrumentos gallegos, exaltando las tradiciones y culturas de nuestros orígenes. El Kulturen der Welt es un festival de culturas del mundo que dura todo un día y en el que grupos de personas con diferente procedencia desfilan por las calles donde muestran su cultura y patrimonio por medio de la música, baile y trajes tradicionales, principalmente. Lo recuerdo como un evento con una gran acogida del público, que en muchas ocasiones intentaba imitar los bailes exóticos del pasacalles que tenían en frente, y se generaba un ambiente culturalmente muy enriquecedor. En México sí me dio tiempo a buscar un Centro Gallego antes de conocer a otros gallegos y lo encontré, pero no fue lo que esperaba. Fue un poco desilusionante, porque era un edificio enorme muy bien situado y donde lo único “gallego” que podías experimentar allí era el granito del edificio, un cruceiro, la comida (recuerdo comer un caldo gallego) y ver a un pequeño grupo de señores (solo hombres) jugando la partida. Sí me acerqué al Centro interesándome por actividades para reunirme con otros gallegos y no existió ninguna oferta cultural en los dos años que me mantuve preguntando.

Lucía Varela con el secretario de estado en el ministerio federal de asuntos económicos y energía de Alemania ( México 2016 )

¿En qué consiste tu trabajo de consultoría en Galicia? ¿Cuál es el perfil de tus clientes principales?

Trabajo en revisión de regulación energética, principalmente. Mis años de experiencia como parte del regulador energético mexicano me han ayudado a entender mejor la posición del órgano regulador y la lectura de la regulación (que yo tuve que escribir en su momento), normalmente de carácter técnico-económico. Estos conocimientos y habilidades adquiridos me proporcionan las herramientas para ayudar a mis clientes en mis consultorías sobre temas de energía, eficiencia y sostenibilidad, donde la regulación afecta a sus actividades y que se modifica rápidamente. En estos últimos años hemos visto como la Administración ha “producido” una cantidad relativamente alta de nueva regulación y bases de licitación y subvenciones en materia de energía, eficiencia y sostenibilidad, debido a la alta actividad en este sentido que ha tenido la Comisión Europea. El perfil de empresas a las que yo apoyo son sociedades que no suelen tener en su plantilla personal para revisar las nuevas regulaciones a la velocidad que se exige o que tienen un perfil puramente jurídico, pero no técnico ni regulatorio. En ocasiones, y es con lo que más disfruto, son asociaciones de empresas a las que les afecta la nueva regulación por igual y deciden contratarme para darles este servicio una vez y beneficiarse cada una de ellas. También estoy apoyando a clientes a conocer su huella de carbono y crear estrategias de mitigación de la misma y proporcionarles pautas de eficiencia energética que les ayuden en sus objetivos de sostenibilidad, siempre siendo creativa para que en lo máximo posible, les repercuta positivamente desde el punto de vista económico y de sostenibilidad.

¿Trabajas también para grandes compañías y para pequeñas y medianas comercializadoras?

No he trabajado en España con ninguna gran compañía como consultora, porque entiendo que las grandes compañías tienen integrado en su plantilla el servicio que yo doy. Aunque creo que sí podrían ser muy beneficiosas algunas consultorías que les podría ofrecer a partir de mi perfil internacional, y que ahora mismo quizás contraten a las grandes consultoras, casi prohibitivas para las pequeñas y medianas empresas. Además, por mi deseo de formar parte de la Administración Pública he intentado no crear un posible conflicto de interés que me pueda restar en este empeño. Mi nicho de mercado no son solo las medianas y pequeñas comercializadoras, sino también distribuidoras y empresas que requieran cubrir su demanda y redefinir su forma de cubrir su demanda energética de pequeño y mediano tamaño, comunidades de vecinos, ayuntamientos y cooperativas, principalmente.

 

¿Tienes previsto establecerte definitivamente en A Coruña o es un paréntesis antes de continuar con tu vocación internacional?

Antes he comentado que no descarto volver a irme. Sinceramente me gustan muchas cosas de vivir en Galicia, sobre todo vivir cerca de mi familia, y me encantaría quedarme, pero tendría que renunciar a mi avance profesional. Mi perfil profesional en Galicia estaría más indicado para apoyar a la Administración Pública, en la que no encuentro puestos a mi medida en Galicia. En cambio, he notado que mi perfil sí es demandado en el País Vasco, Valencia o en Madrid. Es una decisión que estoy postergando tomar y en paralelo peleo por buscar mi sitio en Galicia.

Por la situación actual del sector energético, con la imparable escalada de precios, ¿la figura y la aportación del consultor energético es más determinante que nunca? ¿Crees que vuestros servicios serán cada vez más demandados por el cliente minorista y por las familias?

Completamente sí a la pregunta de si la aportación de un consultor energético es más determinante que nunca a nivel residencial y pequeño comercio. Entiendo que las grandes empresas tienen integrado en plantilla este perfil. Desde finales del año pasado en mi tiempo libre he asesorado a todo mi círculo familiar y de amistades, que también han pasado mi contacto a sus amistades. Mi experiencia en el regulador, más de cinco años como ingeniera de diseño y desarrollo de plantas solares a mediana y gran escala, y mi experiencia en eficiencia energética e I+D+i, han ayudado a que les pueda dar una consultoría más holística de la que normalmente escuchan para la toma de decisiones convencidos de estar suficientemente informados en temas de climatización, eficiencia energética, autoconsumo, comunidades energéticas locales, puntos de recarga eléctrica y almacenamiento, principalmente. Creo que las pymes y los residenciales deben entender el sistema y poder tomar las decisiones más acertadas para sus intereses; y por lo que veo a mi alrededor, no siempre las han tomado.

La mayoría de las veces estas malas decisiones han estado relacionadas con el desconocimiento y otras por malas recomendaciones, entre las que incluyo las de comerciales o técnicos muy especializados. Por ejemplo, en el caso de que un particular que quería reducir un consumo eléctrico en climatización, el técnico en sistemas de climatización al que acudió le sugirió mejorar el que tenía o cambiarlo, pero quizás lo más beneficioso desde el punto de vista costo-beneficio para la persona sería invertir en un mejor aislamiento, un cambio en las zonas de la climatización, un cambio de factura y adquirir ciertos hábitos de ahorro, por ejemplo, y no solo hacer el cambio puntual que le recomienda un técnico o comercial particular que normalmente solo conoce la tecnología o el ámbito al que se dedica.

Además, considero que en este momento se ha generado “mucho ruido” en cuanto a la consultoría con opiniones dispares incluso en la opinión técnica -que debería ser la más objetiva-, que temo esté motivada por intereses comerciales con algún productor o instalador particular. En definitiva, me puedo imaginar la incertidumbre y desconfianza de los usuarios residenciales y de pequeñas y medianas empresas a la hora de tomar decisiones relativas a cubrir sus necesidades energéticas y espero que se demanden más los consultores energéticos independientes, como parte fundamental para la planeación de sus tomas de decisiones, incluidas las inversiones. Algunas grandes ya lo hacen. Y, además actualmente existen subvenciones que cubren parcialmente las inversiones en eficiencia energética y generación renovable.

Creo que el desconocimiento de esto y la práctica habitual de delegar estas recomendaciones en quien va a construir la instalación son el caldo de cultivo ideal para una mala decisión. Quien te va a realizar la instalación no te va a dar la solución más apropiada para ti (por interés o por desconocimiento), sino para ellos. Por eso es importante contratar un consultor energético que te acompañe en la elección del instalador, te recomiende las mejores pautas de consumo y te proporcione la información que requieres para tomar las decisiones más adecuadas a tus intereses personales.

Lucía Varela en una pausa de un evento con "Nerc National Energy Regulatory Commission" de Estados Unidos

En los últimos años han proliferado, también en Galicia, las pequeñas comercializadoras de energía. ¿Ha sido un ´boom` excesivo?

A mí personalmente me gustó ver el crecimiento de las comercializadoras de energía en Galicia, y de hecho fue el primer tipo de negocio que pensé iniciar a mi vuelta aquí. No creo que sea un “boom” excesivo; creo que el emprendimiento siempre enriquece, al igual que el aumento de la oferta en un mercado. En el peor de los casos, que la empresa no resulte ser rentable y desaparezca, las consecuencias serían: comercializadora (y sus empleados) y clientes, ambos habrán adquirido un aprendizaje. He escuchado muchas veces a la gente de consumo residencial y pymes quejarse de no entender la factura de la luz (lo cual es comprensible), y ha hecho que los consumidores tomen decisiones poco racionales y sí emocionales. Este es el perfecto escenario para la captura de clientes de algunas comercializadoras con gran número de clientes, que dan sensación de confianza simplemente por el tamaño de empresa y no por la transparencia en la facturación y/o tipo de contratación. Esto ha mejorado en los últimos años, donde la regulación que se les aplica les exige más protección al consumidor y transparencia, pero considero que todavía es mejorable. Algunas nuevas comercializadoras gallegas han conseguido simplificar y explicar a los usuarios residenciales y pymes el contenido de sus facturas, y aún ofreciendo servicios más caros que comercializadoras de gran volumen, se han llevado clientes. Esto lo considero altamente positivo: una empresa genera valor en el mercado local y los gallegos se sienten más confiados. Además, algunas se han lanzado a la captación de clientes al constituirse como comercializadoras 100% renovables. Es algo que aplaudo. La tendencia al cooperativismo en Galicia (existe alguna cooperativa gallega de energía) es algo que también me entusiasma, ya que recuerdo Galicia como una comunidad de personas muy individuales y con poca tendencia a la cooperación, así que este cambio lo aplaudo más todavía. En temas como la energía, el cooperativismo será fundamental para maximizar los intereses y beneficios de los ciudadanos. El mercado de la energía en general y el eléctrico en particular no son negocios sencillos. Que aparezcan comercializadoras que, aún no habiendo entendido bien el mercado o sin experiencia en el mismo, decidan entrar porque les haya parecido que está en auge, tendrán mucha suerte o requerirán aprender rápido para mantenerse en el mercado. A modo de comparación, es como quien decide montar un bar sin experiencia ni formación en hostelería porque como cliente le parece un negocio sencillo, pero una vez iniciado no supera el coste de aprendizaje y requiere cerrarlo. Que haya muchos bares abriendo y cerrando en una zona, no hace más que mejorar la competencia y afianzar a los que se queden. Es decir, solo veo ventajas.

Casi todas coinciden en “garantizar” que la energía que consumirán sus clientes es “100% verde o renovable”. ¿Es una publicidad engañosa? ¿Realmente se puede garantizar que un hogar o punto de suministro está consumiendo únicamente energía renovable?

Es muy sencillo, para:

• antes de la contratación: existe un listado donde la CNMC publica el resultado del sistema de garantías de origen de la electricidad de las comercializadoras. De manera que si obtienen el etiquetado A se puede considerar 100% renovable (al menos del último año que la CNMC tenga publicado este etiquetado): GarantiasEtiquetadoElectricidad2018.pdf (cnmc.es)

• después de la contratación (o comercializadoras que tengan recientemente Garantías de Origen y por ello no estén incluidas en el listado anterior aunque sí tengan un certificado A): si es 100% renovable debe indicarlo en la factura con el etiquetado A. La CNMC aprueba un nuevo formato para el etiquetado de la electricidad en la factura de los consumidores | CNMC

• que aparezcas en las redenciones por tu número de CUPS (código universal de número de suministro) o el NIF, donde, aunque la comercializadora no tenga una calificación total de A, puede ofrecerte particularmente un suministro 100% renovable (desde el punto de vista de Garantía de Origen de la Electricidad). CNMC - Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia - Presentación

He visto que Elperiodicodelaenergía en el 2020 publicó en la prensa que 169 comercializadoras en nuestro país se publicitaron como comercializadoras de energía 100% renovables y 74 de ellas habían recibido un etiquetado diferente a la A, que mencioné antes.

Recientemente he visto en la factura de un conocido que después de contratar la energía de una cooperativa energética en la comunidad catalana que ofrecían una tarifa 100% renovable, al recibir la primera factura vio que, en esta escala de la A a la G, su comercializadora (con la que había contratado esta tarifa 100% renovable) tenía una categoría E, que significa estar muy lejos de la categoría A. Este conocido le escribió un email a su comercializadora pidiendo explicaciones y le contestó que la tarifa que él tenía era 100% renovable, aunque la comercializadora no tuviese la categoría A. Esta en particular usa el color verde en toda la web, e indica en la factura que su tarifa está certificada por la CNMC como 100% renovable. Esto sí me parece publicidad engañosa: la comercializadora en sí no es 100% renovable (lo cual no aparece en la web y este conocido se enteró al recibir la primera factura -las comercializadoras están obligadas a mostrar su impacto medioambiental en la factura- y no existe una “tarifa 100% renovable” que pueda certificar la CNMC. En definitiva, entiendo que para la gente que no está involucrada en el mundo de la energía les cueste tomar decisiones al respecto, ya que la publicidad engañosa y poco clara es una realidad.

Lucía Varela/ (primera por la izquierda) en su etapa en México en la comisión. (Fuente: Web de la Comisión Reguladora de Energía, México)

Las ingenierías técnicas suelen tener predominio de alumnado masculino. ¿En la especialidad de Electricidad es aún más reducido el porcentaje de mujeres? ¿Y en el mercado laboral representa alguna barrera esa brecha de género?

No he revisado las cifras actuales, pero puedo decir que cuando a finales de los 90s inicié mis estudios de Ingeniería Industrial en la Escuela Politécnica Superior de Ferrol, éramos 79 alumnos en esa promoción y de los cuales 10 éramos chicas (12%). Me cambié años más tarde a Ingeniería Técnica Industrial en Electricidad y recuerdo que el porcentaje era mayor, pero no más de un 30%. No he hecho el ejercicio de comparar estas cifras con las de otras ingenierías técnicas. No considero que hoy en día sea una barrera ser mujer en la ingeniería eléctrica en el mercado laboral, pero sí reconozco que me gustaría ver a más mujeres en mi sector. En algún congreso en el que he participado en los que todos los participantes eran hombres menos yo, antes de iniciar mi ponencia mostré mi descontento por ello. Los temas del congreso no eran solo de ingeniería, sino también de cambio climático y economía, donde los porcentajes de mujeres suelen ser mayores. No le encontré justificación. Tras el mismo, me encontré a grandes mujeres profesionales técnicas que participaban en dicho congreso como público y considerarlas más apropiadas para representar a la empresa que los hombres que habían elegido para hacerlo. Me gustaría pensar que la preferencia no fue una cuestión de género.

 

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