Tras la experiencia profesional vivida en Buenos Aires, en 1967 los padres de Marina Rey apostaron por la turística ciudad de Punta del Este, el gran balneario de Latinoamérica, para abrir su propio hotel, que comenzó ofreciendo diez habitaciones. La ubicación no pudo ser más acertada: el establecimiento está a 100 metros de Playa Mansa, el arenal situado en el litoral oeste de la península y protegido por la desembocadura del Río de la Plata. A poco más de un kilómetro del hotel se encuentra el centro de Punta del Este y a cinco kilómetros la capital del departamento de Maldonado.
Marina Rey se tituló en Magisterio, pero no llegó a ejercer la profesión, ya que se incorporó muy joven al negocio familiar. Brisas del Este es hoy uno de los hoteles tradicionales que compite con las grandes cadenas en el centro neurálgico del turismo de América del Sur. Las sucesivas ampliaciones del edificio original han permitido pasar de 10 a 45 habitaciones, y han hecho posible incorporar servicios como piscina abierta, solárium y jardín de descanso.
En el perfil de usuario del hotel predominan clientes argentinos y brasileños que llevan años, e incluso décadas, alojándose en el mismo establecimiento. Este año predominan los turistas brasileños (han generado hasta junio el 80% de las reservas), seguidos de argentinos, chilenos, paraguayos, estadounidenses y, en menor proporción, europeos (la mayoría procedentes de España, Alemania, Suiza, Francia y Austria).
Con todo, la inestabilidad económica y política provoca cambios frecuentes en la procedencia de los clientes: “De unos años para otros cambia mucho la clientela. Antes los argentinos representaban el 85% y ahora son los brasileños los que representan casi esa proporción. Desde Brasil es muy típico venir a pasar el Fin de Año a Punta del Este, lo que ellos llaman el reveillon. Vienen aquí en busca de una mayor tranquilidad. De hecho, para nosotros la temporada turística fuerte comienza por esas fechas, un poco antes de Fin de Año, y dura hasta finales de febrero”, explica Marina Rey Domínguez. En plena campaña, el establecimiento genera siete empleos directos.
Por otra parte, la propietaria del Hotel Brisas del Este asegura que los límites de gasto que impone el Gobierno de Argentina a sus ciudadanos es la causa principal de la caída del turismo procedente de ese país y de que las estancias de sus nacionales sean cada vez más cortas y menos expansivas en el gasto: “El actual Gobierno les ha establecido un tope de dólares para salir del país, y esa limitación se ha notado muchísimo en todo el sector turístico de Punta del Este”, asegura.
Empresa familiar
Toda la familia está muy relacionada con la comarca ourensana de A Baixa Limia. Marina Rey se casó en Uruguay con un descendiente de emigrantes de la propia comarca situada al suroeste de la provincia de Ourense, en concreto emigrados desde el municipio de Bande. Los hijos del matrimonio Curbelo Rey, incorporados actualmente a la dirección del hotel y representantes de la tercera generación, mantienen la tradición familiar y viajan con cierta frecuencia a Galicia.
Y más repetidos son los viajes de Marina Rey, que aprovecha el habitual cierre del hotel en julio (para mantenimiento y pequeñas reformas) para visitar todos los veranos a sus familiares repartidos por Chaus da Limia, Ourense, Vigo y Madrid.
La estancia en Galicia suele coincidir con la reflexión y el análisis de la reciente temporada turística: “La de este año no ha sido tan buena como la de 2014, y eso que la economía de Uruguay y de otros países de la zona se ha mostrado más estable. De todos modos, no ha sido una mala campaña. A nosotros nos ayuda mucho ser un hotel tradicional y de trato familiar, en el que tenemos la fortuna de contar con clientes que nos llevan visitando desde hace 20, 25 y hasta 35 años, como es el caso de una familia argentina que viene a nuestra casa desde 1980”, relata Marina Rey, a punto de hacer las maletas para emprender su viaje anual desde Punta del Este a Galicia.
En las invitaciones y en las pequeñas fiestas que la familia Curbelo Rey dedican a sus huéspedes en los jardines de Brisas del Este nunca faltan la empanada gallega, la tortilla y hasta los buenos embutidos de Galicia.