Productos gallegos
En el amplio catálogo de Los Domínguez también hay cabida para productos gallegos, especialmente para conservas, vino Rías Baixas y marrón glacé elaborado en Ourense. En relación al vino albariño, Celso Domínguez reconoce que “nunca tuvimos demasiada suerte con él. Hemos tenido cuatro o cinco veces alguna importante marca, como actualmente, pero nunca sale con venta fluida, sino que tenemos que venderlo a fórcex. Aquí, en este país, no se hace patriotismo con los productos, como piensa la gente. Quiero decir que los gallegos, los italianos o los residentes de cualquier nacionalidad no compran lo de su país, sino lo que verdaderamente les gusta y en lo que ven una buena relación calidad-precio. El cliente no es un fanático de su origen. Uruguay es un país muy absorbente y tolerante”, argumenta el empresario ourensano.
Sobre el día a día de la compañía, apunta que la facturación “ha dejado de ser una preocupación para nosotros hace ya bastante tiempo. Nos preocupa mucho más el detalle y atender bien a la gente que estar pendientes de los números y de si vamos o no a crecer un 5% o un 10% anual. Eso es secundario para nosotros”, añade. La cifra de negocio de las tiendas, de la importadora y de la actividad en zona franca sobrepasa los 30 millones de dólares.
Los canales de venta están, de forma simultánea, en el comercio minorista, en el mayorista, en la importación y en la actividad en zona franca. Es decir, el target abarca desde el cliente particular que visita la tienda hasta restaurantes, hoteles, supermercados, grandes superficies y tiendas libres. Celso Domínguez detalla que “pueden ser tan grandes las ventas al público como a los mayoristas. Además, las operaciones al detalle son más regulares que las otras, porque en el segmento del cliente particular no hay los vaivenes de la industria o de las importaciones, como ocurre cuando la economía de algún país de la zona, ya sea Argentina o Brasil, anda con problemas”.
La fluidez en las comunicaciones con Buenos Aires, situada a poco más de dos horas de distancia, hace posible que un significativo porcentaje de clientes particulares sean argentinos que realizan en Montevideo el aprovisionamiento de licores, atraídos por los buenos precios y por la calidad del producto de importación.
Iberpark, segundo proyecto
Celso Domínguez comparte con su hermano Jesús la propiedad del grupo Los Domínguez, es decir, de las dos tiendas de licores, de la importadora y del negocio en zona franca. Mientras, en su segundo proyecto empresarial tiene como socio a su hijo Alejandro. Se trata de Iberpark, la cadena de tiendas de conveniencia creada en 1996 y que actualmente suma ocho locales, con orientación a los shoppings más frecuentados por el público.
Celso Domínguez recuerda que, en los primeros tiempos de Iberpark, el principal consejo que le dio a su hijo, director gerente de la empresa, era no tener prisa ni con el crecimiento, ni con la apertura de nuevas tiendas: “Al ver el ritmo que llevaba, le dije, Álex, llévalo más tranquilo. El consumo depende mucho de los empleos. Hoy el gran problema, en Europa y aquí también, es que los salarios vienen y aumentan, pero los empleos se van. En Uruguay teníamos un paro del 5% y hoy estamos en el 7 ó en el 8%, que aún son índices aceptables, pero que pueden condicionar algunas inversiones. En Europa tienen una facilidad enorme para olvidar todo enseguida y algunos ya han olvidado hasta cómo han estado sufriendo el paro...”.
Iberpark, centrado también en productos delicatessen y gourmet, sitúa su cifra de negocio sobre los 15 millones de dólares y, según su fundador, la marca ha rechazado la opción de posicionarse en otros países: “Nos han ofrecido abrir franquicias fuera de Uruguay, pero o tienes que estar dentro de esos negocios o dar con la personal adecuada para que los gestione. Dejar poner el nombre a otras empresas es muy peligroso y arriesgado, porque te juegas el prestigio de muchos años”, razona.
En paralelo a la actividad empresarial, Celso Domínguez siempre ha destacado dentro del asociacionismo. A finales de los ochenta fue uno de los grandes promotores de AEGU, la Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay, que a día de hoy sigue siendo un colectivo modélico por su vitalidad y por su unión. Además de fundador, fue el primer presidente en los 23 años de historia de la sociedad. Por otra parte, a nivel nacional ejerció -por dos mandatos- como secretario general de Cambadu, la asociación que engloba en Uruguay a las empresas de almacenes, minoristas, bares, autoservicios y afines.
El copropietario de Los Domínguez e impulsor de Iberpark mantiene una estrecha vinculación con Galicia: “Tenemos familia en Bande y hasta hace cuatro o cinco años íbamos con bastante frecuencia, pero desde el fallecimiento de mi tía ahora vamos menos”.
Algunos viajes a Galicia realizados en la década anterior llegaron a estar relacionados con los negocios, como rememora Celso Domínguez: “En la época de Manuel Fraga como presidente de la Xunta estuvimos a punto de comprar una fábrica de chocolates en Vigo. Nos la ofrecieron y ya estaba todo preparado para fraccionar el terreno, pero al final el hijo de los propietarios se echó atrás y paró la venta”.