El ourensano José Carlos Varela Lamela conoce el sector de la alimentación desde diferentes vertientes. Llegó a Alemania en el año 1973, tras emigrar desde la comarca de A Limia, y encontró su primer empleo en el servicio de catering de la poderosa aerolínea alemana Lufthansa. Hasta su reciente prejubilación, trabajó casi a pie de pista, en el aeropuerto internacional de Frankfurt. En 1990 apostó por crear su propia empresa de distribución alimentaria, aprovechando la fuerte demanda de productos gallegos y españoles en una amplia zona del país. Para dar vida a este proyecto, al que lleva dedicado ya 26 años, formó sociedad con un compañero de trabajo en Lufthansa, el madrileño Eduardo Algáns Taboada, vinculado familiarmente a la localidad pontevedresa de A Cañiza. Durante más de dos décadas, ambos compaginaron su empleo estable en la aerolínea con la aventura empresarial de expandir Poalva GmbH, una de las firmas de referencia en la distribución de productos gastronómicos españoles en Alemania.
Durante casi cuatro décadas, y tras emigrar desde Xinzo de Limia en 1973, Carlos Varela acumuló jornadas de trabajo en el aeropuerto de Frankfurt, participando en el suministro del catering de la compañía Lufthansa. Su esfuerzo, al igual que el de otros trabajadores gallegos del mayor aeropuerto de Alemania, ha servido para hacer más cómodo y llevadero el viaje de miles de gallegos, de españoles y de usuarios de todas las nacionalidades desde unos de los grandes centros mundiales de conexiones aéreas.
Desde 1990, este emprendedor ourensano añadió una segunda faceta profesional en el país de destino, al convertirse en empresario del sector que mejor domina, el de la distribución alimentaria. Junto con su amigo y compañero de trabajo en el catering de Lufthansa, Eduardo Algáns, constituyó la sociedad Poalva GmbH, convertida desde hace años en una de las mayores empresas de venta de productos gallegos y españoles en un radio que cubre casi 200 kilómetros en torno a la capital financiera de Alemania. Además del área de Frankfurt, las urbes con mayor actividad de la empresa son Heidelberg y Limburgo.
Nació en Lisboa, la ciudad a la que emigraron sus padres desde Covelo (Pontevedra) a la edad de doce años, y ha desarrollado toda su carrera profesional en el sector de la consultoría tecnológica, desde la década de los ochenta, cuando aún se desconocía el gran potencial de este tipo de actividades. Miguel Conde Prieto es ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones por la Universidad Técnica de Lisboa. En 1997 constituyó Silicon-Consult, dedicada a la prestación de servicios de apoyo a las empresas en todo lo relacionado con las tecnologías y con las comunicaciones. Define su firma, con instalaciones en Lispolis (Polo Tecnológico de Lisboa), como “una alianza de consultores internacionales especializados”, capaz de analizar y evaluar proyectos de la Unión Europea o de identificar focos de negocio en cualquier mercado local, desde el norte de Europa hasta Latinoamérica, Asia o el corazón del continente africano. Entre los trabajos realizados por Silicon-Consult destacan diferentes estudios, planes de viabilidad y evaluaciones en ámbitos como el de la sociedad de la información, las telecomunicaciones, los servicios digitales, la industria eléctrica y electrónica, el sector extractivo y los plásticos y polímeros. Opera especialmente en la Unión Europea, países del Mediterráneo, Oriente Medio, América Latina y regiones septentrionales de África. La firma consultora creada por Miguel Conde Prieto ha elaborado informes estratégicos de planificación de Portugal 2020, estudios sobre parques tecnológicos de Galicia (Tecnópole), Portugal (Azores) y China (Parque Industrial Concordia, de Macao), y análisis de viabilidad científica, tecnológica y económica de proyectos en el sector ambiental, turístico, textil, gráfico... También se ha encargado de interrelacionar parques científicos de la Unión Europa y de Brasil, de cooperar con centros de referencia de Escandinavia y de abrir líneas de colaboración entre España y Portugal en el software libre. Para la industria de la madera portuguesa, ha aportado soluciones para combatir las plagas de nemátodo. Miguel Prieto es miembro de varias de las asociaciones profesionales más importantes de Portugal y de la Unión Europea, como E-Business Support Network, Asociación Portuguesa para el Desarrollo de la Sociedad de la Información y Asociación Nacional de Empresas de las Tecnologías de Información y Electrónica. A nivel asociativo también forma parte de la Asociación de Empresarios Gallegos de Portugal. Acredita más de 30 años de experiencia en la dirección general y en el asesoramiento de empresas TIC y dos décadas en la realización de análisis de mercado de la industria electrónica y eléctrica de la UE y Latinoamérica.
Mis padres han vendido para Lisboa con edades alrededor de los 12 años. Los dos son originarios del mismo ayuntamiento, Covelo, en la provincia de Pontevedra. Yo nací en Lisboa en el año 1949. Esta bella ciudad tiene sido mi principal residencia.
Soy licenciado en Ingeniería de Telecomunicaciones y Electrónica por el Instituto Superior Técnico de la Universidad de Lisboa. Cursé mis estudios en la década de los setenta.
Sus padres y sus abuelos eran originarios de Paradela (parroquia de Niñodaguia, en el municipio ourensano de Xunqueira de Espadañedo), el mismo pueblo desde el que emigró su esposa, pero él nació en Lisboa, la capital en la que se establecieron su abuelo y su padre para ejercer el oficio universal de afilador. Con tantos vínculos ourensanos, Miguel Álvarez Álvarez ejerce como tal en el país vecino y elige esta provincia para sus grandes celebraciones, como sus recientes bodas de oro (en mayo de este año), que revivieron el enlace matrimonial celebrado en Os Milagros en 1965. Como empresario, desde 1977 es copropietario de Garagem Río de Janeiro, una estación de servicio y taller rápido de referencia en Lisboa por su situación estratégica a solo un kilómetro de distancia del mayor aeropuerto del país. Con un stock medio de 6.000 neumáticos, la empresa factura más de dos millones de euros al año por esta línea de negocio y unos 3,5 millones por la venta de combustibles.
Al empresario de origen ourensano Miguel Álvarez Álvarez la vinculación con la emigración le ha venido por partida doble. Su abuelo, un afilador de Paradela (Xunqueira de Espadañedo), para ejercer el oficio recorría a pie la ruta entre las parroquias de su zona, Alto do Couso, y la ciudad portuguesa de Oporto, en etapas de unos 40 kilómetros al día. Y su itinerario llegaba hasta Lisboa, con un trayecto final en tren entre las dos grandes urbes de Portugal.
Miguel Álvarez relata que su padre comenzó a acompañar al abuelo a la temprana edad de ocho años, para ayudarle en todo lo posible y contribuir a la economía familiar. Eran tiempos, a comienzos del siglo pasado, en los que las profesiones ambulantes y el comercio transfronterizo permitían el sustento de miles de familias ourensanas. En los mismos años, el otro abuelo de Miguel Álvarez ejercía como vendedor textil en Portugal, con interminables caminatas que también se iniciaban en Paradela y Pardeconde, con la sierra de San Mamede y el valle de Maceda como grandes vigías.
El empresario gallego Venancio Rodríguez Yáñez se estableció en París en 1969 como empleado de la empresa del sector de la limpieza en la que trabajaba su hermano y que llegó a contar con más de 500 operarios. Actualmente es el propietario de esa compañía, Société René Julien, con 380 empleados (veinte de ellos son gallegos), de Multi-Services -una constructora especializada en reformas de viviendas- y, desde hace cinco años, de Groupe Immobilier Europe, que tiene bajo gestión 1.200 pisos y locales comerciales en París y mueve un volumen de negocio anual de 26 millones. El grupo familiar Aldea, que engloba las tres sociedades, supera los 30 millones de facturación anual.
El fundador del grupo Aldea, con sede en París, es un emigrante originario de la localidad de Enciñeira, en el municipio lucense de Quiroga, y residente en la capital francesa desde el año 1969. Venancio Rodríguez Yáñez emigró con un contrato para incorporarse a la empresa de limpieza en la que trabajaba su hermano, Société René Julien. Cinco años después también se desplazó a París su esposa, Rita González Arias, vecina de Castro Caldelas (Ourense).
El esfuerzo y la determinación han convertido a José Manuel Romay y a su hijo José Dani Romay Ogando en empresarios de la construcción en el competido cantón de Schaffhausen. José Manuel Romay emigró a Suiza en 1972 y desde los primeros tiempos trabajó en la constructora local Alfred Bieler. Hace trece años, con la jubilación del propietario, no dudó en adquirir la empresa en la que había trabajado durante tres décadas, para compartir la propiedad con su hijo Dani Romay. Han renombrado la constructora como JMD Romay Bau GmbH y actualmente tienen tres líneas de negocio: obras privadas, con especialización en reformas; inmobiliaria; e importación de granito y pizarra procedente de Galicia.
Más allá de los sectores de la hostelería, el comercio de alimentación y la automoción, son pocas las empresas fundadas por la colectividad gallega en Suiza. Una de esas excepciones es JMD Romay Bau GmbH, constituida en diciembre de 2002 con su nueva denominación social, pero con origen en una constructora local que antes de su venta estuvo gestionada por tres generaciones de la familia Bieler y que llegó a superar el centenar de trabajadores.
Manuel Núñez emigró desde Vilanova de Arousa a Alemania a la edad de 15 años. Al inicio de su crónica de esfuerzo, no entraba en sus planes el resultado actual: la primera empresa que fundó en Hamburgo es hoy un grupo empresarial con cinco plantas industriales (dos en Alemania, otras dos en Polonia y una en Bulgaria), con 250 empleados, con un volumen de facturación de 55 millones y con presencia en obras tan singulares como el mayor complejo petroquímico del mundo, actualmente en construcción en Arabia Saudí. Kurotec-KTS aporta su tecnología de plásticos reforzados con fibra de vidrio.
El grupo alemán Kurotec-KTS, especializado en la fabricación de conducciones para plantas de cloro, refinerías y centrales energéticas, es el proyecto empresarial del gallego Manuel Núñez Álvarez, un emigrante originario de la parroquia de San Miguel de Deiro (Vilanova de Arousa, Pontevedra) que se estableció en Hamburgo (Alemania) hace cincuenta años. Al principio trabajó en el país como operario de una empresa local de montajes metálicos, pero el deseo de establecerse por su cuenta le llevó a fundar su propio negocio cuando estaba a punto de cumplir veinte años de residencia en Alemania. Kurotec-KTS opera desde el año 1983.
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