África
PAULA FERNÁNDEZ SEIJO - ETIOPÍA
Periodista experta en cooperación para el desarrollo y ayuda humanitaria, especialista en Comunicación e Incidencia Humanitaria en United Nations Population Fund (UNFPA – Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas)
“Trabajas muchas horas, a veces en condiciones inciertas o peligrosas, con un equipo que conoces para la ocasión, y todo por una motivación: salvar vidas”
En plena pandemia, y con una larga trayectoria de participación en proyectos solidarios y de ayuda humanitaria en varios continentes, Paula Fernández Seijo no dudó en coger el primer avión rumbo a Etiopía, para instalarse además en zona de guerra, en Tigray, al norte del país: “En el aeropuerto, nadie se podía creer que abandonara España en plena pandemia para irme a un país en guerra. Llegar a Etiopía en estas circunstancias fue complejo pero muy enriquecedor profesionalmente. Mi primer año viviendo en Tigray, la zona de conflicto, fue frenético”, relata. Desde entonces han transcurrido dos años y medio, y se encuentra ya en la fase final de su trabajo como coordinadora de la comunicación interna y externa de UNFPA, para visualizar la situación que sufren las mujeres y las niñas afectadas por las guerras y por las crisis climáticas en esta zona de África. Paula Fernández, gallega de Arzúa (A Coruña), es periodista especializada en cooperación para el desarrollo y ayuda humanitaria, Máster en Ayuda Humanitaria Internacional, en Migraciones Internacionales Contemporáneas y en Políticas Públicas y Justicia de Genero. Es además graduada en Arte Dramático. Antes de aceptar el reto profesional de Naciones Unidas en Tigray participó en el diseño y lanzamiento de exitosas campañas en defensa de los derechos de las mujeres y contra la violencia de género en Latinoamérica, como: Soy Capaz, Este País Sí Tiene Arreglo, No es Hora de Callar, Vamos Colombia o Quiero Confiar en México.
Texto: Javier de Francisco ©
¿De qué zona de Galicia eres originaria?
Soy originaria de Arzúa, “la tierra del queso” (ese que tanto echo de menos aquí en Etiopía).
Llevas dos años y medio en Etiopía, ejerciendo tu especialización en comunicación e incidencia humanitaria. ¿Es el tipo de trabajo y contribución personal y profesional que esperabas antes de establecerte en el país?
Llegué a Etiopía desplegada como profesional humanitario por la División Humanitaria del Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas y CANADEM para apoyar a visibilizar la situación de las mujeres y niñas afectadas por el conflicto en Tigray, al norte del país. Cuando te llaman para atender una emergencia humanitaria, tienes escasos tres días para hacer la maleta, informarte del país al que vas, vacunarte y coger el avión. Volaba en el momento álgido del COVID 19, cuando la movilidad era restringida a una causa de fuerza mayor y nadie se atrevía a coger un avión. En el aeropuerto, nadie se podía creer que abandonara el país en plena pandemia para irme a un país en guerra. Llegar a Etiopía en estas circunstancias fue complejo pero muy enriquecedor profesionalmente. Mi primer año viviendo en Tigray, la zona de conflicto, fue frenético. Ser testigo del desplazamiento de miles de personas, la muerte, la destrucción y el sufrimiento de comunidades enteras te deja huella. Trabajas muchas horas, a veces en condiciones inciertas o peligrosas, con un equipo que conoces para la ocasión, y todo por una motivación, salvar vidas. A pesar del riesgo, las largas horas de trabajo, la inseguridad y tantos otros retos que te encuentras al irte a trabajar a una zona en conflicto, la recompensa es muy gratificante. Después de dos años de conflicto, ahora estamos en un proceso de paz, y es también un momento muy interesante del que aprender y seguir aportando un granito de arena a la reconstrucción del país.
Paula Fernández cogiendo el vuelo de Naciones Unidas rumbo a Etiopía, en plena pandemia.
¿Cuáles son tus funciones en UNFPA Etiopía?
Mi trabajo como especialista en Comunicación e Incidencia se resume en coordinar toda la comunicación interna y externa de UNFPA en Etiopía, incluyendo la relación con medios, el desarrollo de capacidades técnicas del personal, y acciones de incidencia a nivel nacional e internacional sobre la situación de los derechos de las mujeres y niñas afectadas por conflictos y crisis climáticas en el país. Dentro del sistema de Naciones Unidas, el UNFPA, la agencia de salud sexual y reproductiva, trabaja temas muy sensibles o complicados, particularmente en un contexto africano. Tratamos de erradicar el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina, la violencia sexual en conflicto, abocar por los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y niñas, o desarrollar el potencial de los más jóvenes. Para una activista por los derechos de la mujer, tengo el trabajo soñado.
Trabajo de campo en una de las zonas de Etiopía en conflicto.
Te apasiona implicarte con la sociedad y con el territorio. ¿Te mueves mucho por el país? ¿En qué zonas de Etiopía estás centrando tu actividad?
Mi trabajo por visibilizar la situación de los derechos de mujeres y niñas abarca todo el país, aunque con particular atención en aquellas regiones con emergencias humanitarias. Aunque los conflictos y el cambio climático amenazan a todos, son las mujeres y las niñas las que suelen sufrir sus consecuencias de manera más dura y violenta. Por ejemplo, el 80% de los desplazados por desastres relacionados con el clima son generalmente mujeres. En Etiopía, Kenia o Somalia, el matrimonio infantil es utilizado como una estrategia para asegurar fondos o bienes y recuperar las pérdidas sufridas debido a desastres naturales, como la sequía o las inundaciones. Igualmente, como preparación para el matrimonio, las familias someten a las niñas a la ablación o mutilación genital femenina. En Etiopia, el 65% de las mujeres entre 15 y 49 años ha sido mutilada. Son ellas también, quienes corren mayor riesgo de sufrir situaciones de violencia de género o violencia sexual durante un conflicto -1 de cada 5 mujeres refugiadas o desplazadas concretamente-. Visibilizar todas estas situaciones es mi día a día y lo que me ha hecho pisar todas las regiones del país.
Apoyando la campaña Vota Sí Por la Paz, en Colombia.
Antes de iniciar esta experiencia, habías tenido una intensa etapa de trabajo en varios países de Latinoamérica, siempre con la defensa de los derechos de la mujer como referente. En este terreno, ¿hay similitud de objetivos, de carencias y de necesidades en ambos continentes?
En las últimas décadas, tanto Latinoamérica como África han logrado avances significativos en los derechos de las mujeres en las esferas económica, política o social, pero todavía queda mucho camino por andar en ambos continentes para una igualdad real. En África, por ejemplo, hay menos mujeres que mueren durante el parto y millones de mujeres han salido de la pobreza extrema. En Latinoamérica, se han realizado avances sustanciales para aumentar la participación y la representación de las mujeres en la esfera política. En Colombia, por ejemplo, celebré que las mujeres lograran algo insólito en un acuerdo de paz, y es, la creación de una Subcomisión de Género encargada de incorporar transversalmente los asuntos relativos al género en todos los puntos de la agenda. A pesar de los avances, todavía hay una importante disparidad de género en áreas críticas del desarrollo en ambos continentes, lo que revela que todavía hay que trabajar más para garantizar que todas las mujeres tengan los mismos derechos. Muchos de estos progresos se han visto amenazados por la pandemia de COVID-19 y lo siguen siendo, a diario, por otras crisis como los conflictos o el cambio climático.
Imagen de la campaña Vamos Colombia, en el departamento de Tolima.
En América has participado en campañas muy mediáticas y conocidas. ¿De cuáles te sientes más satisfecha?
Todas las campañas o trabajos son algo de ti, de tu manera de ver el mundo, y te dejan una impronta o enseñanza de por vida. La campaña ‘Vamos Colombia’, por ejemplo, me llevó a rincones insólitos del territorio colombiano, con más de 1.500 voluntarios de 62 empresas nacionales dispuestas a mejorar las condiciones de vida de comunidades aisladas por el conflicto armado en el país. La campaña ‘Este País Sí Tiene Arreglo’ fue mi primera campaña política de la mano del senador más votado en Colombia y en la que recorrimos más de 80.000 kilómetros en 23 regiones a lomos de un autobús amarillo. En ‘Ponemos la cara’ logramos que ciudadanos y celebridades se pusieran en la piel de los defensores de derechos humanos -brutalmente asesinados cada día- como una estrategia de protección y visibilización de su situación. Con ‘No Estás Sola’ aprendí el valor de la sororidad entre mujeres y el empoderamiento como un mecanismo para dejar atrás la violencia de género. Todas y cada una de las campañas tenían un mensaje importante para el país, un mensaje de cambio, de paz e igualdad.
Jóvenes activistas de Vamos Colombia.
Comunicadora, cooperante internacional, activista por los derechos de la mujer, experta en cooperación y ayuda humanitaria... ¿Cuál de estas definiciones se aproxima más a tu perfil?
Todas. Desde comunicadora a activista por los derechos de la mujer a experta en ayuda internacional, todas me representan. Las vivo y desarrollo desde hace años y cada día en algún lugar del planeta. No concibo la comunicación sin el activismo, y particularmente, ejerciéndola en contextos donde se nos necesita más -durante una crisis humanitaria o en un contexto en desarrollo.
¿Permanecerás en Etiopía durante mucho tiempo o ya estás preparando nuevos retos profesionales en otros destinos?
Me gustaría quedarme un año o dos más en Etiopía y cerrar un ciclo. Siempre suelo dejar un país cuando ha firmado un acuerdo de paz y se han dado los primeros pasos para la reconstrucción y la reconciliación. Así que, creo que el próximo paso puede estar cerca, pero en el ámbito humanitario es imposible saber cuál será tu próximo destino.
Formando parte del equipo creativo de Vamos Colombia.
Formas parte de la Asociación de Executivas de Galicia. ¿En qué áreas o proyectos trabajas dentro de este pujante colectivo gallego?
Me siento muy orgullosa de formar parte de este colectivo de mujeres inspiradoras y emprendedoras en Galicia. Mi trabajo y la distancia me impide estar más involucrada con el colectivo, pero espero que en un futuro pueda aportar mi granito, principalmente con mi experiencia en organismos internacionales y Naciones Unidas.
Paula Fernández en su etapa en Latinoamérica.