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Europa

Ingeniero técnico industrial en Continental, en proyectos para Porsche

“En Alemania los universitarios pasan el último año en una empresa haciendo su trabajo de fin de carrera”

El ingeniero ourensano Daniel Bravo está a punto de cumplir cinco años y medio en Alemania, en donde vive una gratificante experiencia profesional en una factoría del gigante Continental, en Nuremberg, formando parte de un equipo que desarrolla software para el control de la electrónica de automóviles en proyectos industriales para Porsche. Trabaja en la división de electrónica del automóvil en la multinacional Continental. Se graduó como ingeniero técnico industrial, en la especialidad de Electrónica Industrial, en la Universidad de A Coruña. Antes de probar en el mercado de trabajo de Alemania, vivió su primera etapa laboral en Coasa, en el Parque Tecnológico de Galicia, como becario de FEUGA (Fundación Empresa-Universidad Gallega) durante un año. “Al terminar la beca, como no había ninguna vacante en Coasa, busqué trabajo en Galicia, pero al ver cómo estaba por aquel entonces el mercado laboral, comencé a estudiar alemán”, recuerda. Cuatro meses después de llegar al país, se incorporó como ingeniero a Continental.

Texto: Javier de Francisco ©

Investigador en Biomedicina y especialista en Oncología

“Hemos logrado encontrar cómo un simple azúcar es capaz de frenar el crecimiento de muchos tipos de células tumorales y de incrementar el efecto de la quimioterapia”

La nueva era de la emigración gallega es talento, constancia y brillantez. La Galicia envejecida y gris (el color preferido de nuestros políticos) está hoy en las Antípodas de la nueva Galicia del Exterior, en la que despunta un potente colectivo de jóvenes que cosechan en sus destinos el prestigio profesional y el reconocimiento social que ya no existen en su país de origen. El investigador ourensano Pablo Sierra es un claro ejemplo de la generación de la alta formación y de las ideas claras. Se dedica a los avances en el tratamiento del cáncer desde la Biomedicina: “He vivido la experiencia de perder a dos seres muy queridos por culpa del cáncer, y por ello me dedico a esto. En el laboratorio estás “detrás de la barrera”, pero en donde estoy ahora, puedo influir en las decisiones de hematólogos sobre cómo deben tratar a sus pacientes. Mi empresa se centra en el diagnóstico y monitoreo de pacientes con mieloma múltiple, un tipo de cáncer que no tiene cura en la actualidad”, explica Pablo Sierra a los seguidores de Galiciaexterior.com. Su trayectoria investigadora se desarrolla en el Reino Unido, uno de los países más demandados por la comunidad científica internacional: “Una de las claves que nos diferencian de un país como el Reino Unido es la conciencia social.

Por ejemplo, la gran mayoría del dinero que llega a Cancer Research UK (CRUK) viene directamente de donaciones de la gente; solo una mínima parte procede del Gobierno. ¿Y por qué?, pues porque la gente no quiere que sus familiares y amigos mueran de cáncer. Y si son diagnosticados, ayudan para que nuevos tratamientos descubiertos a través de CRUK (u otras instituciones) les permitan seguir viviendo el máximo tiempo posible. La finalidad es encontrar una cura, y para conseguirlo, donan dinero cada semana, cada mes o cada año a “charities” como CRUK, que lo invierte en investigación. Esto atrae a los mejores investigadores del mundo al Reino Unido; saben que aquí no sólo van a disponer de muy buena financiación, sino que también van a ser reconocidos por su trabajo. Hay mucho respeto y agradecimiento por aquellos que se dedican a investigar, sea cual sea el campo que estudien”, asegura.

Después de cuatro años como investigador en el Beatson Institute, en Glasgow (Escocia), Pablo Sierra se incorporó a finales de 2017 a The Binding Site, una spin off de diagnóstico clínico creada en la década de los 70 en la prestigiosa Facultad de Medicina de la Universidad de Birmingham. En Beatson ha tenido parte activa “en un proyecto del cual no había ningún tipo de estudio previo, y al final llegó a ser algo mucho mejor de lo que jamás hubiera soñado. Hemos logrado encontrar cómo un simple azúcar es capaz de frenar el crecimiento de muchos tipos de células tumorales e incrementar el efecto de la quimioterapia cuando se usa en combinación con estos fármacos. Sobre todo cuando esos tumores presentan niveles muy bajos de una proteína en concreto que, tal y como mostraremos en la publicación, podría ser usada como biomarcador para identificar qué pacientes se podrían beneficiar de este tratamiento, y cuáles no”. Nuestro nuevo protagonista de Galiciaexterior.com comparte con cientos de investigadores y científicos gallegos el deseo de retornar algún día, pero no confía demasiado en los típicos programas de las Administraciones que cacarean y publicitan -casi siempre antes de unas elecciones- el regreso de la generación perdida: “Todo lo que se pueda percibir de los políticos, a día de hoy, es una cortina de humo que al final, desgraciadamente, no ayuda a nadie; sólo nos perjudica. No soy el primero que escucha como algunos de los mejores científicos gallegos han intentado volver a través de estos “programas de recuperación”, y han tenido que hacer las maletas o dejar de trabajar en lo suyo, porque el programa se acaba y no hay visión de futuro más allá. Creo que las cosas cambiarán cuando los políticos de este país cambien”.

En otra de sus reflexiones sobre los actores del sector público, Pablo Sierra concluye que “España se ha caracterizado siempre por una clase política que evoluciona mucho más lentamente que el resto de la población, de ahí que no se dé dinero a la investigación, pero si a la construcción de autopistas que acaban en quiebra”.

Texto: Javier de Francisco ©

Entrada a las oficinas centrales de LEGO en Billund

Ingeniero de Minas y diseñador de modelos de LEGO

“En Dinamarca la valoración de los profesionales es altísima y todas las profesiones están pagadas en su justa medida”

Hace casi dos años, el ingeniero ourensano Pablo González emprendió un viaje laboral de lo más radical. Cambió las grandes infraestructuras por el corazón de una de las marcas de juguetes más universal, la danesa LEGO. Entre los años 2008 y 2012, dedicó largas y esforzadas jornadas de trabajo como supervisor de obra civil de Iberdrola Ingeniería en la central hidráulica San Esteban II, que gracias a ese proyecto pasó a convertirse en la mayor planta hidroeléctrica de Galicia, con 441 megavatios de potencia instalada y una producción anual de 1.000 gigavatios hora (el equivalente al consumo medio anual de 285.000 hogares). En las obras de la segunda fase de la central subterránea trabajaron 60 empresas gallegas durante cuatro años. El volumen de inversión superó los 127 millones de euros.

Tras esa experiencia cerca de casa, en el río Sil y en plena Ribeira Sacra, Pablo González asumió con Iberdrola Ingeniería -entre los años 2012 y 2014- el despliegue de los parques eólicos Chirnogeni WF, en Rumanía, y Kinangop WF, en Kenia, entre otros proyectos internacionales. Recién llegado del continente africano y con el tiempo justo para disfrutar de la Navidad en su ciudad, Ourense, en enero de 2015 se subió al tren de la imaginación de LEGO, en donde trabaja como diseñador de modelos, creando escenarios, vehículos y personajes del mundo real e imaginario con los famosos bloques encajables de colorines. De su etapa actual en Escandinavia, resalta que “trabajando como diseñador de producto me siento más realizado y percibo que es mi trabajo ideal. Yo no busco comodidad; mi trabajo me permite poder desarrollar mi parte más creativa, que es algo que siempre he querido hacer y es lo que realmente me apasiona, crear”.

Aunque no descarta regresar a Galicia como emprendedor, elogia el estilo de vida danés y las condiciones laborales del país, que “no tienen nada que ver con España; aquí son muy buenas y el balance trabajo-vida privada es uno de los mejores del mundo”, resalta. Pablo González se formó en la Escuela de Ingeniería de Minas y Energía de la Universidad de Vigo.

Texto: Javier de Francisco ©

 

Propietario de Gastro-Cultural Trangallán, en Stoke Newington, y de Furanxo, en Dalston Lane

“En el segundo local en Londres, Furanxo, recreamos aquellas tienda-bar antiguas que existían en toda la geografía española”

El empresario ourensano Xabier Álvarez Valdés acaba de abrir su segundo local en Londres, tras el éxito logrado con su primer proyecto, Trangallán, que cumple ya seis años de recorrido en la capital del Reino Unido. En su nueva apuesta, Furanxo, recrea las tienda-bar que dinamizaron el rural de Galicia y de España durante décadas e incorpora a la oferta productos de elaboración artesanal, bajos en aditivos y libres de añadidos industriales (como los nitratos). Como experto sumiller, detecta que el interés por los vinos gallegos y españoles crece en el Reino Unido, aunque “nos sobran vinos de autor y nos faltan más vinos de suelo, sin fórmulas, sin levaduras de laboratorio, ni apaños enológicos…”. Trangallán, que tiene una plantilla de 9 a 12 empleados (en función de la época del año), sirve entre 40 y 80 comidas diarias de viernes a domingo y entre 15 y 30 los demás días de la semana. Las estrellas de la carta son el pulpo, las carnes ibéricas y últimamente las variedades de caza (venado, faisán, codorniz…). Xabier Álvarez descarta por el momento expandir sus locales a otras ciudades del Reino Unido y también abrir el primero en Galicia, aunque reconoce que su plan perfecto sería alternar meses de residencia en Ourense y en su barrio londinense, Hackney. Sobre las consecuencias del Brexit para sus proyectos empresariales y para la colectividad de gallegos en general, asegura que “esa oleada de rechazo yo no la veo en Londres, más al contrario. No sé en otras partes. Todos los productos que se importan para hostelería han subido mucho ya y esto repercute en el negocio, claro… Ya veremos qué pasa; no hay que ponerse nerviosos. En mi opinión, habrá negociaciones sectoriales y saldrán cosas buenas y cosas malas; hay que esperar. Obviamente habrá consecuencias, pero no será un apocalipsis y no creo que le vaya a ir muy mal a los británicos”, vaticina.

Texto: Javier de Francisco ©

Directora teatral, fundadora de Nitroglicerina Theatre, performer y artista visual.

“En Londres me siento valorada, mi trabajo importa y cuento con ayudas para seguir formándome y creando. Aquí he conseguido vivir de mi pasión”

Asegura que se inició en el teatro “de rebote”, pero a base de esfuerzo y de mucha creatividad ha conseguido convertir su inspiración y su pasión en medio de vida, aunque sea lejos de su Ourense natal, en pleno Londres. Belén L. Yáñez descubrió la interpretación en el instituto, arte que perfeccionó en la compañía teatral de la Universidad de Santiago de Compostela, en su etapa de estudiante de Ciencias Políticas. Antes de establecerse en el Reino Unido, en donde reside desde hace cinco años, acumuló experiencias y formación en Madrid, Barcelona, Siracusa y Roma. Ya en Londres, en 2013 fundó Nitroglicerina Theatre, que define como “compañía que produce performances teatrales innovadoras e inmersivas en las que sitúa al espectador en el centro de la acción”. El grupo, de raíces gallegas e italianas, ha contado con la incorporación de otro ourensano, el músico y compositor Miguel de Lis. La tradicional morriña y fortaleza de la colectividad gallega del exterior están muy presentes en Nitroglicerina Theatre: “Cuando estás fuera de la tierra parece que los gallegos tenemos un imán que nos atrae. Es cierto que algunos (integrantes de la compañía) ya nos conocíamos y nuestros caminos se volvieron a cruzar en Londres, pero la gran mayoría nos conocimos aquí. ¡Es el imán gallego!”, resalta Belén L. Yáñez. Después de un largo periplo por Italia y el Reino Unido, asegura que “si pudiese estar haciendo en España lo que hago aquí, y si tuviese las mismas oportunidades, lo haría, pero la situación es bien diferente. Aquí me siento valorada, veo que mi trabajo importa y cuento con ayudas para seguir formándome y creando. En el Reino Unido he conseguido vivir de mi pasión”, confiesa la impulsora de Nitroglicerina Theatre. En su opinión, en España las políticas de austeridad adoptadas para hacer frente a la crisis “han masacrado a la cultura, tanto a su producción como a su difusión”. Finalmente, Belén L. Yáñez señala en relación al acontecimiento que le está tocando vivir en el Reino Unido, el Brexit, que “éste ha generado una mezcla de señales confusas y mucha incertidumbre, pero por el momento, a día de hoy, no nos condiciona en absoluto. Veremos qué pasará en el futuro”.

Texto: Javier de Francisco ©

 

 

Fundador de Beroa Technology Group, actualmente integrada en Dominion, compañia cotizada en Bolsa

“En 1997 constituí Beroa Technology Group en Alemania, la actual Dominion; el proceso de compra de Karrena fue complicado, pero muy gratificante”

El ingeniero ourensano Fernando Álvarez Lamelas aportó talento, acierto y capacidad de liderazgo en sus más de 50 años de profesión al servicio de una actividad industrial con alto componente de especialización, el sector del refractario. Trabajó para importantes compañías en el norte de España y durante más de 40 años estuvo vinculado a la histórica firma alemana Didier, hasta que propició su colaboración con otro líder sectorial alemán, Karrena. De aquella operación recuerda que “el proceso fue muy complicado, pero totalmente gratificante. Ya solo el recordar esos momentos ha sido una satisfacción. Nunca he dispuesto de capital, solo he tenido buenas ideas y la capacidad para defenderlas y para que las financiasen”. El legado de Álvarez Lamelas es Beroa Technology Group, con sede central en el área de Düsseldorf, pero de capital español. En 2014, Beroa se integró en el grupo Dominion, compañía vinculada a la potente multinacional vasca CIE Automotive y, desde hace unos meses (abril de 2016), empresa cotizada en Bolsa. Dominion factura en torno a 400 millones de euros, está presente en 20 países y ronda los 3.000 empleados. Como relata el propio fundador, a él le queda “la satisfacción de haber conocido a Karrena como la primera del sector en Alemania, de tomar el control cuando era la primera de Europa y de dejarlo cuando indiscutiblemente era uno de los líderes mundiales de la industria del refractario”. En el año 2000 se jubiló en Didier y cinco años más tarde, cumplidos los 70, cedió las funciones ejecutivas en Karrena a un grupo de ejecutivos liderado por uno de sus hijos y en el que continuó como presidente no ejecutivo del consejo de administración del grupo. En marzo de 2013, recién cumplidos los 79 años de edad y con 54 de recorrido profesional (49 de ellos en Didier-Karrena), cerró su oficina profesional en Madrid y habilitó un despacho en su domicilio madrileño, en donde sigue ejerciendo de consultor para la actual Dominion. Fernando Álvarez Lamelas es originario de Xunqueira de Espadañedo (Ourense) e hijo de maestros, que fueron sus únicos profesores hasta la edad de 16 años, a la que se trasladó a Ourense para cursar séptimo de Bachillerato. Es ingeniero industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid.

Texto: Javier de Francisco ©

 

Propietario de Montajes Bélgica, sociedad con sede en Galicia, establecida en el puerto de Amberes y dedicada al sector naval

Su empresa factura una media anual de 6 millones de euros y genera más de 100 empleos

Tras formarse en la escuela de artes y oficios “12 de Octubre” de la ciudad de As Burgas, Maximino Araújo -ourensano del barrio de O Pino- tuvo su primer trabajo fuera de Ourense en Toledo, con la empresa de construcciones metálicas Luis Suárez. Su primer destino internacional fue Metz (Francia) y el segundo, que aún conserva a día de hoy, la ciudad belga de Amberes, en la que fundó su empresa (Montajes Galicia) en el año 1972, dedicada a la actividad naval. Hace cinco años optó por establecer en Ourense la sede de la sociedad, en esta nueva etapa bajo el nombre de Montajes Bélgica. Factura una media anual de 6 millones de euros, genera algo más de 100 empleos directos, y su mayor carga de trabajo está en el puerto de Amberes, con la reparación (soldadura) y mantenimiento de todo tipo de barcos. Durante cinco décadas, este ourensano ha dado empleo a cientos de trabajadores gallegos, asturianos, andaluces, portugueses... y actualmente a docenas de polacos, ucranianos y rusos. También se ha dedicado al negocio de la automoción, exportando vehículos de alta gama desde Bélgica a Galicia. Tiene pasaporte del cuerpo diplomático de la República del Congo, país en el que ha realizado trabajos con estructuras metálicas, jugó al fútbol en Francia y Bélgica, medió en las primeras contrataciones europeas de Julio Iglesias, comparte zona de residencia con el artista de ascendencia ourensana en la República Dominicana... Y no pasa desapercibido en sus visitas a la provincia y a la comunidad gallega, especialmente por las matrículas que luce en dos de sus coches: “Ourense” y “Maximino”.

Texto: Javier de Francisco ©

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Financiado por la Unión Europea, NextGenerationEU
Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia