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Empresario del sector agroalimentario, propietario de Hacienda María Luisa y Piensos del Oeste, e impulsor del Circuito Internacional de Panamá

Un grupo empresarial que surgió de la apertura de un supermercado y que hoy combina lechería, explotación ganadera y fábrica de piensos

El fundador de Hacienda María Luisa, en La Chorrera, provincia de Panamá Oeste, emigró desde el municipio ourensano de A Merca en la década de los cincuenta. Desde su llegada al país, Bernardo Corbillón Docampo siempre trabajó en empleos vinculados a la alimentación: fue vendedor de pescado, empleado de una tienda de ultramarinos, carnicero... Y con los primeros ahorros abrió uno de los supermercados pioneros en su provincia de acogida, hasta que a mediados de los ochenta vio materializado el sueño de dedicarse a la ganadería, el oficio por el que sentía pasión desde sus primeros pasos en A Merca, la tierra por excelencia de ganaderos y de tratantes. Así surgió Hacienda María Luisa, que debe el nombre a su esposa panameña. Tras el fallecimiento del fundador, hace ocho años, sus hijos continúan al frente del grupo empresarial, formado por una explotación de porcino, una lechería que alcanza los 5.000 litros semanales de producción y por una fábrica de piensos para alimentación animal. Su hijo Bernardo Corbillón Sánchez combina la gerencia con otra pasión familiar, los deportes del motor. Esa afición vivió su momento estelar el pasado verano, con la inauguración del Circuito Internacional de Panamá, el primer autódromo del país y uno de los más importantes de Centroamérica. La familia Corbillón es la promotora del proyecto y el circuito, de 3,2 kilómetros de longitud, está ubicado en plena Hacienda María Luisa.

Texto: Javier de Francisco ©

Periodista, productor de televisión, director de comunicación en Generación Code, organizador de Galician Cinema & Food Festival en Nueva York y ex presentador de informativos en la Televisión de Galicia

“En Nueva York no importa de dónde seas, importa tu talento; si eres bueno te quedas y si eres malo te vas. El ritmo de la ciudad hace esa selección”

Xaime Arias Rodríguez (Ourense, 1977) ha pasado de ser el rostro amable de los informativos de la Televisión de Galicia a vivir su particular sueño americano como profesional de la información en Nueva York, en donde “si te sabes mover, la demanda es enorme”, asegura. En la Gran Manzana combina las facetas de productor de televisión, organizador del Galician Cinema & Food Festival y director de comunicación de Generación Code, entidad con sedes en Madrid y Nueva York que se ha marcado el reto de transformar y adaptar a los nuevos tiempos el sistema educativo de España y Latinoamérica, introduciendo la programación informática en las aulas y fomentando la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En Generación Code, Xaime Arias comparte proyecto con prestigiosos directivos y profesionales como Fran García del Pozo, ex gerente de patrocinios a nivel mundial de Telefónica; Belén Amatriain, consejera de Euskaltel y de Evo Bank; y Pedro Moneo, ingeniero nuclear, fundador de Opinno y editor de la versión española de Technology Review. El ex presentador de los informativos de fin de semana de la Televisión de Galicia (ejerció esa tarea entre 2007 y 2013) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca y completó su formación en el sector con un Postgrado en Edición Digital Audiovisual en la Universidad de Santiago de Compostela. Su trayectoria incluye desde su paso por la sección de economía de un diario vigués hasta la narración de los partidos del Deportivo de La Coruña para la Radio Galega. Para explicar sus cambios en la profesión, tira de filosofía de vida: “ Siempre hay que salir de la zona de confort y buscar retos, y después de seis años seguidos presentando informativos… ¿qué mayor reto que venir al centro del mundo de la información a empezar casi de cero? Dice la canción que si lo puedes hacer en Nueva York lo puedes hacer en cualquier lado, y es cierto, la exigencia es máxima, pero, si lo consigues, la recompensa también”.

Texto: Javier de Francisco ©

 

Empresario del sector de la fabricación y desarrollo tecnológico de productos para las industrias del petróleo, gas y energías renovables

Imastec produce equipos para grandes compañías energéticas, entre ellas YPF, Petrobas, Total, Chevron y Gas Natural Fenosa, y exporta a cinco países

Sus apellidos sitúan en el País Vasco y en el interior de Galicia el origen familiar del empresario argentino Sergio Echebarrena Rábade. Sus dos ramas familiares emigraron rumbo a la provincia de Buenos Aires a comienzos del siglo pasado desde el municipio guipuzcoano de Alegi (Alegría de Oria) y desde la propia localidad lucense de Rábade. El actual presidente de Capipe, la cámara o asociación de empresas argentinas que son proveedores de la industria del petróleo, del gas y de la energía, es el propietario de Imastec, empresa con recorrido desde 1982 y dedicada a la fabricación de equipos (con diseño propio) y al desarrollo de tecnologías como sistemas de telemetría, de protección catódica y de controladores para el aprovechamiento de energía fotovoltaica y eólica. En la cartera de clientes de esta pyme con sede en la localidad de Caseros, situada al noroeste de la capital, figuran compañías de la talla de YPF, Petrobas, Total, Chevron, Pan American Energy o la española Gas Natural Fenosa. Aunque el contacto con Galicia ya se diluyó en las generaciones anteriores, Sergio Echebarrena nunca ha perdido las raíces gallegas y vascas, hasta el punto de que este mismo verano ha dedicado sus vacaciones a conocer en profundidad los encantos de los municipios de Rábade y Alegi, desde donde emigraron sus abuelos. Su proyecto empresarial se basa en mantener el alto grado de especialización de Imastec, en ampliar posicionamiento en las energías renovables (el Gobierno de Argentina ha diseñado un plan para que las energías limpias representen en 2017 el 8% del consumo total y en 2025 el 20%) y en seguir poniendo el foco en la internacionalización (la empresa exporta con regularidad equipos rectificadores e instrumentos de protección catódica a Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia).

Texto: Javier de Francisco ©

 

Propietario y chef del Restaurante Casa Galicia, que fundó en el año 1977 en pleno Quartier Latin de la ciudad

Su emblemático local de Montreal es un referente de la gastronomía gallega y española en Norteamérica

Hasta los diez años vivió a orillas del Atlántico, en su parroquia natal de Canido (municipio de Vigo) y a esa edad puso rumbo hacia otras latitudes del mismo océano, en Canadá. En Montreal tiene un poco más lejos que en Canido las aguas atlánticas, pero no los buenos “frutos” del mar, a los que se dedica en la parte gastronómica desde hace 40 años. En 1977, cuando Montreal aún vivía la resaca de sus Juegos Olímpicos (la XXI Olimpiada se celebró en 1976), el vigués Lorenzo Oliveira y su esposa, María da Silva, originaria de Ponte de Lima (Portugal), abrieron en pleno Quartier Latin (Barrio Latino) de la ciudad, en la calle Saint Denis, el Restaurante Casa Galicia. Cuatro décadas después, este emblemático local continúa en el mismo lugar y sigue siendo uno de los grandes referentes de la cocina gallega y española en Norteamérica. Dispone de dos plantas, tiene capacidad para 120 personas y los fines de semana mantiene su cita con los espectáculos de flamenco. En su carta no faltan platos tan característicos como el pulpo a la gallega, las vieiras, las almejas a la marinera o la parrillada de mariscos, ni tampoco buenos vinos Albariño y Valdeorras. El 80% de su clientela son canadienses y el 20% restante turistas estadounidenses y europeos.

Texto: Javier de Francisco ©

 

Profesor de karate, propietario del gimnasio Shindo Ryu de Caracas y cofundador de la Federación Venezolana de Karate

Fue preparador de la Guardia Nacional, Armada y Policía Metropolitana y, a los 75 años, imparte cinco horas diarias a más de 100 alumnos

“Fun de luna de mel a Caracas á casa da miña cuñada e xa me quedei en Venezuela, onde levo 52 anos. Non viñen por necesidade, pero gustoume o país”. Así resume su cambio de vida Guillermo Pérez Álvarez, originario de Grixó (Ramirás) y personaje muy querido por toda la Hermandad Gallega de Venezuela, colectivo en el que se inició como profesor de karate en 1974. Ha sido uno de los seis fundadores de la Federación Venezolana de Karate y su escuela-gimnasio, de la que han salido más de cien cinturones negros y numerosos representantes del país en competiciones internacionales, es un referente tanto en la alta competición como en la práctica más popular de este deporte. El maestro Guillermo Pérez, cinturón negro 7º Dan, fue durante más de 20 años formador de agentes de la Guardia Nacional, de la Policía Metropolitana y de las tropas de la Armada. En la actualidad, a los 75 años de edad, continúa impartiendo cinco horas diarias de clases -de lunes a sábado- en su gimnasio de Chacao, a más de un centenar de alumnos “desde os máis pequeniños, de 4 anos, ata adultos que superan os 70 anos”, resalta con orgullo. Se define como amante de la naturaleza y del deporte, y en su filosofía de vida están muy presentes valores como la perseverancia, la perfección, el respeto y la autoconfianza. En un mundo dominado por el materialismo y el consumo, asegura que “saber vivir é solo para escollidos”. Su estilo en el karate es el denominado Nihon Koden Shindo Ryu (Casa del Camino a Dios), en el que ejerce como director técnico para Venezuela. Desde hace unos años, cambió su residencia en Caracas por una casa de campo en San Antonio de Los Altos, en la que dedica tiempo al cuidado de palomas, loros, tortugas, gallinas... pero en especial de su perra mastín napolitana de casi 80 kilos de peso. El shihan Guillermo vive con cierta inquietud las actuales restricciones de alimentos en Venezuela: “Falta a graxa para o corpo porque hai carencia dalgúns alimentos. Aínda que hai carne e verduras, hai tempo que non podemos facer postres. E ademais, os que traballamos fóra da casa e non podemos estar horas nas colas, temos que pagar polos produtos na revenda cinco ou seis veces máis cos prezos que marca o Goberno”, explica.

Texto: Javier de Francisco ©

Analista de The Bank of New York Mellon

“Aquí no es tan importante tener cuantos más títulos universitarios mejor, sino mostrar en el trabajo qué sabes hacer y hasta dónde puedes llegar”

Tres años de formación en París y en Bruselas, para adquirir bagaje internacional y dominio de idiomas, impulsaron y ampliaron el foco laboral de la ourensana Gema Pérez, que acaba de cumplir un año en su nuevo cargo como analista de operaciones corporativas en la sede central de The Bank of New York Mellon, una de las mayores corporaciones bancarias del mundo, con 232 años de historia. Después de finalizar los estudios de Empresariales, abrió la carrera profesional en su propia ciudad, formando parte de la plantilla de dos líderes sectoriales a nivel local, una empresa de programación y hardware, y un centro médico de referencia. Gema Pérez se anticipó a la fuga de talento que aún arrastran Galicia y España desde el inicio de la crisis, y que se agudizó a partir de 2009. En su caso, vive en el exterior desde el año 2005. Durante su estancia en la capital europea forjó su primera vinculación laboral con la multinacional financiera para la que trabaja actualmente, The Bank of New York Mellon. En Bruselas ejerció durante tres años y medio (hasta diciembre de 2012) como experta en acciones corporativas. Ya en Nueva York, se reincorporó a la propia corporación BNY Mellon en agosto del año pasado, como analista de acciones corporativas, después de otra experiencia financiera -de algo más de un año de duración- en uno de los departamentos técnicos de Bloomberg LP, la compañía estadounidense de software financiero, datos y noticias. De su ciclo profesional en la mayor plaza financiera mundial, destaca el cambio de cultura empresarial en contraposición a Europa, en un país en el que “no parece tan importante tener cuantos más títulos universitarios mejor, como realmente mostrar en el trabajo qué es lo que sabes hacer y hásta donde puedes llegar. Se necesita una cierta preparación académica, por supuesto que sí, pero se requieren resultados”. Gema Pérez matiza que un currículum americano nunca se encabeza con los títulos y méritos académicos, sino con los resultados tangibles conseguidos en el trabajo: “La experiencia laboral no se describe en tareas sino en resultados y ésta siempre encabeza el currículum. Los títulos académicos se ponen a continuación”, aclara. Formar parte de una de las corporaciones de liderazgo le permite vivir, en primera persona, la verdadera dimensión de la operativa financiera mundial: “Trabajar en una empresa que ofrece servicios financieros en numerosos mercados le hace a uno consciente del altísimo volumen de transacciones internacionales que se dan en los mercados accionarios”. Y también le posibilita comprobar la permanente evolución del perfil de trader: “Hoy es mucho más importante tener conocimientos informáticos avanzados de lo que lo era hace tan solo diez años”, comenta.

Texto: Javier de Francisco ©

 

Empresario del sector hotelero y propietario de una ganadería con más de 2.000 reses de vacuno en Tacuarembó

El grupo empresarial que comparte con dos socios tiene en propiedad los hoteles Holiday Inn Montevideo y Klee

Cuando volvió a contraer matrimonio en 2009, en su tarjeta de invitación se podía leer “20 años en España, 50 años en Uruguay”. Hoy el reparto es aún más favorable para su país de acogida: 20 años en España, 57 en Uruguay. El empresario hotelero y agropecuario Julio Ríos Serapio emigró desde O Valoiro (Lobios) en 1959: “Fui el menor que emigró de la familia, a los 20 años de edad”, recuerda. Sus padres, su hermana y su hermano también fiaron sus destinos a la emigración de postguerra. Él trabajó de camarero en los primeros años, hasta que el propietario del bar que atendía le ofreció formar sociedad para adquirir un local de hostelería en Montevideo. Y viendo el recorrido del grupo inversor que crearon, acertó de pleno. Su socio, el también gallego -de Pontevedra- Jaime Araújo, posee hoy una de las cien mayores fortunas del país. Ocupa plaza en una selecta lista en la que su nombre figura al lado de las mayores sagas empresariales de Uruguay, de banqueros, de arquitectos, de abogados, de comerciantes y también de futbolistas tan reconocidos como Edinson Cavani, Marcelo Zalayeta, Luis Suárez, Álvaro Recoba, Diego Forlán o Enzo Francescoli. La sociedad formada por Julio Ríos, Jaime Araújo y por un empresario local, bautizada como Rolyr Sociedad Anónima, es propietaria de dos hoteles en Montevideo, el Holiday Inn (de cuatro estrellas y 136 habitaciones) y el Hotel Klee (de tres estrellas y 60 habitaciones), así como de otro establecimiento hotelero en la turística Punta del Este, el Porto Bari, que tienen arrendado a inversores uruguayos. Además, el ourensano Ríos Serapio posee una hacienda agropecuaria en Tacuarembó -capital del departamento agrícola y ganadero por excelencia-, formada por más de 2.000 reses de ganado bovino.

Texto: Javier de Francisco ©

 La popularidad lograda por Julio Ríos entre la colectividad gallega de Uruguay es probablemente insuperable. Su cercanía, su buen humor, su don de gentes, su animosidad para emprender proyectos y, sobre todo, para organizar actos sociales, le han convertido en uno de los personajes más admirados entre los socios, descendientes y simpatizantes de instituciones como el Centro Gallego y la Asociación de Empresarios Gallegos de Uruguay. Uno de los ejemplos más contundentes fue su boda, a finales de 2009, con la también empresaria agropecuaria -de Tacuarembó- Mariela Zilli. En la fiesta organizada en el propio Centro Gallego de Montevideo se dieron cita más de 500 invitados.

 Julio Ríos emprendió el viaje de la emigración de ultramar en 1959, a la edad de 20 años. Vivió en el país acompañado de sus padres, de una hermana y de un hermano. La familia es originaria de O Valoiro, en el municipio ourensano de Lobios. En cuanto llegó a Montevideo se puso a trabajar en la hostelería, como camarero. Pero enseguida le surgió la oportunidad de dar el paso como empresario. Y acertó en la elección de socios, ya que la sociedad que formó con su patrón, el pontevedrés Jaime Araújo, y con otro camarero del bar en el que trabajaba, perdura a día de hoy y engloba un importante patrimonio en el sector hotelero. Los tres jóvenes se unieron para comprar y transformar el viejo Bar Vaccaro, de Montevideo, en un renovado y cuidado local. Tras este negocio llegaron más, como panaderías y estaciones de servicio, que en muchos casos Julio Ríos adquirió o abrió incorporando como socios a sus propios hermanos.

Mientras, la sociedad de ámbito no familiar, que tiene como razón social Rolyr S.A., continuó creciendo y dio un salto definitivo cuando se introdujo en el sector hotelero. En la actualidad posee el hotel de Montevideo que forma parte de la cadena Holiday Inn, una de las nueve marcas englobadas en el gigante británico IHG (InterContinental Hotels Group), el líder mundial por número de habitaciones, con una oferta global de más de 4.700 hoteles en un centenar de países. El Holiday Inn Montevideo es un cuatro estrellas de 136 habitaciones y siete salones de convenciones. Su actividad genera 70 empleos directos.

 

El segundo hotel en propiedad es el Klee Internacional, situado muy cerca de la Avenida 18 de julio, la arteria principal de la capital uruguaya. Se trata de un tres estrellas con 60 habitaciones, en el que trabajan 22 personas. Los activos de Rolyr S.A. en el sector hotelero se completan además con una participación accionarial en el Hotel Sheraton Montevideo, un lujoso cinco estrellas con 207 habitaciones y 9 suites. Está situado muy cerca de la zona centro, a 200 metros del club de golf y del paseo marítimo. El edificio forma parte del centro comercial Punta Carretas.

 

Financiado por la Unión Europea, NextGenerationEU
Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia