Artículos de opinión
Sánchez y Milei: ¿Tango o pasodoble?
Por Carlos Vasallo
Presidente y CEO de América CV Network
El inicio de la tormenta diplomática entre España y Argentina tiene un porqué. Como todo lo que hace el presidente Sánchez no sucede por casualidad. La historia arranca el día de su investidura, cuando incorpora a su discurso, sin venir a cuento, salvo para ligar a VOX y a la ultraderecha, un texto directo sobre la figura del entonces candidato Javier Milei. Lo que viene a decir Sánchez es que es una vergüenza que un político de ultraderecha como Milei tenga la posibilidad de gobernar Argentina, metiéndose de una manera absolutamente insolente en los asuntos de otro país. Para que tenga ligazón con España, dice que Rajoy ha endosado a Milei, y mirando desafiante al candidato Feijóo le dice que él, sin ninguna duda, también endosará (respaldará) al actual presidente de Argentina.
Ahí Sánchez inicia lo que acaba siendo una crisis diplomática, que es en lo que estamos hoy. Pero, ¿por qué lo inicia? En primer lugar, Sánchez se inmiscuyó en plena recta final de campaña en las elecciones de un país ajeno, diciendo: “Ojalá gane Massa y no Milei”. Y luego, con lenguaje de pequeño emperador, le dice a Feijóo que no se le vaya a ocurrir –igual que a Rajoy- apoyar a Milei. Sánchez, que se fue inmiscuyendo cada vez más en las elecciones de Argentina, quiso que todos apoyasen al que señala él, a Sergio Massa, argumentando que representa el socialismo y la continuidad.
Pedro Sánchez, viendo las posibilidades muy altas de Milei para ganar las elecciones, quiso desmontar todo y hacer esa injerencia desde España, porque él preside la Internacional Socialista y quisiera ser el presidente de la Internacional Mundial y exportar sus ideas a todos los países del mundo. Como ejemplo, acaba de declarar que el impuesto a las grandes fortunas y a las grandes empresas hay que exportarlo de España al Parlamento Europeo y si es posible también a Estados Unidos y a dónde sea. Sánchez se considera a sí mismo un líder mundial.
A Sánchez le molesta que puedan prosperar unas ideas que no son las suyas. Lo que tenga que hacer Milei en Argentina y lo que se haga en el país está sustentado por el 55% de los votos, que lo han respaldado para hacer los cambios necesarios. Ha presentado una modificación a las leyes que ha conseguido que sea aprobada, y es un cambio radical en la manera de hacer política en Argentina. A pesar de no tener los votos necesarios para sacar adelante esa ley, lo ha logrado. Y eso es lo importante. Meterse en un país ajeno e interpretar la justicia social de Argentina y compararla con la de Estados Unidos, España, Dinamarca, Alemania… ¿qué tiene que ver? ¿Vamos a hablar de justicia social en la China o en la India?
Ese no es el debate. El debate es que Argentina es un país independiente y autónomo, que tiene que ser dirigido por la persona que ha sido votada. Y Sánchez no es quien para inmiscuirse dentro de esa relación. No es quien para decir a quién deben votar los argentinos, ni qué políticas deben llevar, ni si es social o no lo es. Y si la justicia social es la que ha empleado el kirchnerismo con el país casi más pobre de América Latina, siendo el más rico, y eso es lo que apoya Sánchez, pues qué pena…
Para llegar al desencuentro actual, otro paso previo fue la toma de posesión de Milei en Argentina el 10 de diciembre, acto al que Sánchez decidió no acudir. Cuando es obligación del presidente del Gobierno asistir a la toma de posesión del presidente de Argentina, es decir, de un país amigo, en el que las empresas españolas tienen inversiones muy importantes, como segundo inversor. ¡Pero si somos países hermanos! ¿Cómo no va a ir el presidente de España a la toma de posesión en Argentina? No va porque no le gusta Milei.
Después viene la convocatoria del 18 de mayo, que es la convención internacional organizada por VOX. Aclaro desde aquí que yo no tengo posicionamientos ni cercanos ni lejanos con VOX. Sólo intento explicar lo que ha sucedido. Milei llega a España ofendido y molesto, porque Sánchez le ha insultado. Él va en visita semiprivada, porque asiste a la convención en representación del partido liberal del que aspira a ser presidente a nivel mundial. Milei viaja continuamente para defender el iberalismo, como él lo llama. Viaja a España para ese evento y paga con la moneda correspondiente. Si no va Sánchez, ni las personalidades de alta representatividad, se ve con su amigo Abascal, que creyó en él mucho antes de las elecciones, y decide que va a hablar en ese mitin. Y ahí suelta la `bomba´.
El problema de Sánchez es que gobierna el país con el apoyo del 33% de los votantes, mientras que Milei gobierna con el 55% de Argentina. Es decir, si estamos hablando de democracia, en cuanto a votos tiene mucha más representatividad Milei que Sánchez. Y desde luego, el presidente argentino no gobierna con partidos separatistas que lo que quieren es separar España y triturarla. Ni gobierna con la izquierda que lo que dice es que hay que liquidar a los israelitas. Los disparates que están sucediendo en España por el control que tienen sobre Sánchez son tremendos.
Así que Milei se la tenía guardada. En Madrid dijo ésta es la mía, y se la soltó. Pero comete un error. No en lo qué dice, ni cómo lo dice, sino en que debería haber añadido presunta corrupta. Eso es evidente. Porque hay unas investigaciones. No dijo presunta, y así ha provocado el cisma con Sánchez, que se veía venir, y que de una vez ha debido ser provocado. Pero claro, provocar a Sánchez es muy peligroso.
Milei estaba esperando a la convención, y Sánchez estaba esperando a lo que éste decía en la Plaza de Toros de Vistalegre de Madrid, con más de 20.000 personas y otras tantas banderas españolas. Y el domingo, Sánchez ya tiene el reporte de lo que ha pasado en ese baño de masas de los que él considera “derechistas” y “fascistas”, que por cierto, son mayoría en el Parlamento Europeo. Para él no son adversarios. Son enemigos, que es el grado supremo.
Sánchez se levanta ese día en La Moncloa y dice, ¡caramba!, vaya mitin el de ayer. Y ha insultado a mi mujer. Ha dicho corrupta. Y pensó: qué magnífica oportunidad es ésta para levantar aquí un tremendo problema. Pero es que además, ese mismo día le traen los resultados de las encuestas electorales de las Europeas. Y le dicen que VOX duplica, pasando de 4 a 8 europarlamentarios, que el PP gana 13 y va a pasar a tener 23. Es decir, que entre VOX y PP suman 31. Y tal vez vayan a más. Sin embargo, el PSOE sube 3, pero se queda por debajo del PP. Y resulta que VOX pone el 12% y el PP cerca del 35%. Entre los dos están sobre el 46 o el 47%.
Entonces Pedro Sánchez dice que eso es intolerable y que hay que repetir la jugada de Feijóo antes de las elecciones. Vamos a montar el tinglado. Vamos a decir que esto es un problema diplomático intolerable, y en ese momento tira la caballería para ver si puede revertir el efecto de las elecciones europeas. ¿Y por qué quiere utilizar esta mecánica? Porque Begoña es mujer, y gran parte de los votantes son mujeres. “Ha ofendido a mi mujer”. Y tiene una ventaja; Milei no tiene mujer, tiene cinco perros. Ahí se desata la guerra. Y Sánchez es un maestro en hacer eso. Tira toda la caballería. Y sale a dar la cara por él el ministro Albares, yo creo que bastante avergonzado, llamando a conversaciones al embajador de España en Buenos Aires. Y Argentina dice que ni trae ni deja a su embajador, que se queda donde está.
Sánchez y su gente empiezan a crecer, y a decir que Milei tiene que ponerse de rodillas, abrir los brazos y permitir que le fustiguen. Y el presidente argentino contesta con el órdago a lo grande. Les responde que aquí el ofendido es él y pone en orden todos los insultos que le han hecho desde el inicio. Y dice que él es el insultado y él es a quien deben pedir disculpas. Lo que dice Milei lo dice como presidente de Argentina. Lo que dice Sánchez, se lo dice un presidente de Argentina. Y lo que dice Milei, bien o mal dicho, porque insisto en que debió de introducir la palabra presunta, se lo dice a la mujer de Sánchez, que no es cargo institucional y que si no estuviera metida en la vida pública, no habríamos llegado a este punto. Yo no he oído hablar de la mujer de Rajoy, ni de la mujer de Feijóo… Hemos oído hablar de Begoña y de unas ayudas, sea cierto o no. ¿Qué fue? No se sabe. Pero el PP va a seguir con esto, le guste o no a Sánchez.
El presidente de España pretende amordazar a la Justicia, a la prensa… Porque él tiene un camino muy difícil. Ahora vienen las elecciones europeas, y él tiene ahí un papel muy complicado que va a tratar de guerrear a tope, para intentar darle la vuelta a los sondeos y a lo que sea necesario.
Por resumir, yo no estoy dispuesto a reconocer que haya un problema entre España y Argentina. No hay absolutamente ningún problema. Son países hermanos. España y Argentina somos los mismos. Hay pocos países tan unidos culturalmente. En todas las artes, en la cinematografía, en la escritura, en la política… Hasta en el fútbol… En todo. Hay pocos países más hermanados en América Latina con España que Argentina. Podíamos hablar antiguamente de Cuba. Argentina ha quedado triturada por la mano de los Kirchner, con una inflación del 220%, una deuda pública insustituible, un 30% de pobreza... Es decir, si Milei puede hacer algo, ojalá y que se lo permitan, porque allí la política es muy complicada. Hay que recordar que muy pocos presidentes argentinos no han pasado por la cárcel. El señor Milei, al margen de lo que haga y de lo que piense, para mí goza de todos mis respetos. Es un valiente, es una fiera, un león. Es capaz de enfrentarse a todo el mundo y su único interés es tratar de sacar el país adelante. No se le conoce fortuna personal y no se le conocen más que deseos de colaborar y de ayudar al país.
Y España es un país en una posición dominante económicamente, que ha apoyado siempre a Argentina. Las mejores empresas españolas, con nuestras mejores gentes, están involucradas en el crecimiento y en el desarrollo de Argentina. Los bancos, las eléctricas, Inditex, Telefónica, Iberia… Todo aquel que se considera una empresa española con capacidad está en Argentina, y por muchísimos años gozaron de una bonanza económica en las inversiones españolas.
Existe un tráfico continuo de personas entre ambos países. Y hay infinidad de argentinos viviendo en España y de españoles en Argentina. Porque somos los mismos. Por eso me niego a reconocer que haya un problema entre ambos países. Hay un problema entre un presidente soberbio, como es Sánchez, que quiere utilizar cualquier espacio en el ámbito personal para crear un conflicto que le ayude a mantenerse en el poder, sea al lado de los separatistas o de quien sea. Y tenemos un presidente que no sabemos cómo gestionará el país, que es Milei, que ojalá le salga muy bien. Y ambos tienen un conflicto de personalidades. Y ellos ese conflicto de personalidades no lo van a arreglar a través de cada uno gobernando en su país.
Ojalá Milei acabe su sexenio, o el número de años que le corresponda, y Sánchez tengo la esperanza de que no lo consiga, porque estoy totalmente en contra de gobernar con el separatismo catalán y vasco, y con la desunión del país. Por lo tanto, aquí no gana nadie. Las encuestas de las elecciones europeas dicen que los separatistas se están difuminando, Podemos y Sumar parece que se moverán entre 2 ó 3 representantes, y resulta que el maligno VOX va a tener 8, que es casi tanto como la suma de Podemos, Sumar, Bildu y Junts.
Lo que está sucediendo entre España y Argentina es un tango desde el punto de vista de los argentinos. Y alguien podrá hacer una canción sobre lo que está ocurriendo. Yo te abrazo, tú me das la media vuelta… A Milei lo conduce a reforzar políticamente que él no se deja por nadie. Que le da igual que sea el Reino de España, que sea Sánchez o que sea quien sea. Que él está ahí para defender los intereses de Argentina. Y a Sánchez el conflicto no tiene que demostrarle nada. Ya sabe que es el virrey de la nueva España. Se considera que es a quien deben hacerle caso. Pero está equivocado. Eso no va a suceder. Él trata de sacar tajada dando vueltecitas en el pasodoble. Ahora para aquí, y te voy apretando y apretando. Pero se ha equivocado de rival. Milei no baila pasodoble. Baila tango, y al ritmo que él quiere.