América
BORJA MONTERO RODRÍGUEZ - CANADÁ
Entrenador profesional de porteros, integrante del cuerpo técnico del Atlético Ottawa (club propiedad del Atlético de Madrid) y licenciado en Farmacia
“En el Atlético Ottawa pasamos de ser el peor equipo a ganar la liga regular y hacer récord de asistencia en la final con más de 20.000 personas en nuestro estadio”
Texto: Javier de Francisco ©
La carrera de Borja Montero como entrenador profesional de porteros le ha llevado a destacar en tres continentes y en países emergentes del mediático mundo del fútbol como China, Kuwait y actualmente Canadá. Su personalidad se forjó en las calles e instalaciones de su pueblo, Ferreira de Pantón (Lugo), y en clubes gallegos como portero del Compostela, Lalín y Estradense, y previamente en el fútbol de formación en Monforte (Calasancio) y en el juvenil del histórico CD Orense. Compaginó deporte y universidad, y se licenció en Farmacia en la USC. Antes de que el fútbol internacional llamase a su puerta, y mientras se especializaba en la formación de porteros, trabajó durante seis años en una farmacia de la capital gallega. Conoce el esfuerzo que implica destacar en el fútbol profesional y también las largas jornadas de dedicación al mercado laboral más convencional. Tras su paso por el Alavés B y por las selecciones de Kuwait, incluida la absoluta, en la actualidad vive su tercera temporada en la Canadian Premier League, como integrante del staff del Atlético Ottawa, club en propiedad del Atlético de Madrid. “Pasamos de ser el peor equipo (último clasificado) a ganar la liga regular con una jornada de antelación, a ser el equipo con menos derrotas, el menos goleado, uno de los más realizadores... E hicimos récord de asistencia con más de 20.000 personas en la final en nuestro estadio”, relata Borja Montero. En la presente temporada, y con ocho jornadas disputadas, el Ottawa lidera la clasificación y vuelve a ser aspirante al título en una competición que está creciendo a fuerte ritmo, aunque eclipsada por la mediática MLS estadounidense de Messi. La plantilla está liderada por el carismático Alberto Zapater, ex capitán del Real Zaragoza.
Borja Montero en el estadio Mendizorrotza en Vitoria
Hace ya cuatro años, en el verano de 2020 iniciamos contigo una serie de entrevistas a deportistas y entrenadores gallegos que estáis haciendo carrera fuera de Galicia. En aquella época, en pleno coronavirus, te encontrabas a la espera de nuevos proyectos. ¿Cómo se fueron sucediendo?
Ese año terminé firmando por el Alavés, después de que me llamaran para hacer una entrevista. Así que empecé la temporada en Vitoria, en el Alavés B, y a la vez que me llegó esa oferta tuve también la opción de ir a Kuwait. Con el paso de 3 ó 4 meses estando en Vitoria, no resultó lo esperado, no terminaba de estar bien y notaba que no tenía la misma ilusión que en destinos anteriores. Entonces había quedado abierta la opción de Kuwait, que era un proyecto muy bueno, con 13 entrenadores españoles, así que acabé en el fútbol kuwaití y pasé allí casi dos años.
¿Entre esos 13 entrenadores españoles había técnicos conocidos?
Uno de ellos es Carlos González, con el que me vine después a Canadá, hace dos años y medio, y otro de los entrenadores con los que estuve en Kuwait fue Carlos Martínez, que está ahora en el Toulouse, en la Primera División de Francia y haciendo muy buenas campañas. Era uno de mis entrenadores en la selección sub-20 de Kuwait cuando estuvimos allí. Y de director deportivo estaba el que ahora acompaña a Míchel, ex del Rayo Vallecano, en esa misma función en un equipo de Arabia Saudí de Segunda División, con el que acaban de subir a Primera.
Borja Montero durante su etapa en el futbol kuwaiti
¿En Kuwait trabajabais sólo para la Federación del país o también para algún club?
Estábamos con las selecciones nacionales. Éramos 13 entrenadores españoles que llevábamos desde la absoluta hasta la sub-12. Fue un proyecto muy interesante. Coincidió con la época del covid, cuando un compañero se puso en contacto conmigo para decirme que había salido un proyecto en Kuwait, país que quería hacer lo que hizo Qatar en su momento, llevando un grupo de trabajo para encargarse de todas las selecciones nacionales. Las condiciones eran muy buenas, con un contrato a dos años, pero coincidió con la llamada del Alavés y al principio preferí quedarme más cerca de casa, después de haber estado fuera -en China- y de vivir todo lo que pasó con la pandemia. Pero como he dicho, luego de tres meses terminé yendo para Kuwait. Era un proyecto en el que había gente como Andrés Carrasco, que está ahora en el Dinamo Tbilisi (Georgia); él se haría cargo de la absoluta de Kuwait, junto con dos o tres españoles más en el cuerpo técnico. En la sub-23 estaba el entrenador con el que estoy ahora en Canadá, Carlos González, que venía del Atlético de Madrid juvenil. La sub-20 la dirigía Carles Martínez, que venía del Barça. Y luego en la sub-12 había cuatro chicos españoles que venían de las categorías inferiores de otras academias. Y entre medias estábamos preparadores físicos, entrenadores de porteros... Yo empecé con la selección olímpica y con la sub-20, y terminé con la absoluta. Cuando prescindieron de Carrasco en el puesto subieron al seleccionador sub-23, y yo subí con él. Fue una experiencia de año y medio que resultó a la vez intensa e interesante. Nos afectó el covid, el toque de queda en Kuwait, las familias no podían venir... En ese momento fue también una locura.
Borja Montero en el fútbol kuwaití
¿Y la experiencia actual en Canadá te surgió a través de Carlos González y de su vinculación con el Atlético de Madrid?
Sí, sí. Estando en la selección sub-20 de Kuwait, al cabo de unos meses por todo el tema del covid a Carlos González lo llama un equipo de la liga kuwaití, el más fuerte del país, que es el Al-Kuwait Sports Club, y durante algún tiempo -en 2021- compaginamos selección y club. Cundo terminamos con Al-Kuwait SC y nos quedamos sólo con la selección es cuando nos suben a la absoluta. Y estando en ella, a Carlos lo llaman del Atléntico de Madrid, club en el que ya había trabajado, para consultarle si le interesaba hacerse cargo del proyecto del Atlético en Ottawa. A Carlos le interesó y habló con el preparador físico que tenía en Kuwait y habló también conmigo para decirme que quiere ir, pero que va si nosotros nos vamos con él, porque no quiere aterrizar allí solo, sino con dos personas de confianza a su lado. Nos lo propone, en ese momento mi mujer estaba conmigo en Kuwait, lo hablamos y, aunque es cierto que a nivel económico salíamos beneficiados en Kuwait, pensamos que a nivel profesional e incluso de vida podía estar bien la experiencia. Y aquí llevamos más de dos años.
¿Ya estáis en la tercera temporada en la Canadian Premier League?
Sí, es la tercera temporada aquí. En Canadá las temporadas son por año natural. Es un país muy grande y hay zonas en las que el invierno dura mucho, una de ellas Ottawa. La liga empieza en la primera semana de abril, o en la segunda como muy tarde, y termina a finales de octubre o inicios de noviembre.
En plena explicación a la plantilla
¿La relación del Atlético de Madrid con el Ottawa es de propiedad completa?
El club es propiedad íntegra del Atlético de Madrid. Como propiedad íntegra tiene tres equipos: el Atlético de Madrid, obviamente; el Atlético de San Luis, que es un primera división de México; y el Atlético Ottawa en la primera de Canadá. Después participa en un holding en el que tiene parte de propiedad del Famaliçao, en Portugal, y de algún club de Francia, Israel...
Borja Montero en su actual etapa en Ottawa
Hace un par de meses estuviste trabajando en México. ¿Fue con el Atlético Ottawa o con el San Luis?
Fuimos con el Ottawa, porque estábamos en México de pretemporada. Nosotros con el Ottawa siempre hacemos las pretemporadas en Madrid o en México, por promoción de la marca, por colaboración entre los tres clubes... Las dos primeras las hicimos en Madrid, en Los Ángeles de San Rafael, y ésta última la hicimos en México, en las instalaciones del San Luis, donde estuvimos durante casi un mes.
¿Qué tal os han ido estas tres temporadas en el fútbol canadiense?
Hubo algo de todo. El primer año fue mejor de lo esperado. La liga canadiense sólo tiene seis años de vida, a nivel profesional. Nosotros llegamos en la temporada número 4, cuando el club llevaba únicamente dos años de existencia, en los que había estado de entrenador el mítico Mista, ex del Depor y Atlético de Madrid. El equipo había quedado último en las dos primeras temporadas. Nosotros llegamos para un proyecto a medio plazo, consistente en intentar posicionar al club dentro de la liga y que pudiese luchar al menos por entrar entre los cuatro que disputan los playoffs. Ese era el objetivo para la parte final de nuestro contrato, que era a dos años.
El tema es que el primer año nos fue de escándalo. Con un equipo completamente nuevo, en el que sólo quedaron 3 ó 4 jugadores del año anterior y con una plantilla hecha un poco a última hora, de prisa y corriendo. Porque nosotros estábamos en Kuwait y entre que firmamos y nos dejan salir de la selección absoluta, que no es lo mismo que estar con la sub-17... pasó cierto tiempo. Entre que arreglas todo y sales, para preparar una liga que empezaba el 9 de abril, nosotros pudimos empezar la pretemporada el 1 de marzo, con jugadores que había fichado el club y sin conocer muy bien qué posiciones estaban bien cubiertas y cuáles no tanto.
Fue saliendo todo sobre la marcha y ese año acabó redondo. Pasamos de ser el peor equipo de la liga las dos temporadas anteriores a ganar la liga regular con una jornada de antelación, ser el equipo con menos derrotas, el menos goleado, uno de los más realizadores... Es decir, nos salió redondo. Luego al final, el título se decide en formato playoff, llegamos a la final, hicimos récord de asistencia con más de 20.000 personas en el estadio, pero perdimos la final 0-2 en casa contra el Forge FC de Toronto, que son los dominadores de la competición (ganaron 4 de las 5 ligas disputadas). Aún así, fue un año en el que salió todo espectacular. En liga regular fuimos capaces de ganarles, pero no en el playoff, que es a partido único. Y sin embargo, el año pasado fue casi lo contrario. Había expectativas muy altas después de la temporada anterior, y tal vez la plantilla, en la que hubo bajas de última hora, quedó algo descompensada. Hubo también problemas de lesiones desde el inicio de liga, que nos fueron lastrando, y no nos dimos metido en el playoff, ya que fuimos quintos. Así que podemos decir que hasta ahora hubo sol y sombra.
Celebrando una victoria con Kuwait
¿Y en la temporada actual?
Se hicieron mejor las cosas, se firmó bien a jugadores, se dieron las bajas que consideramos necesarias, se mantuvo a los jugadores que creíamos que había que mantener, y de los tres años es en el que tenemos con diferencia mejor plantilla. De momento las cosas van espectaculares. Llevamos 8 partidos de liga, con cinco victorias y 3 empates, le sacamos 5 puntos al segundo, batimos ahora un récord de mejor inicio histórico de la liga, con 8 partidos seguidos sin perder. Hasta ahora va todo muy bien y ojalá que continúe así.
Con el portero canadiense Nathan Ingham
¿Se nota también en la liga de Canadá el tirón de la MLS (Major League Soccer) estadoudinense tras el fichaje de Messi y de jugadores como Busquets, Jordi Alba...?
No creo que la llegada de Messi haya influido tanto aquí; al final su llegada es consecuencia del próximo Mundial 2026, que organizarán conjuntamente Estados Unidos, México y Canadá. Sí que alrededor de esa próxima cita se está viendo que la liga está dando un paso adelante en Norteamérica en general, los estadios cada vez tienen mayor afluencia, cada vez miran más a Europa... Yo creo que sí que ha habido un salto importante en cuanto a repercusión y seguimiento del fútbol. En nuestro caso también ayuda que Canadá haya participado en el Mundial anterior, y que haya una hornada de jugadores jóvenes que están despuntando en Europa. Y también en Canadá hay mucho emigrante latino, que es seguidor de fútbol de toda la vida. Nosotros somos el segundo equipo de la liga que mete más aficionados en el estadio, con medias de 6.000 o de 7.000, y entre ellos hay mucho canadiense de pura cepa, pero también muchísimo mexicano y latino, al que el deporte que le gusta no es el fútbol americano ni el béisbol o el hockey, sino el soccer, como llaman aquí, y vienen al estadio y se hacen notar en las gradas.
Como entrenador de porteros de la selección olímpica de Kuwait
¿Hay jugadores mediáticos en la plantilla del Atlético Ottawa?
Firmamos a mitad de la temporada pasada a Alberto Zapater, el mítico capitán del Zaragoza. Llegó en el mercado de verano, a mitad de liga, y aquí está con su mujer y sus hijos feliz de la vida y dándole mucho al equipo, no sólo dentro del campo sino también fuera como jugador veterano. Además este año está con el modo goleador y es muy buena gente. Otro español es Dani Morer, un chico que el año pasado estaba en el Andorra y esta temporada empezó en el Famaliçao en la primera de Portugal. El año pasado tuvimos otro español cedido por el Atlético de Madrid, Diego Espejo, que ahora está en el Orihuela.
En el banquillo del Atlético Ottawa
¿Es habitual que os lleguen jugadores cedidos por el Atlético de Madrid?
Sí, suele ser habitual cuando están en ese paso intermedio que es la salida del juvenil y llegada al filial. A veces tienen una lesión y les cuesta entrar otra vez en la dinámica del filial... Entonces vienen aquí. Los dos primeros años, cuando nosotros no estábamos, hubo más jugadores que vinieron cedidos del Atlético B. En nuestros tres años aquí tuvimos a dos jugadores cedidos por el club, al central Diego Espejo que salía de lesión, y el primer año vino Sergio Camus, que está en Unionistas y era el capitan del Atlético B. Si el objetivo del club fuese pasar por la liga canadiense sin más, tal vez tuviesen más cabida jugadores que salen del juvenil del Atlético de Madrid y que no encuentran su sitio en el filial... Podrías traerlos aquí para fogearlos en una liga profesional, que es muy física, y que puede venirles incluso bien. Pero el problema es que en una liga de estas características y profesional, a chavales de 19 ó 20 años que no tengan ya cierto recorrido les cuesta mucho entrar y es probable que no lleguen a dar el nivel que necesitas para que el equipo esté arriba, como es el objetivo. Es bastante complicado, porque si no están preparados para dar el salto a Primera RFEF en el filial tampoco están preparados para dar el salto aquí. Es complicado manejar eso. Y este año no tenemos a ninguno cedido del filial.
Como entrenador de porteros del Alavés B
El delantero canadiense Larin triunfa en La Liga española. ¿En el Ottawa hay también jugadores con ese nivel de proyección?
El Ottawa lleva trabajando 5 temporadas y es un club que partió más o menos de cero, de las cenizas de otro club que se llamaba Ottawa Fury FC, que competía en la segunda división de Estados Unidos. Hay un jugador que salió a Europa y regresó, que llegó a estar en el Barça B, y que ahora está con nosotros. En nuestro primer año ya estuvo con nosotros, luego lo vendimos a Turquía y ahora lo repescamos. Es Ballou Tabla, que destacó mucho en Canadá con 16 ó 17 años jugando con Montreal en la primera división de Estados Unidos. Estuvo un par de años en el Barça B, luego volvió a Montreal, que él es de allí, su carrera estaba un poco complicada, lo firmamos en nuestro primer año e hizo un temporadón espectacular, que lo llevó a firmar en Turquía. Le fue muy bien el primer año allí, pero en este segundo año... acaba de ser padre, quería volver para Canadá, el entrenador nuevo no contaba tanto con él y lo recuperamos. Estoy seguro que Atlético Ottawa tendrá más jugadores con este recorrido, pero de momento Ballou Tabla es el primero en lograrlo.
Con el portero canadiense Nathan Ingham
¿Notas que la Canadian Premier League ha mejorado mucho en estos tres años que llevas en el país?
Sí, sí. Se nota mucho. Desde que llegamos aquí, dentro de la liga hubo 4 ó 5 jugadores que salieron a Europa y están compitiendo ahí a buen nivel. Está Abzi, que aunque no jugó mucho este año, está en el Leganés, que acaba de subir a Primera División. Era el lateral izquierdo de un equipo de Canadá de mitad de tabla. Firmó en Francia y desde allí se fue para Leganés. Hay otro chico, un central o lateral derecho que también estaba en un equipo de mitad de la tabla y pasó a la primera división de Polonia, jugó la Europa League y es internacional por Canadá. Sí que hay jugadores que van saliendo y eso hace que los jóvenes canadienses, antes de irse a jugar a Estados Unidos o de salir prematuramente del país, se queden en la liga de Canadá. Así, jugadores de cierto nivel que llevan años en la MLS de Estados Unidos, pero que no son titularísimos en su equipo, sí que tienen en consideración la liga canadiense, se vienen y aquí son jugadores más importantes. Y futbolistas que están en ligas medias de Europa se vienen para aquí. Al final es una liga muy joven, y al principio era una última opción para muchos jugadores, pero ahora cada vez más compite con esas ligas de clase media europea o con segundas divisiones de ligas importantes. Compite con ese mercado para firmar futbolistas, y eso teniendo como mayor hándicap el salary cap (tope salarial). Ese corte salarial en sueldos y plantilla limita mucho e impide competir con ciertos clubes europeos y sudamericanos. Aunque un club canadiense tenga el dinero para fichar a determinado jugador y quiera traerlo, no puede hacerlo porque no tiene hueco. Puedes tener 50.000 dólares de salary cap y si un jugador cuesta 100.000, no te dejan gastar esa cantidad aunque dispongas de ella. Por eso muchas veces tienes que tirar por jugadores cedidos para no hacerte cargo del salario. En nuestro caso tenemos a Liberman cedido por el Villarreal; nos podríamos hacer cargo de su salario, pero la liga no nos deja porque en las 23 fichas que tenemos ya está prácticamente completo el salary cap.
Como técnico de la selección absoluta de Kuwait
¿Las instalaciones de entrenamiento y los estadios también están a buen nivel en la liga del país?
Las instalaciones aquí, sobre todo en ciertas partes del país, es uno de los principales problemas. Y en gran parte por la climatología. Los inviernos son duros. En Ottawa, desde finales de noviembre hasta el inicio de marzo suele estar todo nevado y las temperaturas son muy bajas. El segundo año, antes de la pretemporada, nos quedamos aquí un par de semanas y llegamos a estar a -28 grados, que yo creí que eso no existía. En el tramo desde la puerta del coche a la entrada de un campo de fútbol cubierto, que eran solo diez metros, te aseguro que dejaba de sentir los párpados. Era algo exagerado. Esa climatología implica que las instalaciones, que son muy numerosas, sean todas de hierba artificial. Nuestro estadio tiene capacidad para unas 25.000 personas, es muy bonito, pero el césped es el que es... Está lleno de caucho. Digamos que es similar al de Los Remedios en Ourense o a muchos campos sintéticos de Galicia. Y es lo que hay. Para irte a unas buenas instalaciones, tienes que ir a alguno de los tres equipos de Canadá que juegan en la MLS: Montreal, Vancouver y Toronto. Ahí sí que manejan césped artificial de última generación o los híbridos que ahora están de moda, campos naturales que pueden cubrir en invierno fácilmente... Aquí en invierno tienes campo de hierba artificial, se cubre con una especie de globo aerostático o de lona, que está muy bien. Pero en instalaciones en Canadá hay mucho trabajo que hacer. Y sobre todo también porque no somos el deporte principal. Por ejemplo, nosotros compartimos estadio con el fútbol americano en la ciudad. Y cuando tienen día de partido, no podemos entrar en el estadio, porque lo ocupan desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Y son situaciones que ya condicionan el trabajo. Es cierto que el club está proyectando una pequeña ciudad deportiva a las afueras, pero ya es para el futuro.
Con el cuerpo técnico de la selección de Kuwait
Los staffs son cada vez más numerosos y están muy especializados. Hoy se habla mucho de recuperadores, readaptadores, analistas... y poco del entrenador de porteros. ¿Son modas?
Dentro de los cuerpos técnicos sí que es cierto que cada vez hay más gente, lo que implica una mayor especialización y que cada uno tenga que ser el mejor en lo suyo. Pero a la vez, al menos por lo que yo he visto en estos años, somos más en el staff pero también estamos más interrelacionados entre nosotros. Hace una década, probablemente al entrenador de porteros le decían tienes 30 minutos o 45, haz lo que tú quieras con los porteros y después ellos se vienen con el equipo. Y ahí se acabó tu trabajo; el entrenador de porteros se quedaba con los brazos cruzados viendo el partido o la tarea en cuestión. Sin embargo, ahora, que como digo somos más en el cuerpo técnico, siete en el caso del Atlético Ottawa, hay mucha más función para todos. Es decir, el trabajo está mucho más interrelacionado. Yo sé en todo momento qué va a hacer el equipo este día, sé el trabajo específico de los porteros y tengo tiempo para mi trabajo individualizado con ellos. Pero mi función no termina ahí. En mi caso llevo el balón parado. Y puedo estar por ejemplo con el extremo izquierdo y con el lateral para que uno siempre esté dando amplitud... Quiero decir que percibo que el trabajo es cada vez más multidisciplinar. Y eso hace que, a veces por modas, por ciertos momentos se le dé mucha más visibilidad y bombo a unas funciones y a unos puestos que a otros. Pero verdaderamente no creo que los entrenadores de porteros estemos olvidados. Somos probablemente la fea del baile, siempre lo fuimos, es algo obvio. La profesión como tal dentro del fútbol es una de las más nuevas, por decirlo de alguna forma, sobre todo a nivel formativo. Antes era el ex portero del club que había jugado 20 años el que se dedicaba a entrenar a los porteros. Ahora estamos mucho más especializados, preparados y formados. Y se van dando pasos que nos hacen estar mucho más involucrados y participar en tareas grupales diversas. Puede ser que la readaptación esté ahora más de moda, porque durante mucho tiempo tampoco tuvieron su sitio y ahora lo tienen. Pero ya digo, en líneas generales nunca me sentí discriminado u olvidado con respecto a otros integrantes del cuerpo técnico.
En el staff del club Al Kuwait SC
¿Tu objetivo es seguir más temporadas en Canadá? ¿Hay mucha calidad de vida?
La calidad de vida está bien. Es cierto que es un país caro. La compra en el súper, que tanto nos asusta ahora en España por los precios, aquí está muy cara. Todo lo que hagas fuera de casa, como restaurantes, tiene un coste muy alto. Menos la gasolina, que aquí es más barata que en España, el resto tiene precios muy superiores; desde una cerveza, una hamburguesa... Pero la calidad de vida es buena, las calles son muy seguras, la gente es aunque algo fría muy agradable. Se vive bien en Canadá. Y en lo deportivo y profesional, no sé qué haremos en los próximos años. El contrato era por dos años, los cumplimos, y la temporada pasada renovamos un año más, que es el actual.
En la previa de un partido en Canadá
Ojalá se fije en tu trayectoria algún club grande de Galicia, como Celta, Depor, Rácing de Ferrol...
Pues mira, a los entrenadores de porteros del Celta los conozco a ambos y tengo buena relación. Tanto con Nando, que está en el primer equipo, como con Gael, que está en el filial. Son muy buena gente, hicieron los cursos conmigo y tengo muy buena relación con ellos.
En su etapa en el Alaves B
Has estado en la selección absoluta de Kuwait, en el fútbol chino de primer nivel, en el Alavés y ahora estás vinculado a un proyecto internacional del Atlético de Madrid, pero sigues siendo el deportista de Ferreira de Pantón que siempre has sido, humilde y cercano. ¿El éxito puede cambiar a la persona?
Espero serlo toda mi vida. ¿Qué éxito? Si esto es un trabajo. Yo medio en broma, medio en serio, siempre digo que soy un obrero del fútbol. Sé que nunca voy a ganar millones, ni cientos de miles de euros, lo sé. Soy entrenador de porteros, no soy Messi. Eso lo tengo claro. A partir de ahí, me siento muy afortunado de poder dedicarme al fútbol, afortunadísimo. Yo trabajé muchos años en la farmacia y auque ahora trabajo muchas más horas de las que hacía en la farmacia, y tengo muchos más problemas en la cabeza, al final cuando te dedicas a lo que te gusta las cosas salen de otra manera. Ya digo, éxito ninguno. ¡A currar! Hoy será aquí y mañana donde nos dejen.
Recibiendo el premio de ganadores de la liga regular de Canadá en 2022