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MARÍA DEL CARMEN COUSELO - URUGUAY

Directiva y accionista de Compañía Uruguaya de Transporte Colectivo

“Fui la primera conductora de ómnibus en Uruguay; hoy en la compañía CUTCSA hay 596 mujeres en diferentes puestos”

En galiciaexterior conmemoramos el Día Internacional de la Mujer rindiendo homenaje a María del Carmen Couselo, la primera conductora de autobús del transporte público de Uruguay. Desde finales de los noventa ha sido un rostro muy popular en diferentes líneas urbanas y metropolitanas de Montevideo y su entorno. Hoy forma parte del equipo directivo de la mayor compañía de transporte del país, CUTCSA, que cuenta con una flota de 1.140 autobuses, y es además una de sus principales accionistas. Y el origen está en el coche número 346 de orden interno, el primero que adquirió su padre hace más de medio siglo.

Desde el primer día pasó a formar parte de la familia “como un integrante más”, recuerda Carmen Couselo: “Cuando mis padres adquirieron en 1962 un terreno en un punto estratégico que estuviera cerca de la única planta que CUTCSA tenía en aquel momento, construyeron la casa que fue diseñada para que en ella se pudiera guardar el ómnibus, ya que era una de las cosas más importantes. Ese ómnibus fue la fuente de trabajo y el sustento de nuestra familia”, relata.

En una conmemoración tan especial, el 8M, la presentación de la nueva integrante de la cada vez más dimensionada galería de protagonistas de GaliciaExterior, lleva la firma de nuestra propia homenajeada: “Soy María del Carmen Couselo Varela, la única hija y primera generación nacida en Uruguay del matrimonio que formaron mis padres, ambos gallegos, emigrantes de la primera mitad del siglo pasado, y que como tantos otros en esa época, vieron la emigración y la muy dolorosa salida como única alternativa a aquella vida de penurias, escasez y privaciones que les venía dada de nacimiento; dejar padres, hermanos, familia y su tierra.

No era tanto por ambición ni por el deseo de una gran vida; la realidad es que llegaban a emigrar para ser una carga menos, y abandonaban todo ello por algo desconocido, lo que suponía una renuncia terrible para todas las partes.Mis padres se conocieron en 1954, se casaron en 1957 y yo nací en 1959. Formé mi propia familia con Manuel Pombo, hijo de emigrantes y a su vez también emigrante, aunque sólo contaba cuatro años cuando llegó a Uruguay. Nos casamos en 1980 y afortunadamente tenemos dos hijos, Sebastián y María Belén, y tres nietos, Alfonsina, Fausto e Iracema, que nos llenan de alegría.

Texto: Javier de Francisco ©

Su padre emigró a Uruguay a principios de los años 50. ¿De qué municipio de Galicia procedía?

Mi papá Severino Couselo Botana nació el 20 de septiembre de 1917 en la Provincia de La Coruña, en una aldea llamada A Calle de Poulo en el ayuntamiento de Ordes. Llegó a Uruguay en 1952 con 36 años de edad y según decía, ya era bastante mayor para emigrar. Al llegar a Uruguay su primer trabajo fue en un bar, luego en una fábrica de caramelos y en 1953 ingresó como guarda en la empresa de transporte CUTCSA (Compañía Uruguaya de Transporte Colectivo Sociedad Anónima). En 1957 pudo comprar su primera cuarta parte de un ómnibus y pasar a ser accionista de dicha empresa; a su vez pasó a desempeñarse como conductor. Falleció en el 2009 a los 92 años de edad.

Carmela y Severino

¿Su madre también emigró desde Galicia? ¿Ella a qué se dedicó en Uruguay?

Mi madre Carmen Varela Amado nació el 28 de diciembre de 1913; también oriunda de la provincia de La Coruña, de San Román, en el ayuntamiento de Laracha. Emigró en 1930 con sólo 16 años. En sus comienzos trabajó como sirvienta con cama (término empleado en aquella época, hoy de nombre servicio doméstico) en una casa de familia con quienes estuvo casi 30 años. Al principio trabajaba en el hogar de una familia que tenía tres adolescentes, pero luego, cuando una de sus hijas se casó, se fue a trabajar con el flamante matrimonio donde ayudó a criar a sus cinco hijos. Falleció en el 2006 a los 93 años de edad.

Con sus padres, celebrando los 90 años de Carmela

Desde la infancia usted ha estado siempre familiarizada con el transporte de viajeros, ya que su padre y su tío también trabajaron en CUTCSA (Compañía Uruguaya de Transporte Colectivo), el mayor operador privado de América del Sur, con una flota actual que supera los 1.100 vehículos. ¿Qué recuerdos tiene de aquellos primeros años y cómo influyeron en la elección de su profesión vocacional y de tanta tradición familiar?

Cuando yo nací mi padre ya era accionista en CUTCSA y es por esto que siempre digo que nací entre ómnibus. Desde que tengo uso de razón recuerdo siempre el autobús en la puerta de casa y mis juegos eran en torno a él. Mientras mis padres lo lavaban o reparaban yo jugaba a ser guarda o a ser chófer. A medida que fui creciendo comencé a ayudar en su mantenimiento, alcanzaba herramientas, ayudaba con la limpieza, o con todo lo que se necesitara. En aquel entonces la compañía contaba con solo 500 y poco autobuses, mientras que hoy en día cuenta con 1.140. El coche número 346 de orden interno fue el primero que adquirió mi padre y ese ómnibus era, para nosotros, un integrante más de nuestra familia. Cuando mis padres adquirieron en 1962 un terreno en un punto estratégico que estuviera cerca de la única planta que CUTCSA tenía en aquel momento, construyeron la casa que fue diseñada para que en ella se pudiera guardar el ómnibus, ya que esa era una de las cosas más importantes. Ese ómnibus fue la fuente de trabajo y el sustento de nuestra familia.

María del Carmen con sus padres y el  coche número 346

En Galicia aún hoy perduran empresas familiares de autobuses en las cuatro provincias. ¿Su padre y su tío, o algún otro familiar, ya habían trabajado en este sector en alguna empresa gallega?

No, mi papá y su familia se dedicaban a la labranza de la tierra. Él contaba que alguna vez (porque la mayoría de las veces iba y venía caminando) cuando iba a Santiago de Compostela tomaba un autobús de la empresa Castromil y él los miraba con mucha curiosidad, pero nunca se le pasó por la cabeza que algún día ésa sería su profesión.

La cúpula directiva de Cutcsa

Hace unos años usted participó en el spot del Banco Mundial conmemorativo del 8M, Día Internacional de la Mujer. ¿Qué representó para usted esa invitación? ¿Le dio mucha popularidad en Uruguay y en Sudamérica?

Fue un gran motivo de orgullo para mí que me invitaran a representar al Transporte. Mucha gente que vio el spot me reconoció. En CUTCSA es un orgullo decir que, en todos los sectores de la empresa, los trabajos tienen la misma remuneración no importando el género.

La familia

Durante 20 años trabajó como conductora-cobradora. ¿Qué líneas recorría cada día y en qué zonas de la capital y del área metropolitana?

Estudié Administración de Empresas en la U.T.U. (Universidad del Trabajo del Uruguay) y trabajé como administrativa en dos empresas en el rubro de carpintería, hasta que en 1996 en un momento que hubo una falta de personal en el transporte, ingresé en CUTCSA como guarda eventual (cuando sólo había 6 mujeres en ese entonces). Más tarde me quedé fija durante un año cubriendo ese puesto en uno de nuestros autobuses. Desde los 19 años tengo libreta profesional que sirve para taxi, remis (servicio de vehículo con conductor), etcétera, pero es recién en el año 1998 e incentivada por mi esposo que hice el examen práctico y teórico para obtener la libreta de conducir transporte público. En 1999 solicité el cargo de conductora-cobradora eventual en la empresa, siendo la primera mujer que solicitaba ese cargo. Hubo un debate en el Directorio de aquel momento que estaba dividido en aceptar mi solicitud, pero gracias al apoyo del Sr. Juan A. Salgado, que ya era presidente en aquel momento, accedió a darme la posibilidad. Luego de hacer las prácticas correspondientes comencé a desempeñarme como conductora-cobradora en el coche 878 de número interno, siendo la primera mujer en el transporte público de pasajeros del Uruguay. En ese momento realizaba un recorrido Diferencial que eran 3 líneas -D8, D5 y D2- y a partir del 2009 pasé a las líneas suburbanas que unen los departamentos de Montevideo, Canelones y San José con los recorridos C1, C2, C3, C4, C5, 214, 268, 230, 227, DM1, D10 y D8. Mis padres nunca pensaron que teniendo una hija fuera a continuar con la profesión de mi papá. Ellos se sintieron felices y muy orgullosos de mi decisión. Hoy la compañía cuenta con 3.500 funcionarios, de los cuales 596 son mujeres en distintos puestos de trabajo: hay 121 conductoras, 56 guardas y el resto se distribuyen en administración, inspección, electricidad, tapicería, etcétera.

María del Carmen en sus comienzos

¿Qué cargo tiene actualmente y qué función realiza ahora en la compañía?

Desde julio de 2021 estoy en el Directorio de la Empresa ocupando un cargo en la Comisión Fiscal.

María del Carmen con sus hijos

Además es una de las accionistas principales. ¿La gran colectividad gallega de Uruguay ha tenido y tiene todavía mucho peso en Cutcsa? ¿También fue determinante en los orígenes de la empresa?

CUTCSA fue fundada en 1937 por un gallego, llamado José Añón, nacido en la provincia de La Coruña, en el ayuntamiento de Laracha. La compañía estaba formada por una cooperativa de autobuses que trabajaban en forma individual, hasta que algunos años más tarde lograron agruparse para, de esa forma, poder hacer frente a la competencia de los tranvías ingleses de aquella época. Hoy en CUTCSA trabajan familias enteras. En mi caso particular mi esposo y yo nos conocimos allí; él trabajaba desde 1973 junto a su padre. Nuestros hijos y yerno hoy desempeñan funciones dentro de la empresa y es el caso de casi todos los accionistas. Por eso siempre decimos que CUTCSA es una empresa familiar. Mi padre apostó en invertir en ella, y yo, junto a mi familia, seguimos su mismo camino, por lo que hoy contamos con un importante número de acciones en la compañía. Esta empresa fue pensada en nuestros orígenes, tiene un sistema de trabajo igual al que había hace más de 60 años en las aldeas, cuando en épocas de cosechas se ayudaban unos a otros, como en las mallas o la recolección de las patacas, cuando hilaban el lino, etcétera.

Uno de los autobuses de Cutcsa

¿Usted se mantiene muy unida y vinculada al colectivo de gallegos del país? ¿En qué instituciones participa más activamente?

Amo mi país de nacimiento, vivo en él y en él ha transcurrido toda mi vida, pero no puedo dejar de sentir que por mis venas corre sangre gallega y también es un motivo de orgullo. Participo activamente en el Centro Gallego de Montevideo (el más antiguo del mundo), en el cual hago distintas actividades como baile gallego, en el grupo Raigames, con el que tuve la oportunidad en el 2022 de participar en el VI Día de Galicia Exterior representando a Uruguay. A su vez, integro la directiva del Hogar Español de Ancianos, integro el Consejo Directivo de la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos y también formo parte de la Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago con personería jurídica.

La familia española de María del Carmen

¿Viaja con frecuencia a la tierra de sus padres? ¿Mantiene mucho contacto con su familia residente en Galicia?

Mi vínculo con Galicia lo tengo desde que nací. Recuerdo a mis padres cuando pasaban tardes enteras escribiendo cartas a sus hermanos y a mi abuela paterna, y la alegría de la llegada de las misivas con noticias de nuestra familia al otro lado del Océano Atlántico. Tuve la suerte de conocerlos a todos en mi primer viaje a España junto a mis padres en 1971 y a partir de ahí pude viajar muchas veces, ya que mantengo un contacto muy estrecho con todos mis primos, tanto por el lado materno como por el paterno. Además, mi esposo tiene tres hermanas y cinco sobrinos viviendo en Arteixo y en La Coruña, por lo que nuestro contacto, gracias a la tecnología, es prácticamente diario. En el 2019 mi esposo y yo realizamos el Camino de Santiago desde Tui y fue una experiencia única, más allá de lo espiritual, el caminar entre la naturaleza y el verdor de Galicia, recorrer aldeas, seguir el curso de ríos entre carballos... Me sentí transportada a aquellas vivencias y recuerdos que guardo de mi primer viaje en 1971 a una España muy distinta a la que hoy en día visito.

Con los nietos

María del Carmen con Manolo y Sebastián

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