América
MIGUEL ADÁN GARCÍA - PANAMÁ
Licenciado en Económicas, CEO del Grupo Saleta con actividad en el sector financiero y en la industria del mueble
“Cada año que pasa los gallegos vamos quedando más desplazados y resisten menos mueblerías de emigrantes; por eso nosotros hemos apostado por el sector financiero con Grupo Saleta”
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Texto: Javier de Francisco ©
El economista carballiñés Miguel Adán García dirige en Panamá un grupo empresarial formado por una financiera con oficina en las principales provincias del país y por una mueblería fundada hace cuatro décadas por su abuelo, el emprendedor Jaime García, originario de Astureses (Boborás, comarca de Carballiño) y fallecido en el año 2015. Miguel Adán se licenció en Económicas en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y antes de establecerse al otro lado del Atlántico trabajó durante cinco años en el departamento de administración de la constructora Dragados, en la sede de A Coruña. La crisis económica iniciada en 2009 cambió su destino laboral y familiar. Su abuelo, que gestionó los negocios familiares hasta los 83 años de edad necesitaba relevo generacional y su nieto aceptó el reto, junto con su esposa Rocío Iglesias. Con la tercera generación al frente, Grupo Saleta (lleva el nombre de la romería y capilla de Astureses) ha puesto el foco en el sector financiero, con la apertura de oficinas en Santiago de Veraguas -sede central-, Ciudad de Panamá, David (Chiriquí), Chitré (Herrera), Changuinola (Bocas del Toro) y Penonomé (Coclé), pero también con la continuidad de la empresa del mueble en Santiago bajo el nombre original de Mueblería y Joyería Saleta, y con varias propiedades inmobiliarias en régimen de alquiler. La actividad de la compañía de origen ourensano genera en total 70 empleos directos.
El año 2013 marcó un punto de inflexión para Grupo Saleta. Obtuvo licencia y permiso para operar como entidad financiera por parte del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) de Panamá y puso en marcha un modelo de negocio dirigido al segmento de los préstamos personales para consumo. El giro empresarial desde el sector del mueble a la financiación tiene una contudente explicación para Miguel Adán: “Cada año que pasa los gallegos vamos quedando más desplazados y resisten menos mueblerías de emigrantes procedentes de Galicia (llegaron a representar el 80% del sector en el país). Viene mucho mueble importado y comunidades como la árabe se están posicionando fuerte y por sus relaciones con Asia tienen mayores facilidades a la hora de las importaciones”, explica.
Interior de Mueblería Saleta en Panamá
¿El grupo familiar iniciado por tu abuelo, el emprendedor Jaime García, mantiene la actividad en sus sectores tradicionales: muebles, financiación y propiedades inmobiliarias?
El negocio de la mueblería lo tenemos prácticamente plano y creemos que le queda poco tiempo. Por lo que hemos apostado en los últimos años ha sido por la financiera.
Antes estaban vinculados los dos negocios, para financiar a los clientes la compra de muebles. ¿Ahora son independientes?
Sí, antes estaban vinculados, pero ahora hemos ampliado la financiera a varios puntos del país: a Santiago, David, Chitré, Changuinola, Penonomé y continuamos en Ciudad de Panamá.
¿Son oficinas, similares a pequeñas sucursales bancarias?
Sí, son pequeñas sucursales para conceder préstamos personales en esas localidades. Hacemos operaciones para cubrir gastos personales, que en ocasiones pueden llegar hasta 10.000 ó 20.000 dólares, y la finalidad es muy variada, desde gastos médicos hasta viajes, estudios, celebraciones... Aquí no existe tanto la cultura de ahorro como en Galicia y cuando surgen imprevistos muchas familias necesitan recurrir a este tipo de producto financiero.
¿La banca es más restrictiva en la concesión de préstamos personales?
Cuando los importes alcanzan los 30.000 dólares, los 50.000 o cantidades superiores sí que suelen recurrir a la banca, pero ésta es más lenta en la concesión, por la elevada burocracia. Nuestra financiera consigue agilizar esa fase previa a la concesión de un préstamo personal, lo que nos hace competitivos, teniendo además en cuenta que, al ser para cubrir imprevistos, el cliente necesita inmediatez en las operaciones y no puede permitirse esperar dos o tres meses a que le concedan un préstamo.
¿En Panamá los bancos tardan hasta tres meses en financiar a particulares?
Sí, tardan bastante. Dependiendo del tipo de trámite, sí que se pueden alargar mucho las concesiones, hasta que se completa el estudio y toda la operativa. Ahí el sector bancario sí que nos deja un hueco importante. Aunque desde fuera puede sorprender, existe mucha regulación, como país que siempre ha estado en el foco del blanqueo de capitales. Y luego Panamá se regula mucho con papeles y es necesario justificar todo.
Miguel Adán con su esposa e hijos en una playa de Panamá
¿La mueblería familiar continúa abierta al público?
Sigue funcionando y permanece abierta, pero con el paso de los años ha dejado de ser el negocio principal del grupo. Nos hemos enfocado a la financiera. La mueblería continúa abierta al público en Santiago de Veraguas.
La industria y distribución de muebles ha sido un sector muy fuerte para los gallegos que emigraron a Panamá. ¿Ha habido muchos cierres en los últimos años?
Las mueblerías han ido hacia abajo; han cerrado muchísimas, cada vez quedan menos en el mercado y existe competencia de otros grupos. Los gallegos hemos quedado desplazados en el sector del mueble en Panamá. Viene ya mucho mueble importado y comunidades como la árabe se están posicionando fuerte y por sus relaciones con Asia tienen mayores facilidades a la hora de las importaciones. Cada año que pasa los gallegos vamos quedando más desplazados y resisten menos mueblerías de emigrantes procedentes de Galicia.
Miguel Adán en brazos de su abuelo Jaime García en su primer viaje a Panamá desde Galicia
¿Nunca has tenido la tentación de entrar en otros sectores de actividad?
El sector financiero está bien para nosotros. Nos hemos especializado en esa parte y estamos cómodos trabajando. Aunque Panamá es un mercado pequeño, para ofrecer un buen servicio hay que estar muy activos en el día a día. Por otra parte, la falta de personal cualificado te obliga a estar más concentrado y exige mucha dedicación. Los otros rubros ni me los he planteado. Hay gallegos que han apostado por sectores como el del turismo y han abierto hoteles, pero yo no me veo. Me gusta el trabajo que tenemos; tengo tres hijos y también queremos disfrutar de ellos. Seguro que en la época en la que emigró mi abuelo se trabajaba más, pero ahora queremos disfrutar un poco y compartir tiempo con la familia.
En Panamá, ¿los préstamos personales siguen fijando tipos de interés por encima del 20 y del 30%?
La financiación para consumo aquí es cara, pero estamos en una época de globalización; en España en los últimos años se han extendido mucho los créditos rápidos, con compañías de gran tamaño. Al final este tipo de operaciones no hay que verlas tanto por el tipo de interés que se aplica, ya que es un capital para reintegrar en poco tiempo. Yo creo que la globalización ha traído un poco de todo. Alomejor esa parte de negocio que ha llegado a España estaba más pensada para un mercado anglosajón o de Europa del Este, pero la gente en el país también está tirando de este tipo de producto. Tal vez no tanto españoles directamente, sino más bien extranjeros que han estado en esos mercados. Es cierto que son tipos de interés altos, pero si vemos claros ejemplos como el de España, la banca tradicional también se va encareciendo. En el sector hipotecario, en Panamá estamos hablando de un 6 o de un 7% hacia arriba para sacar una vivienda que no esté subvencionada por el Gobierno. Y en España estamos viendo el euríbor más un diferencial superior al 1%. Es cierto que si comparamos el hipotecario, en Panamá es una brutalidad más alto, y lo mismo para una empresa que necesite financiación, ya que aquí un préstamo comercial para empresas suele estar por encima del 10%. Se puede encontrar al 7% o así, pero dependiendo de las garantías que se pongan.
¿Cómo es una operación media de financiación al consumo en Grupo Saleta?
Las hacemos muy variadas y dependen también mucho de la forma de cobro. Podemos hablar de importes medios de 2.000 a 3.000 dólares, con financiaciones que empiezan en un 9% de interés, aunque se puede alcanzar más. Al final tienes que competir, pero depende de la forma de cobro, de la persona solicitante... Claro que pueden llegar a tasas del 12, del 14%... y hasta al 30%.
Foto de familia en Panamá
¿Son así de caras por la cobertura del riesgo y por la morosidad e insolvencia?
Si en España pasarte de un 3% en un banco es malo, aquí eso serían unos grandes resultados, porque la morosidad se dispara mucho más. Nosotros nos dedicamos a préstamos al consumo y aquí es frecuente que la persona deje de trabajar, que cambie de trabajo, hay también mucho contrato informal, aunque esa parte se quiere combatir con la nueva Ley de la Caja de Seguro Social. Hay bastante economía sumergida y como empresa financiera seria y regulada no das entrado en esos cobros cuando hay informalidad.
A nivel global, la geopolítica y la economía no viven buenos tiempos. ¿Cómo percibe esta situación y amenazas la sociedad panameña?
La gente siempre dice que vivía mejor antes y hay un poco de incertidumbre. No sólo es lo del Canal con Trump. Por ejemplo, cerraron una mina (Cobre Panamá, de la canadiense First Quantum), que era muy importante, que representaba cerca del 5% del PIB y que tenía muchísimos empleos directos (7.000) e indirectos (40.000). Ese cierre tiene grandes consecuencias, con una demanda de 20.000 millones de dólares interpuesta por la compañía, que se dice pronto, pero que sería difícil de asumir por un país. Este cierre ha estancado un poco la economía, ha hecho que las agencias internacionales hayan bajado el rating del país, con lo que repercute en las inversiones, y si le añadimos todo el tema del Canal pues aún se complica más. Obviamente no creo que llegue a pasar nada... Más bien se ve como las afirmaciones de una persona (Donald Trump) que alardea de que quiere hacer mucho más de lo que el mundo le permita.
¿Y esas malas intenciones sobre la propiedad del Canal generan mucha incertidumbre y desasosiego entre la población?
En ese tema no hay incertidumbre, pero sí una cierta alteración, porque al final hay mucho sentimiento de orgullo y de pertenencia, como el que pueda tener cualquier pueblo. Y claro, notan como un ataque, que viene el extranjero y que se quiere llevar algo que es de ellos y que ha costado sudor que Panamá se quedara con el Canal. Así que sí que les toca de cerca. Y más porque tienen reciente el tema de la mina y de los cierres, porque no querían que extrajeran sus minerales. Por eso en cierto modo lo del Canal recuerda lo que ocurrió hace poco en el sector minero.
Sede central de la financiera Grupo Saleta
Por otra parte, ¿percibes que entre los jóvenes sigue habiendo emigración desde Galicia rumbo a Panamá?
Yo me vine a Panamá en el año 2012 y en aquella época se notaba más emigración desde Galicia que ahora. Se podría decir que ahora ya no están emigrando tantos gallegos, pero españoles sí que continúan haciéndolo. Los aviones siempre vienen llenos; está volando Iberia, hace poco entró Air Europa... Yo no vivo en Ciudad de Panamá, que es en donde se instala la mayoría, pero sí que noto que siguen viniendo bastantes españoles para quedarse.
Ya en el ámbito personal, ¿sigues muy conectado con Galicia?
Sí, claro. Siempre pasamos los veranos en Galicia. Tanto en Panamá como cuando viajamos a Galicia queremos darle la mejor infancia posible a nuestros hijos.