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CARLOS GARCÍA CUENCA - MADRID
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, Máster en Alto Rendimiento de Deportes de Equipo y seleccionador nacional de hockey femenino
“Fue muy emotivo que la primera concentración para preparar los Juegos Olímpicos de París tuviera lugar en Ourense”
Texto: Javier de Francisco ©
Los primeros vínculos del actual seleccionador español de hockey hierba femenino con el deporte del stick surgieron en Ourense, en las instalaciones del Pabellón de Os Remedios que visitaba a diario durante su infancia y juventud. Tanta pasión por su deporte y tantas horas de dedicación ya presagiaban el duradero idilio de Carlos García Cuenca con el hockey. Como jugador militó en Pabellón, Unión Deportiva Taburiente (Las Palmas de Gran Canaria) y Adaxe (A Coruña), su último club antes de la retirada con apenas 30 años. Su trayectoria ha estado ligada a los destinos laborales de sus padres. La familia ha residido en Ourense, su ciudad, y en etapas posteriores en Las Palmas y A Coruña.
Carlos se licenció en Ciencias de la Actividad Física y Deporte en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y es Máster Profesional en Alto Rendimiento de Deportes de Equipo por la Universitat de Barcelona. Posee la mayor titulación internacional como entrenador de hockey, la FIH Coach Elite, y en su palmarés destacan 4 ligas de División de Honor, 6 Copas del Rey y la reciente clasificación para los Juegos Olímpicos de París, en los que el combinado nacional no pudo entrar en la disputa por las medallas. Estrenó el cargo de seleccionador en septiembre de 2023 y en mayo de 2024 renovó con la Real Federación Española de Hockey para liderar -con dedicación exclusiva- un ciclo de cuatro años con dos citas olímpicas: París 2024 y Los Ángeles 2028. Aceptar el reto de seleccionador le obligó a poner fin a su exitosa vinculación con el histórico Real Club de Polo de Barcelona, después de siete temporadas en la dirección del primer equipo. También ha estado vinculado al CD Terrassa y ha sido -en plena pandemia- uno de los grandes impulsores del hockey en la Comunidad Valenciana, en proyectos con la federación autonómica y con el club de división de honor Giner de los Ríos.
En toda una vida dedicada al stick, ha ejercido de jugador, preparador físico, director técnico, entrenador auxiliar, primer entrenador... Y también como asesor de la Selección Nacional Femenina de China y como su entrenador asistente en la Copa del Mundo disputada en Londres en 2018. Ya con España, durante la preparación de las pasadas Olimpiadas vivió el “sueño” de dirigir en Ourense la fase de preparación del combinado nacional, experiencia que espera repetir en Galicia en alguna de las próximas competiciones internacionales.
El seleccionador ourensano dando instrucciones a sus jugadoras en las Olimpiadas de París 2024.
A los 19 años, un nuevo cambio de destino de tus padres te hizo cambiar Galicia por Canarias. ¿Empezó allí tu etapa como jugador de división de honor?
Nos trasladamos a Canarias por motivos laborales de mis padres. En Canarias hay varios clubes y uno de ellos es la Unión Deportiva Taburiente, en el que jugué en categoría senior, en división de honor. Fue una muy buena época. Después de cinco o seis años en Las Palmas de Gran Canaria regresamos a Galicia, esta vez no a Ourense sino a A Coruña, y jugué en el Adaxe, en donde finalicé mi carrera como jugador. Terminé relativamente pronto, con 29 ó 30 años, y desde ese momento tuve la oportunidad de dedicarme de forma profesional como entrenador de hockey. Regresé a Canarias y mi primer equipo fue precisamente la UD Taburiente en categoría femenina en división de honor.
Después de esa etapa inicial como entrenador en Canarias, ¿cómo continuó tu trayectoria en los banquillos?
En Canarias estuve entrenando cuatro años y después me fichó el Real Club de Polo de Barcelona, en el que estuve en categoría masculina, después de haber estado en Las Palmas siempre en categorías femeninas. En el Polo hice de todo (segundo entrenador del primer equipo, categorías inferiores, primer entrenador del segundo equipo...) hasta que en 2012 me llegó la oportunidad de ser el entrenador del primer equipo y ese representó el salto definitivo a la élite, porque es uno de los mejores clubes de España y de Europa, así que la exigencia era muy alta. Es el club en el que he pasado más tiempo desde una perspectiva profesional. Fue la mejor manera de hacerte profesional en este deporte, ya que en aquel momento no había otro puesto más exigente. Estuve siete temporadas como primer entrenador del Real Club de Polo. Al terminar esta vinculación me tomé un descanso, porque habían sido unos años muy duros, pero todo se complicó porque fue la época del covid. Ese período lo pasé en Valencia haciendo otro tipo de actividades relacionadas también con el hockey. Allí pasé dos temporadas, hasta que me llamaron del CD Terrassa, que es otro histórico, y estuve dos temporadas. Era un proyecto para tres años, pero en el último, que fue la temporada pasada, me volvió a llamar el Polo, y pasé a hacer un año más en este club. Había firmado un contrato sin fecha de finalización, hasta que las dos partes quisieran, lo que indica el grado de confianza que había entre ambas partes, pero llegó el tema de la selección.
En los primeros meses llegaste a compaginar RC Polo y selección. ¿Ahora ya no?
Ahora no. En un principio compaginé selección y club, ya que en el equipo nacional estaba como segundo entrenador o entrenador ayudante, y era todo más sencillo. Pero en octubre de 2023 me nombraron primer entrenador y ahí ya nos damos cuenta de que esa vinculación con el Polo iba a ser sólo de una temporada o que renunciaría a la selección. Es decir, era romper con el Polo o romper con la selección. Al final se hicieron las cosas muy bien y en muy poquito tiempo, en nueve meses, salió todo bien: nos clasificamos para los Juegos Olímpicos, en junio ganamos la FIH Hockey Nations Cup, que es una competición que da acceso a la FIH Pro League, la liga mundial, y luego en los Juegos Olímpicos cumplimos los objetivos estipulados por la Federación, e incluso los superamos. Entonces me renovaron justo antes de las Olimpiadas y en ese momento cerré la vinculación con el RC Polo. Ahora son cuatro años de trabajo como seleccionador; esperemos que se puedan cumplir, y a ver qué nos depara el futuro.
En París 2024 llegasteis a contar y a estar cerca de las medallas...
Tanto como cerca de las medallas no podemos decir, porque nos eliminaron en cuartos de final, y aún pasando esa ronda todavía nos quedaría un partido más para poder conseguir medalla. Pero bueno, yo creo que los objetivos mínimos se consiguieron. Lo que nos pedían era estar entre los ocho primeros, es decir, entrar en los cuartos de final, que en ese momento era el objetivo real del equipo nacional. Y lo que sí hicimos bien es que los grupos eran de seis y teníamos que conseguir entrar entre los tres primeros para tener posibles opciones de un cruce asequible en cuartos de final. Logramos pasar entre los tres primeros, evitamos a Países Bajos, que todo el mundo sabía que casi con seguridad lograría el oro olímpico, pero en el cruce con Bélgica perdimos 2-0. Fue un partido muy intenso y disputado, que se perdió en el último cuarto. Competimos con todos los equipos, hicimos un buen papel, pero bueno, nos quedamos en cuartos de final. Estamos satisfechos con el trabajo, creo que llevamos al equipo hasta el límite y ahora sí que hay que pensar en cómo podemos superar esa situación en estos cuatro años.
Recibiendo la felicitación de sus jugadoras tras una victoria de la Selección.
¿Y esta nueva etapa coincide con una buena generación de jugadoras en España?
Estamos en proceso de elaboración de un nuevo grupo de trabajo, que nos va a llevar un tiempo, unos meses. Hasta enero no tenemos competición; en ese mes comienza la liga mundial, en la que se compite con todos los países. Nosotros tenemos que viajar a Australia y a la India, y luego a países más habituales como Bélgica o Alemania. Para ese momento estamos preparando nuevo equipo y viendo todas las posibilidades de continuidad o no de jugadoras y de encontrar relevos en caso de que haya que tomar algún tipo de decisión. Y en ese proceso estamos. Luego, a finales de verano, tenemos en agosto otra fecha importante, que es el Europeo de 2025. A ver cómo se nos da.
Ourense estuvo muy presente en la preparación de la selección femenina para la cita de París 2024. ¿Esperas repetir pronto experiencia en Galicia, comunidad que siempre tienes tan presente?
Sí, claro. Una de las situaciones más bonita y emotiva fue que la primera concentración para preparar los Juegos Olímpicos de París tuviera lugar en Ourense, en donde sigo teniendo familia, amigos y conocidos. Además, el presidente de la Federación Gallega es Roberto Barata. Era una gran oportunidad para llevar el equipo nacional a Ourense, a Galicia, rodeados de amigos, de tranquilidad... y la verdad es que fueron unos días súper emotivos y bonitos. Así que ojalá podamos repetir. Primero, como experiencia personal fue espectacular, y como experiencia profesional todo fueron facilidades, funcionó muy bien y estaríamos encantados de volver, claro.
Carlos García y las jugadoras en el ayuntamiento de Ourense en una recepción oficial
¿Actualmente hay representantes gallegas en la selección española de hockey hierba?
En este momento en el equipo absoluto no.
¿Pero tenemos base y ves posibilidades de futuro en el hockey gallego femenino?
Sí, hay algunas opciones de jugadoras, pero hay que trabajar yo creo que a largo plazo. Llegar a una selección nacional es muy complejo, no es nada sencillo, hay que hacer muchísimos sacrificios. En mi caso ya he contando todo lo que he tenido que hacer para llegar a donde estoy ahora. Y en el caso de las jugadoras, pues prácticamente lo mismo. Hay que apretar, hay que ayudar, hay que mantener, hay que seguir... Y ojalá haya jugadoras gallegas en el equipo nacional, pero creo que es una cuestión más a largo plazo.
Con parte de su staff de la Federación.
¿Como seleccionador es una dificultad añadida que el hockey esté tan territorializado en unos núcleos muy concretos de la geografía española, como Cataluña, País Vasco, Madrid...?
En el deporte del hockey sigue habiendo dos focos centrales tradicionales, que son Cataluña y Madrid, y sí que es verdad que van apareciendo nuevos focos, como por ejemplo Valencia. El País Vasco siempre ha tenido cierta tradición; quizás la haya perdido un poco y ahora la está volviendo a recuperar. En el norte, Cantabria, País Vasco, Asturias y Galicia son focos que me gustaría que se reactivasen y puedan recuperar el potencial que tuvieron en el pasado. Como he dicho, otro foco importante que está trabajando muy bien es la Comunidad Valenciana; ahí sí que se están viendo los frutos de un trabajo y de una inversión muy alta en los últimos años. Andalucía también es otro punto donde a ver si es posible reactivar el hockey, al igual que Canarias. Al final, no me gusta hablar del hockey como un deporte minoritario, pero somos conscientes de la dificultad que existe. Es un deporte pseudoprofesional. En las altas esferas sí que hay compensaciones económicas de cierto nivel, sin pensar ni de broma en las cantidades de otros deportes convencionales, pero son ayudas que permiten que algunos jugadores y jugadoras se puedan dedicar de una manera casi profesional a este deporte. Pero hablo de las élites. Y a partir de ahí, es como tú has dicho, hay dos focos centrales y otros que están trabajando muy bien. Yo creo que el hockey está en un gran momento; está creciendo. Esperemos poder ayudar para que siga haciéndolo. Desde mi punto de vista más personal, evidentemente a mí me encantaría que Galicia recuperase otra vez el protagonismo que ha tenido, y estaremos ayudando en todo lo que haga falta.
En otros países que marcan la hegemonía mundial del hockey hierba femenino, como Países Bajos, ¿existen también focos geográficos tan concretos como ocurre en España?
La situación es diferente; por ejemplo, Países Bajos y Bélgica son dos países pequeños, y por eso no hay focos tan concretos. En España, el gasto de un equipo de división de honor femenina es muy elevado, por los desplazamientos. Hasta el punto de que gran parte del presupuesto se destina a los viajes. En cambio en Países Bajos y Bélgica los desplazamientos se hacen en el mismo día de partido, con vehículos propios. El contexto es diferente, con lo cual los modelos son diferentes. Nosotros tenemos que mirar hacia nosotros mismos, y encontrar un modelo adecuado que favorezca el crecimiento del hockey, la pseudoprofesionalización y que siga aportando un buen número de fichas, que crezca, que tenga visualización. Hay que seguir trabajando en esta línea. Y cuántos más éxitos deportivos tengamos habrá mayor seguimiento y más curiosidad entre los nuevos deportistas por practicar el hockey. Al final es el efecto llamada que siempre se da en el deporte; cuando hay un éxito a alto nivel, se produce un efecto llamada de jóvenes jugadores y deportistas que sienten curiosidad y entran en un deporte nuevo, en el que tienen también un espejo donde mirarse.
Con la dedicación exclusiva a la Federación, ¿han crecido también tus responsabilidades y aportaciones?
Sí, el trabajo del seleccionador no es sólo dirigir la selección absoluta. Es lo más importante y está clarísimo que al final es por lo que te evalúan, pero hay un trabajo detrás, de formación, de desarrollo, clínics, charlas, formar a técnicos... que es intrínseco al cargo. Y en eso estamos. Es un trabajo que tiene que ser productivo e intenso, pero al final lo que te mantiene en un cargo a este nivel son los éxitos deportivos. No es nada nuevo, todo el mundo conoce las reglas del deporte de alto nivel y si hemos aceptado sabemos lo que conlleva.
Ya en el ámbito personal, Carlos, ¿naciste en Ourense o llegaste aquí después de vivir con tus padres en otras ciudades?
Yo circunstancialmente nací en Lugo, pero sólo fue el tiempo justo de estar en el hospital y vuelta a Ourense, que es en donde vivían mis padres. Fue una cuestión circunstancial de mis padres, por motivos de trabajo, en judicatura, y con destinos a los que había que adaptarse. En Galicia seguimos teniendo familia y yo tengo mucha vinculación todavía, porque mis amigos de la infancia siguen siendo mis amigos habituales, así que voy mucho, nos juntamos con frecuencia y hacemos mucha vida en común aunque estemos desperdigados por diferentes puntos geográficos. Sigo teniendo mucha vinculación con Galicia, ahora más con A Coruña que con Ourense, pero por cinscuntancias, nada más.
Y una última curiosidad, ¿por qué es habitual desde hace años el uso de cascos y micrófono entre los entrenadores de hockey? ¿Por qué este deporte le da tanta impotancia a las comunicaciones?
Simplemente porque el deporte del hockey, aunque en cierto modo sea minoritario, siempre ha estado muy profesionalizado en algunos aspectos, y uno de ellos ha sido en la tecnología. Hubo una época, ahora ya no porque el fútbol ha crecido en todos los niveles, en la que el hockey fue el deporte pionero en tecnología, en videoanálisis, en comunicación entre banquillos y en un montón de cuestiones que seguimos heredando, como los cascos; tenemos siempre entrenadores en zonas especiales de la grada y practicamos mucho el videoanálisis. Como digo, en su momento fue un deporte súper pionero. Ahora prácticamente todos los deportes profesionales conviven con esto, pero el hockey ha estado, y sigue estando, a la vanguardia, a pesar de las diferencias económicas con otros deportes.