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Manel Iglesias - Madrid
Productor ejecutivo, director y realizador, especializado en grandes shows y directos para televisión, entre ellos la dirección de siete ediciones de los Premios Goya y trece de los Premios Ondas
“Es un privilegio haber trabajado al lado de Sting, Phil Collins, Elton John, Brian May, Alicia Keys o Kylie Minogue, y convivido con personajes tan relevantes como Stephen Hawking o Neil Armstrong”
Uno de los directores, productores y realizadores más mediáticos de España es ourensano, con raíces en la ciudad, en plena calle Emilia Pardo Bazán. Manel Iglesias ha diseñado y dirigido o producido siete ediciones de los Premios Goya del cine español, la más reciente la celebrada en marzo de este año, con Antonio Banderas y María Casado como presentadores. En seis ocasiones, con estreno en 2007, dirigió la ceremonia y en la última gran cita (2021) de los galardones que concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España intervino como productor delegado de la Academia de Cine y responsable de toda la parte telemática del evento. Además, ha estado al frente de trece galas de los Premios Ondas, entre 1997 y 2018, y se ha encargado, entre otros grandes shows, de los Premios Platino del Cine Latinoamericano 2014, retransmitidos desde Panamá a 22 países. Forma parte del grupo fundador del Starmus Festival, el festival de Ciencia, Astrofísica y Música, en el que ha sido productor ejecutivo de las dos primeras ediciones celebradas en Tenerife en 2011 y 2014. Manel Iglesias siempre ha preferido desarrollar su exitosa carrera profesional como freenlance, y no bajo el paraguas de alguna gran cadena o grupo de comunicación, y ha trabajado para un gran número de televisiones y productoras de diferentes países. Ha realizado producciones con grupos e intérpretes mediáticos de la música y profesionales del deporte, el cine, la cultura y la ciencia, desde Stephen Hawking, Neil Armstrong o Jim Lovell, comandante del Apollo 13, hasta Montserrat Caballé, Sting, Phil Collins o Elton John. Su formato o registro preferido es el de los grandes espectáculos musicales en directo y shows. En 1997 se reponsabilizó del inolvidable Concierto de los Tres Tenores, en el Nou Camp, y en 2013 grabó el documental sobre la visita de Montserrat Caballé a Armenia y realizó la retransmisión de su concierto en el Opera House de Erevan. Diferentes formatos de entretenimiento en televisión, realizados igualmente en directo, han llevado la firma del ourensano Manel Inglesias, como Inocente, Inocente, para Forta, Quiero Cantar (Antena 3) y Popstar (Telecinco). También ha liderado proyectos de marketing y campañas de publicidad, desde la presentación de la nueva imagen de Andalucía (año 2006) hasta la captación de socios “Únete a nosotros”, del Celta de Vigo (año 2007). En el deporte rey, fue el director de la serie de documentales de culto sobre grandes futbolistas de la historia, como Schiaffino, Zico, Pasarella y Nilton Santos, en compañía de Elías Querejeta como productor.
Texto: Javier de Francisco ©
Usted vivió en Ourense durante su infancia y también tiene vinculación familiar con la provincia de Pontevedra. ¿De qué zona de Ourense es originario?
Yo nací en Ourense y mi madre en la bahía de Baiona y Panxón, donde vivió con mis abuelos hasta su adolescencia y a donde íbamos los veranos cuando yo era pequeño. Yo nací en lo alto de la cuesta de la calle de Bedoya en Ourense, en la calle Emilia Pardo Bazán.
Entre sus trabajos recientes destaca una nueva producción de la gala de los Goya, en la que usted ya suma siete participaciones. ¿Qué nuevos proyectos está lanzando o preparando ahora?
Sí, he dirigido seis ediciones de los Premios Goya y producido la última, la de este año (2021), en la que me encargué de toda la parte telemática. Ahora estamos preparando la cuarta edición del Talent de música clásica Prodigios, para TVE, el festival Starmus, que aúna Astrofísica y Música, con la participación de varios astronautas de la carrera espacial y premios Nobel de Física, y que se desarrollará en Armenia en el mes de septiembre. También estamos preparando un nuevo programa musical para el otoño en Canal Sur, entre algunos otros proyectos en estudio.
Su trayectoria profesional está repleta de variedad de estilos y contenidos, desde especiales de Fin de Año o los propios Premios Goya y 13 ediciones de los Premios Ondas, hasta programas de éxito con diferentes productoras y cadenas de televisión. ¿En qué registro o formato se siente más cómodo?
Sin duda en los grandes espectáculos musicales en directo, dado que somos los transmisores del talento de los diferentes creadores e intérpretes para el gran público, y por ello es un privilegio haber podido trabajar al lado de gente tan admirable como Sting, Phil Collins, Elton John, Brian May, Alicia Keys, Kylie Minogue o Spandau Ballet, entre otros, pero es cierto que el festival Starmus ha sido muy gratificante para mí, al haber podido convivir con gente tan relevante como Stephen Hawking o Neil Armstrong, primer hombre que pisó la Luna, y también con Jim Lovell, comandante del Apollo 13, además de Brian May, del Grupo Queen, y varios premios Nobel de Física. Aprendí mucho a su lado, sobre todo humildad.
Y también alterna dirección, realización, producción... ¿Cómo consigue abarcar a la vez facetas creativas y técnicas?
Ha sido la evolución natural después de 37 años de experiencia en la producción de contenidos para TV. La transformación tecnológica a lo largo de estos años ha sido radical y la adaptación a dichos avances tecnológicos y su conocimiento significa un mayor aprovechamiento de las posibilidades de materializar las ideas que antes resultaban más costosas e inviables. En realidad nosotros solo aplicamos lo aprendido a lo largo de nuestra trayectoria con los elementos de que disponemos, limitados por el presupuesto que manejamos, siendo en la actualidad una producción más digitalizada y menos profesionalizada que antes. Además, el conocimiento de las diferentes áreas de la producción audiovisual te da una visión global del sector y de la industria en la que nos movemos.
La mayor parte de sus trabajos coinciden en el vértigo del directo, y con la presión añadida de trabajar con artistas y profesionales muy mediáticos. ¿Cómo se logra el control de emociones y órdenes? ¿Conoce algún trabajo más estresante que el suyo?
Pues se consigue somatizando y relativizando la presión y el estrés, evitando que llegue al equipo para que ellos puedan trabajar con tranquilidad y efectividad, pensando en la responsabilidad y en los diferentes intereses que existen en los eventos de este tipo. En realidad mi trabajo es muy parecido al de un director de orquesta; marcamos el tempo y ejecutamos la partitura, pero no tocamos ningún instrumento, aún siendo los máximos responsables del trabajo de mucha gente dentro de un equipo. En realidad somos como un filtro que convertimos el caos en orden o la mala energía en armonía, o al menos eso pretendemos. En realidad, más que estrés, para mí significa pasión, ya que el trabajo de tantos profesionales que intervienen en un proyecto pasa por mis decisiones, y eso representa una enorme responsabilidad que me hace estar al límite de atención para poder transmitir el talento de cada uno de los integrantes del proyecto, ya que al brillar ellos también lo hacemos todos. En ese momento del directo todos somos UNO.
¿Cuáles han sido sus peores y sus mejores momentos desde sus inicios? ¿Los más exitosos y los de mayor angustia?
Todos han sido enormemente enriquecedores, incluso los más ingratos, pero es cierto que detrás del desarrollo de la profesión hay condicionantes de tipo político de régimen interno que provocan situaciones que nada tienen que ver con el propio desempeño profesional y sí con manifestaciones de la ambición de alguno de sus miembros. No obstante, es algo inherente al ser humano e imagino que pasará en muchos otros ambientes laborales. En mi experiencia, opino que los mejores profesionales son siempre los más humildes y por ello no necesitan competir con sus compañeros sino consigo mismos; por lo tanto no tienen que realizar acciones que limiten las carreras de su entorno para favorecer las suyas.
¿Cuál diría que fue el punto de inflexión en su carrera profesional, el que le lanzó y situó entre los grandes productores y realizadores del país?
Pues sin duda haber renunciado a la plaza fija que tenía en la Televisión de Galicia a principios de los años noventa, trasladarme a Madrid y convertirme en freelance. Esto amplió enormemente el nivel de contactos y el conocimiento del funcionamiento de las diferentes formas de producir en numerosas empresas y proyectos, dejando la endogamia de trabajar siempre en la misma empresa, y conociendo de esta manera nuevas y diferentes maneras de producir contenidos, conociendo a grandes profesionales -en distintas áreas- que han sido siempre una gran referencia.
Ha trabajado en varios países y continentes, desde Portugal hasta Latinoamérica. ¿Tiene nuevos proyectos internacionales?
Pues sí, aparte de la sexta edición del Starmus Festival, que aunque se desarrolla en Armenia en septiembre de este año es un proyecto global, dado el nivel internacional de sus participantes, también estoy pendiente de la dirección de un largometraje y un documental con una productora portuguesa, en este momento en búsqueda de financiación pero ya muy avanzados en su desarrollo.
En la Televisión de Galicia ha realizado o dirigido espacios como “Malo Será” y “A Casa da Conexa”, pero no se ha prodigado excesivamente en el canal autonómico. ¿Le habría gustado sumar más protagonismo y participaciones en el audiovisual gallego?
Por supuesto. Cuando regresé a Galicia pensé que el mercado podría aprovechar la experiencia adquirida en los grandes proyectos desarrollados en otros lugares, pero apenas he tenido oportunidades, cosa que lamento porque me encantaría, si bien es cierto que aunque vivo en Galicia mi ámbito laboral se desarrolla fuera de mi tierra. Ya estoy acostumbrado y también resignado.
El ocio y entretenimiento no han decaído con la pandemia. ¿También es un segmento que vive un buen momento en creatividad y talento, o sufre un cierto agotamiento y falta de ideas originales?
Desde mi punto de vista, la TV y el entretenimiento se han banalizado debido a la degradación de ciertos contenidos, ya que se producen programas que no aportan nada culturalmente al desarrollo de un espectador. Antes no era así; no salía en TV cualquiera, ya que la televisión es un medio muy poderoso e influyente, y moldea la opinión de los espectadores, ya que es el mayor “influencer” que existe y una referencia para muchísimas personas, porque llega hasta el centro de tu casa, y a las personas que la ven, de una manera directa. Por ello debería ser más didáctica y constructiva teniendo mucho cuidado con los contenidos que se muestran. Por ejemplo, en este momento la ficción está en auge debido a las diferentes plataformas de streaming, pero este género solo entretiene, en tanto que otros géneros como el documental instruyen y amplían nuestros conocimientos sobre las experiencias de la humanidad en la historia y de la evolución de nuestra sociedad, y sobre las vidas de personajes mucho más interesantes que los que existen en la mente de un guionista, y que además son reales. Como ya sabéis “la ficción nunca superará a la realidad”. Pero sí, es un hecho que desde el confinamiento el consumo de contenidos audiovisuales ha crecido exponencialmente debido al incremento del tiempo que dedicamos durante ese período a ver formatos y series en TV por la imposibilidad de salir de casa.
Las cadenas y productoras siguen apostando por “importar” programas que logran el éxito en otros países, pero que no siempre funcionan aquí. ¿Sería mejor fomentar y destinar más recursos a las producciones nacionales y menos a esa importación o “corta y pega” del audiovisual?
En este momento estamos en un período clave de transformación del sector, en el que las cadenas generalistas están perdiendo cuota de pantalla, y por lo tanto ingresos publicitarios, en detrimento de las plataformas de streaming. Y es cierto que ellos innovan en algunos formatos fuera del prime time, pero el mercado de los contenidos está dominado por tres o cuatro empresas major, como Banijay o Fremantle, y todo lo que se escapa de sus catálogos no tiene cabida en las horas de máxima audiencia. Aún así hay formatos nacionales que se han exportado a otros países, con diferente aceptación, pero los programadores de las cadenas generalistas no corren riesgos con nada que no venga testado de otros países, lo cual es descorazonador para los muchos productores independientes existentes. Ahora las plataformas van a cambiar todo el mercado porque están diversificando sus contenidos para poco a poco ir introduciéndose también en entretenimiento, y quizá ahí pueda haber muchas más oportunidades de visualizar contenidos frescos e ideas menos comerciales y más innovadoras, como está ocurriendo en Internet.
En lo personal, ¿usted continúa muy vinculado con Galicia? ¿Cuáles son sus lugares especiales en nuestra Comunidad?
Galicia es un puente con el Universo para mí. Por ello he trasladado mi residencia a Santiago de Compostela desde hace unos años, ya que necesitaba un aeropuerto con buenas combinaciones para llegar a cualquier lugar, y además tengo Oporto a un paso para viajes más lejanos. Aunque paso la mayor parte del tiempo fuera de mi tierra (el año pasado estuve solo los tres meses y medio durante el confinamiento), comprendí hace tiempo que mi profesión me permitía vivir en cualquier ciudad y país, porque casi nunca trabajo en el mismo lugar, y a pesar de la climatología, la calidad de vida que tenemos en nuestra tierra es muy difícil de alcanzar fuera de aquí, y lo digo por propia experiencia. Además, para mí, la necesidad de estar cerca del Océano es fundamental y Galicia, al igual que Portugal, están privilegiadamente bañados por el Atlántico a lo largo de centenares de kilómetros de costa.
Esto me da una visión más exacta de mi lugar en el Universo y me llena de la necesaria humildad. Además creo que esta tierra tiene un magnetismo especial que he constatado y corroborado en innumerables experiencias con emigrados a lo largo de mis diferentes viajes. Tan solo voy a poner un ejemplo: En el año 1989 estuve en Perú haciendo un documental sobre gallegos que vivían fuera desde hacía tiempo y el equipo de grabación y yo llegamos hasta un pequeño pueblo, de nombre Ilo, una minúscula población que es fronteriza con el norte de Chile, para entrevistar a uno de ellos. Cuando llegamos a su casa, encontramos al hombre rodeado de un montón de hijos mestizos, ya que estaba casado con una mujer indígena. Él se había escapado durante la Guerra Civil española desde Malpica, donde era pescador, cuando lo avisaron de que lo iban a detener los del bando nacional para matarlo, y había terminado en aquel lugar del planeta formando aquella familia muchos años después. Llevaba por lo tanto 50 años sin regresar a Galicia y sin tener vínculos con ningún gallego en aquella pequeña aldea donde vivía, y sin embargo tenía un enorme acento de la ría que en cuanto dijo la primera palabra te dabas cuenta que no podría nunca negar su origen.
El hombre se pasó llorando toda la entrevista al recordar su tierra natal. Y lo mismo me ocurrió también en el Mato Grosso, en Brasil, con terratenientes desconsolados cuando hablaban de la Galicia que dejaron atrás, igual que en Nicaragua, Canadá, México, etcétera, y en general en todos los países que he visitado. Galicia está dentro de todos los gallegos independientemente de dónde vivan.
Para conocerle mejor:
Web Oficial: www.maneliglesias.es
Show Reel 2021: vimeo.com/357776099 y vimeo.com/330589909