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DAVID DOBARRO MAGÁN - CHIPRE

Fisioterapeuta en el Pafos FC, club de la Primera División chipriota

“¿Quién me iba a decir que tendría la oportunidad de ir, con el fútbol, a un lugar como las Islas Maldivas?”

Texto: Javier de Francisco ©

Es vigués, se inició en el fútbol como jugador de base en su ciudad y entorno, se encaminó profesionalmente hacia la Fisioterapia y ejerció en clubes gallegos antes de probar experiencias internacionales. La trayectoria de David Dobarro Magán encaja con el estereotipo de un emergente grupo de fisioterapeutas gallegos que triunfan en diferentes ligas europeas. En su caso, fue jugador del Coruxo hasta juveniles, antes de dejar Galicia para estudiar en la Universidad de León. Es Máster en Fisioterapia y Readaptación en el deporte, y desde marzo de 2024 forma parte del staff médico del Pafos FC, actual campeón de Copa en Chipre y uno de los representantes del país en la Conference League. Llegó al fútbol chipriota procedente del NK Istra 1961, de Croacia, en el que permaneció dos temporadas, y tras un paréntesis inesperado como fisioterapeuta responsable de la selección absoluta de Bangladesh. Su recorrido profesional comenzó en el mismo club en el que había sido jugador, el Coruxo, para realizar prácticas en el verano de 2017, continuó -también en prácticas- en el filial del Real Club Celta de Vigo y de ahí al Arosa, de nuevo con el técnico pontevedrés Rafa Sáez, para ejercer como fisioterapeuta y readaptador durante tres temporadas, hasta 2022.

En apenas nueve meses en Chipre, David Dobarro ya ha vivido dos acontecimientos históricos de su club, el Pafos: la conquista del primer título, al ganar la final de la Copa de Chipre, y la primera participación europea. Tras disputar la fase previa de la Europa League, el Pafos CF logró una celebrada plaza en Conference League, competición en la que suma dos victorias en las tres primeras jornadas. Dentro del staff médico, está al frente de un grupo del que también forman parte dos fisios chipriotas y un masajista rumano.    

  • Estás viviendo en Chipre tu tercera experiencia en el fútbol internacional. ¿Qué tal está resultando?
  • Muy bien. La incorporación al equipo fue muy positiva, a pesar de haber llegado a final de temporada; cuando un equipo está en ritmo de competición a veces es difícil adaptarse a la forma de trabajo. He tenido una buena aceptación y conseguimos terminar la temporada con el primer título del club, ganando la Copa, lo cual nos permitió entrar en la fase previa de la Europa League, experiencia que yo nunca había tenido la oportunidad de disfrutar. Resultó un inicio maravilloso, con mucho trabajo, sin parar, pero finalmente conseguimos entrar en competición europea, en la Conference League, y tal y como está yendo, junto con el calendario apretado de los partidos de liga, estamos teniendo unos buenos resultados y ojalá que en términos globales la experiencia salga muy bien. De momento es así; tanto en resultados como en trabajo estoy muy contento.
  • Y el calendario se estrecha más al compartir formato con la Champions League...
  • Sí, es el mismo formato, una liguilla en la que están los 32 equipos. Seleccionan seis partidos, por lo que a cada club le tocan seis rivales, tres en casa y tres fuera. Y según la puntuación que se consiga, el equipo entra directamente a la siguiente ronda o con un pequeño play-off si queda entre el puesto 12 y el 24. Ahora mismo estamos dentro de esos 24 equipos; nos quedan aún tres partidos, y para ser una primera experiencia europea del club estamos respondiendo muy bien, con dos partidos ganados. Ahora quedan otros tres encuentros complicados, pero la idea es intentar pelear por pasar a la siguiente ronda, de una manera o de otra.

David Dobarro con el staff del Pafos en el estreno en la Conference League

  • ¿Todo lo que estás viviendo es un hito en el fútbol chipriota?
  • Bueno, aquí tenemos al Apoel, que es un club que tiene bastante experiencia en competiciones europeas. Ha competido en Champions League y siempre está ahí peleando en Europa Conference. Ahora mismo estamos tres clubes de Chipre en la fase de liguilla, y los tres lo estamos haciendo bastante bien. No estamos siendo muy notables respecto al resto, pero los tres estamos compitiendo bien y peleando por pasar a la siguiente ronda. Para nuestro club, de manera específica, sí que es muy importante, porque ser la primera participación europea y haber pasado las previas es algo que no consiguen muchos clubes, al ser una experiencia nueva, con viajes, calendarios apretados, muchos partidos, necesidad de plantillas con capacidad para rotar... Pero lo estamos llevando bien. A ver qué tal resulta hasta final de año y si conseguimos el objetivo de pasar a la siguiente ronda, que sería importantísimo.
  • ¿Ha influido en tu contratación que el staff de entrenadores sea español, con Juan Carlos Carcedo al frente?
  • Sí, el staff es español, con Juan Carlos Carcedo, su asistente y el preparador físico. Y sí, cuando sale una opción o un puesto de trabajo y se barajan distintos perfiles, que la nacionalidad sea la misma que la del staff siempre ayuda mucho a la hora de la comunicación y de la adaptación. Es también algo que puede tener un papel importante en la elección de esa persona, porque te va a dar más facilidad. Es cierto que en el staff médico tenemos distintas nacionalidades, y dentro del área de fisioterapia buscaban una figura más representativa, que pueda tener más contacto con el grupo de trabajo, y por eso siempre va a influir y ayudar en el día a día tener un mismo idioma, una misma nacionalidad...

David Dobarro con la copa de Chipre

  • ¿En la primera división de Chipre tiene tanta importancia como en las grandes ligas europeas la función del fisioterapeuta?
  • Sí, sí, se le da mucha importancia. Al estar entrando en competiciones con un mayor número de partidos, cada vez se tiene más en cuenta la labor ya no sólo de los fisioterapeutas, sino de todo el departamento médico y de la preparación física. Al final no vale de nada tener buenos jugadores si no van a estar disponibles. Yo creo que los clubes que quieren crecer, ya no sólo en el ámbito de firmar buenos jugadores, están buscando darle apoyo y respaldo a esos jugadores para tenerlos disponibles el mayor tiempo posible. Y esa es nuestra labor; darle disponibilidad a Juan Carlos, al míster, para que pueda contar con todos los jugadores en el mayor número de partidos, para que así la plantilla responda al más alto rendimiento posible.
  • ¿Eres el único fisioterapeuta del club?
  • Ahora mismo tenemos otros dos fisios chipriotas y un masajista rumano. Así que digamos que en la labor de trabajo manual, de camilla, somos cuatro, que nos coordinamos con el resto del staff médico. Al frente está el médico y actualmente somos tres fisioterapeutas y un masajista.
  • ¿Y de qué parte concreta del trabajo te encargas tú?
  • La función principal que me han asignado es un poco como cabeza representativa de los fisioterapeutas, lo que se llama head physiotherapist. De esta manera, ya no es sólo el trabajo diario, manual, trabajar con los jugadores,tratamientos, diagnóstico, evaluación..., al final es tener una figura que pueda estar en contacto con el staff y con el director médico. Es un trabajo más de gestión. A día de hoy en los clubes de fútbol es muy importante tener una buena comunicación, que todos los integrantes estén informados de todo, que se puedan tener ciertos niveles en la comunicación para que no se pierda nada y esté todo claro. Es importante gestionar bien el departamento médico, junto con el staff técnico y la parte de la preparación física.

  • En 2023 llegaste a trabajar durante unos meses en el fútbol de Bangladesh. ¿Era sólo un trabajo temporal? ¿La adaptación allí resultaba difícil?
  • La verdad es que fue una experiencia totalmente inesperada. Nunca pensé que así, de primeras, me llegase la oportunidad de trabajar con una selección nacional y de trabajar para un país. Vino todo de la mano de un entrenador español, que contaba con un amigo mío con el que yo ya había trabajado en el Arosa cuando él estaba como entrenador de porteros. Buscaban un fisioterapeuta para un torneo y fue una experiencia curiosa, sobre todo por el choque cultural. A nivel de recursos resultó bastante complicado adaptarse, al ser un único fisioterapeuta para toda una selección. Los jugadores vienen de sus clubes y de repente tú te plantas ante 26 jugadores en la primera convocatoria, con partidos por delante, y tienes que gestionar todo eso tú solo... Los recursos humanos eran muy justos: un seleccionador, un segundo, un entrenador de porteros y yo. Pero la experiencia resultó increíble, a nivel cultural, de adaptación a otra forma de trabajar, de llegar a una selección, con su foco mediático. Fue muy interesante.

David Dobarro durante su etapa en Bangladesh

  • ¿Y tuviste la tentación de permanecer en la selección de Bangladesh?
  • Tuve la opción de ir a una preeliminatoria, que nos llevó hasta Maldivas. ¿Quién me iba a decir que tendría la oportunidad de ir, con el fútbol, a un lugar como las Islas Maldivas? Allí disputamos el partido de una previa de clasificación. Y sí que se había comentado la opción de continuar. En Bangladesh la figura de un fisio europeo es muy diferente a lo que ellos están acostumbrados; todos valoraron la manera más profesional de trabajar y se podía estudiar la oportunidad de repetir con la selección del país, pero las concentraciones allí eran más largas y no encajaban con el calendario que yo tenía en ese momento en Croacia. Es cierto que mi club (el NK Istra) me dio la facilidad para poder disfrutar de esas dos experiencias, pero ya no tuve posibilidad de continuar.
  • Como comentas, en ese momento estabas en el NK Istra, de Croacia, club bajo control accionarial del Alavés. ¿Qué destacas de esa etapa?
  • En efecto, el club sigue estando bajo gestión administrativa y legal del Alavés, si bien la gestión deportiva la lleva más la parte croata; el director deportivo es de Croacia. En su momento hubo un entrenador español, y es lo que decía antes, tener un staff técnico español siempre facilita todo. Era mi primera experiencia en el extranjero, y también con un club profesional, en Primera División, y la adaptación fue muy buena. Ese trabajo me dio pie a seguir creciendo, a seguir aprendiendo y ya a meter un poco la cabeza en el fútbol profesional.

  • A pesar de tu juventud, ¿te planteas regresar a tus inicios como profesional y formar parte en el futuro de clubes gallegos como los que figuran en tu curriculum (RC Celta, Coruxo y Arosa)? ¿Cómo ves tu futuro a corto y medio plazo?
  • La verdad es que ahora mismo, de primeras y en un corto plazo, no lo valoro. Estoy disfrutando mucho poder vivir estas experiencias en otros países, otras culturas y otras ligas, y me gustaría seguir progresando y aumentando el nivel de competición. Claro que nunca sabes quien puede llamar a la puerta. Un Segunda División en España o alguna opción que pueda aparecer en Primera no se presenta todos los días... Aunque nunca sabes si puede ser una oferta llamativa. Pero a nivel profesional poder entrar en esas ligas sería espectacular, si bien no es algo que tenga ya en mi cabeza querer encontrar algo para volver inmediatamente a España. Ahora mismo estoy en Chipre, en un club que está creciendo con muy buena perspectiva, y estoy abierto a continuar aquí o a otras alternativas en el extranjero.
  • ¿Cómo fueron tus inicios como fisio deportivo? ¿Todo comenzó en el Coruxo? ¿Rafa Sáez fue muy importante en tu carrera?
  • La primera experiencia que tuve en el fútbol como fisioterapueta fue en el Coruxo, haciendo unas prácticas en verano mientras cursaba la carrera. Yo había jugado en el Coruxo y había gente allí que me facilitó esa experiencia inicial. Después, mediante las prácticas de mi máster, tuve la oportunidad de trabajar en el Celta B, y estar en el filial de un club profesional te permite apreciar las diferencias que existen a nivel de recursos y de estructura. Y ya como fisioterapeuta, nada más acabar la carrera y gracias a Rafa Sáez, que me conocía del Coruxo de aquellas prácticas que había hecho e incluso de cuando había jugado, pude comenzar mi labor de fisioterapeuta en el Arosa, en donde continué durante tres temporadas.

  • Ya sois un considerable grupo de fisioterapeutas gallegos ejerciendo fuera de España. ¿En vuestra profesión es muy difícil poder asentarse en las ligas y clubes de nuestro país?
  • Lo que voy viendo más es que en España los servicios médicos llevan mucho tiempo establecidos y son bastante cerrados. Hay gente que lleva en los clubes 8 años, 10 años y más... Sin ir más lejos, en el Celta de Vigo llevan trabajando muchos años, probablemente con una idea de establecerse ahí. En el fútbol extranjero, sin embargo, la facilidad está en que hay mucho más movimiento. Hay profesionales que regresan a España, otros se adaptan a un staff y se van moviendo con él, por lo que siempre van apareciendo huecos y oportunidades en distintos clubes. Y eso no pasa tanto en clubes españoles de Primera División o de Segunda, con staffs médicos formados, asentados, que rara vez involucran a un nuevo fisioterapeuta, y que cuando lo hacen los suben de equipos filiales o de la cantera para promocionar a esos chicos que llevan años trabajando en el club y les dan la oportunidad del primer equipo. Sin embargo, en el extranjero a veces buscan la figura del fisio español y que tenga buen conocimiento.
  • Cuéntanos sobre tu etapa de jugador del Coruxo. ¿Llegaste el primer equipo?
  • Estuve en categorías inferiores hasta juvenil de segundo año, y llegué a entrenar varias veces con el primer equipo, en Segunda B. Coincidí con Rafa Sáez, que ya lo conocía como jugador. Después de juvenil de segundo año me fui a estudiar fuera (Universidad de León) y estuve en el juvenil de la Ponferradina, en mi última experiencia como jugador de fútbol. Luego ya me centré en la carrera; no tenía grandes expectativas de progresar como jugador y como siempre quise asociarme a este mundo del fútbol, mi salida fue a través de la Fisioterapia. Siempre tuve claro que quería buscar algo asociado al fútbol y poder pertenecer a este mundillo y disfrutar de ello.
  • Por curiosidad, ¿en qué posición jugabas?
  • Era lateral izquierdo. Soy zurdo, y eso siempre facilita un poco el camino (risas).
  • ¿Sigues muy de cerca la actualidad del Celta y del fútbol gallego en general?
  • Sí, la sigo. No soy un gran fan, la verdad, pero sí que me gusta seguir al equipo de mi ciudad y sobre todo a gente conocida que continúa en el equipo. Siempre veo sus resultados, cómo están progresando. Tengo muy buena relación con el segundo entrenador de Claudio Giráldez, Rober Fernández, porque fue jugador mío en el Arosa tres años, y me gusta seguir qué tal lo va haciendo.
  • ¿El calendario de competición de tu club actual te permite regresar de vez en cuando a Galicia?
  • En medio de la temporada es complicado regresar. Esta semana hemos tenido un parón de selecciones, y ha habido unos cuantos días libres, pero justamente tenemos un jugador lesionado, y como fisioterapeuta estás supeditado a si hay lesiones o no. Hasta el último día, por mucho que tengas planificado, nunca sabes qué puede ocurrir y si tienes que trabajar. Es la pega que tiene este trabajo. Es bastante difícil de controlar y más en mi posición como fisioterapeuta, trabajando con lesionados. Las lesiones pueden aparecer hasta en el último entrenamiento antes de los días libres... Todo esto complica poder volver a casa.
  • ¿En verano sí que lo consigues?
  • En verano sí. Bueno, hace dos años estuve con la selección de Bangladesh y ya no puede venir. Y a nivel personal, mi novia es de Croacia, la conocí cuando estuve en la liga de ese país, y tener estas experiencias internacionales incluso en mi relación personal, complica un poco disponer de tiempo para volver a casa. Ahora en Navidad, con el parón, sí que iré a Vigo.
  • En tu vida has cambiado por completo el Atlántico por Mediterráneo...
  • Sí, sí, totalmente (risas).
  • ¿Y en calidad de vida, a qué nivel está Pafos?
  • El tiempo es una maravilla; ahora mismo estoy en la terraza en manga corta y pantalón corto (a finales de noviembre). La vida es muy tranquila; estilo isleño. Todo está muy cerca y muy a mano. La verdad es que aquí se vive muy bien y muy tranquilo. En verano sí que se sufre un poco por el fuerte calor, pero el día a día es muy relajado y te puedes enfocar en tu carrera, en el fútbol, en el equipo, que demanda bastante tiempo, pero después en el tiempo libre también puedes disfrutar muchísimo. Yo estoy muy contento de encontrarme aquí, con el mar enfrente, dando un paseo en noviembre en manga corta...
  • ¿Tienes algún rincón especial o preferido en la isla?
  • En la zona más este de la isla, hay una zona de playas impresionante que se llama Ayia Napa, si bien en verano está muy masificada. Sus playas son increíbles, con zonas de hoteles muy buenas. Hay distintas ciudades que te ofrecen de todo, y como cruzas la isla en coche en dos horas, tienes todo a tu disposición para poder elegir una escapada. Eso te permite salir de Pafos y visitar Limassol, Lárnaca... comer fuera y desconectar un poco de la ciudad en sí. Y sin viajar, en los alrededores de Pafos hay playas y chiringuitos que también te dan para desconectar, disfrutal del sol y de la playa, y estar tranquilo.
  • Además, estas experiencias en el fútbol internacional enriquecen tu especialización y también te abren puertas por el perfeccionamiento del idioma inglés.
  • Sí, de hecho muchas veces cuando te llega una oferta o cuando te dicen que algún club está buscando fisio, una de las condiciones es saber inglés. Yo por suerte ya tenía bastante buen nivel antes de ir a Croacia. Y como digo, una de las condiciones que ponen cuando buscan un perfil es que el candidato hable inglés. Porque es un trabajo en el que vas a tener que comunicarte con 30 personas, entre jugadores, staff deportivo y staff médico, y hay que hacerlo constantemente en tu día a día. No pueden dar la oportunidad a que llegues y aprendas. El idioma inglés es una condición. Y otro requisito es que ya tengas una cierta experiencia en el extranjero, porque así ya sabes lo que es adaptarte a un nuevo club, a una nueva ciudad, a un país y a una plantilla en la que puede haber jugadores de diferentes países. Y sí, esto te va ayudando a adaptarte, a conocer y a poder desempeñar un trabajo que como digo es muy de relaciones personales dentro del vestuario y dentro de la estructura del club. De ahí que el idioma sea tan importante y que valoren tanto la manera que tienes de desenvolverte.
  • En la plantilla del Pafos FC contáis con un español y con tres argentinos. ¿Cómo están viviendo esta experiencia en Chipre?
  • Tenemos al gallego David Goldar. Fue de los primeros en ayudarme en la adaptación. Enseguida me dijo: “¡Hombre, un gallego!” Siempre hay una persona con la que de primeras realizas un contacto más cercano y que te ayuda a incorporarte al equipo. Él además es un jugador muy importante, con mucha responsabilidad, tercer capitán, y ya de entrada tener el contacto directo con un gallego, que además tiene cierto peso en el vestuario y que te muestra su confianza, eso le abre los ojos al resto de los jugadores de que pueden confiar en ti y de que vas a tener un buen comienzo. Y en efecto, también contamos con tres argentinos. Ya sólo con el idioma entablas una relación personal más cercana, siempre recurren a ti por si no saben comunicarse con el otro fisio o con el médico, y en cierto modo eres un poco la referencia para ellos y eso genera más confianza. De hecho, aquí ponemos el idioma como cierta prioridad a la hora de que un fisio tenga más contacto que otro en los tratamientos con los jugadores.
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