Europa
ALBA RODRÍGUEZ NÓVOA - SUIZA
Graduada en Turismo, ex azafata en Vueling y cuidadora infantil en la Guardería Española de Basilea
“En Suiza la educación infantil es obligatoria de los 4 a 6 años y la ratio de alumnos por aula es de 20, cinco menos que en España”
Texto: Javier de Francisco ©
Hace tres años, en 2021, la ourensana Alba Rodríguez Nóvoa cambió la vida profesional de aeropuertos y cabina de avión por un ritmo mucho más pausado como cuidadora infantil en Suiza. Como graduada en Turismo -se formó en la Universidad de Vigo- su carrera parecía encauzada hacia el sector turístico, después de un trabajo inicial de siete meses en Paradores de Turismo y de una etapa de tres años como azafata (tripulación de cabina) en la aerolínea Vueling. Sin embargo, descubrió que su vocación estaba en la enseñanza: “Antes de mudarme (a Suiza) hice una entrevista para un DayCare y gracias a ese trabajo supe que quería empezar a estudiar, porque realmente había encontrado lo que me gustaba”, recuerda. Ejerció un año como ciudadora infantil en Zurich y ahora está a punto de cumplir dos como asistente de apoyo en la Guardería Infantil Española de Basilea, a la vez que cursa a distancia en España -en la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR- el Grado en Educación Infantil. Del cambio tan radical de sector asegura que “aunque son dos mundos completamente distintos y ser azafata también me gustaba mucho, estoy contenta con el cambio”.
En cuanto al sistema educativo suizo, Alba Rodríguez relata que hay muchas similitudes con el de España, si bien en el país helvético la educación infantil es obligatoria de los 4 a los 6 años, y la ratio por aula es de sólo 20 alumnos. También explica las facilidades existentes en el cantón alemán para la conciliación familiar, con el papel de las “Kitas’’, en las que los alumnos pueden asistir hasta los 12 años, y con los “Tagesstruktur”, en los que muchos colegios ofrecen servicio de comedor, de ayuda con los deberes y de actividades.
Has cursado el grado de Turismo que imparte la Universidad de Vigo, aunque ahora estás enfocando tu carrera profesional hacia la Enseñanza. ¿El sector educativo conecta mejor con tu perfil?
Sí, definitivamente. Estudié Turismo un poco sin saber qué es lo que quería hacer realmente, pero con el tiempo me iba enfocando más en la educación. Aunque el sector del turismo es muy grande, no me veía más allá de la recepción de un hotel, lo cual no encajaba completamente con mis aspiraciones a largo plazo. Para mí no son años perdidos, sino de mucho aprendizaje que gracias a ello poco a poco me fui dando cuenta que realmente quería dedicarme a la enseñanza. Y gracias a que me vine a Suiza empecé este nuevo camino.
¿Ha sido un salto y un cambio muy grande pasar de trabajar en Paradores de Turismo, en Santiago de Compostela, y en Vueling, en Barcelona, a residir primero en Zúrich y ahora en Basilea para dedicarte al cuidado infantil?
Sí, ha sido un cambio muy grande, tanto en lo profesional como en lo personal. Venía de un entorno laboral muy dinámico, trabajando en Paradores y luego en Vueling en Barcelona, donde los horarios eran irregulares, me encontraba constantemente en movimiento y era difícil estar en casa en momentos importantes o tener fines de semana libres. Pasar de esa vida a una rutina más estable y tranquila en Suiza dedicándome al cuidado infantil, fue un gran contraste. Ahora disfruto de un horario más regular, trabajando de lunes a viernes, lo que me ha permitido tener más estabilidad y un mejor equilibrio entre mi vida personal y laboral. Aunque son dos mundos completamente distintos y ser azafata también me gustaba mucho. Estoy contenta con el cambio.
¿Cómo resultó tu experiencia formando parte de la tripulación de cabina de Vueling durante tres años? ¿Has visitado muchos países en esa etapa?
Fue una experiencia increíble. Aunque a muchas personas este mundo les parece caótico y poco estable, para mí esos tres años fueron de gran aprendizaje. Me permitió desarrollar nuevas habilidades, adaptarme a diferentes situaciones y conocer muchos destinos que nunca imaginé visitar. Viajar constantemente me dio una perspectiva muy enriquecedora, tanto a nivel personal como profesional. Pero he de decir que los vuelos de corta y media distancia no siempre te permiten visitar muchos sitios. Al final puedes llegar a pasar 12 horas en un avión y no has salido de él durante esas horas y has estado en 3 países diferentes.
¿Por qué has elegido Suiza para ejercer tu profesión como graduada en Educación Infantil?
Suiza no entraba en mis planes, pero por motivos personales tomé la decisión de mudarme. Al principio, la opción más sencilla para encontrar trabajo era como Aupair, ya que podía trabajar solo en inglés o con suerte, encontrar una familia que hablara español. Antes de mudarme hice una entrevista para un DayCare y gracias a ese trabajo supe que quería empezar a estudiar, porque realmente había encontrado lo que me gustaba.
Llevas ya casi dos años en la Guardería Infantil Española de Basilea, tras un primer año en Zúrich como cuidadora infantil. ¿Hay mucha similitud entre ambas etapas y trabajos?
Aunque en ambos lugares trabajé con niños de edades similares, de entre 4 meses y 2,5 años, la experiencia ha sido bastante diferente. En Zúrich, sin formación previa en educación, mi rol se centraba más en el cuidado y la atención básica de los niños. Ahora en Basilea, en cambio, tengo la oportunidad de aplicar los conocimientos que estoy adquiriendo en la carrera, lo que enriquece mucho más mi trabajo. Comparándolo con España, sería una escuela infantil. Actualmente estoy como asistente de educadora, por lo que ejerzo de apoyo a las educadoras a cargo del grupo.
¿Estás especializada en el cuidado de niños con dificultades de aprendizaje? ¿En qué consiste tu trabajo en la Guardería Infantil Española?
No, actualmente no estoy especializada, ya que estoy cursando mi tercer año de carrera. Sin embargo, es un área en la que me gustaría enfocarme en el futuro. Considero que es fundamental que los profesionales de la educación tengan formación en este ámbito, para poder ofrecer a cada niño el apoyo específico que necesita. Mi trabajo en la actualidad consiste principalmente en cuidar y acompañar a los niños en su desarrollo, aplicando los conocimientos que estoy adquiriendo durante mis estudios.
¿La mayoría de los alumnos son de origen español? ¿Hay también niños de familias suizas?
Sí, se podría decir que la mayoría de las familias en la guardería son de origen español. Sin embargo, hay gran diversidad. Tenemos muchas familias suizo-españolas, así como también familias completamente suizas. Además, hay niños de familias que tienen algún vínculo con España, lo que enriquece el ambiente multicultural de la guardería. Esta diversidad nos da la oportunidad de aprender y compartir diferentes tradiciones y perspectivas, lo cual es muy enriquecedor tanto para los niños como para todo el equipo.
¿El modelo suizo de educación infantil es muy diferente al español?
Se podría decir que es un sistema similar al que hay en España, pero entre alguna de las diferencias está que en Suiza la educación infantil es obligatoria de los 4 a 6 años, a diferencia de España que la educación infantil no es obligatoria. Además la ratio de alumnos por aula es de 20 mientras que en España es de 25. A nivel pedagógico las metodologías que se utilizan en Suiza son similares a las de España.
Es llamativo que, por ejemplo, la guardería en la que trabajas actualmente ofrezca un servicio de comedor y de actividades para niños de 6 a 12 años. ¿En España podría tener buena acogida algo similar, ahora que tanto se habla de la conciliación familiar?
Bajo mi punto de vista en Suiza existe una buena oferta para poder llevar a cabo la buena conciliación familiar. Además de las ‘’Kitas’’, en las que pueden venir hasta los 12 años, algunos colegios también tienen un servicio que son las ‘’Tagesstruktur’. En estos centros ofrecen servicio de comedor, ayudan con los deberes y hacen actividades. El servicio ofrecido es como la guardería, pero no hay tantas plazas, y cada vez lo necesitan más niños, ya que ambos padres trabajan. En España no existe un concepto como tal, pero creo que cada vez más los colegios ofrecen servicios para ayudar a las familias, como por ejemplo ‘’Madrugadores’’, donde los padres pueden llevar a sus hijos al colegio más temprano. Es por ello que creo que en ambos países se dan opciones interesantes, aunque siempre existe margen de mejora.
Ya en el ámbito personal, ¿ves esta etapa en Suiza como definitiva o tu deseo es poder dedicarte a la enseñanza en Galicia?
No creo que Suiza sea definitiva. Como comenté, nunca me había planteado el salir de España, y está siendo una gran aventura tanto a nivel personal como profesional. Me siento muy afortunada por estar viviendo esta experiencia, pero creo que tendrá una fecha límite. Mi deseo sería poder ejercer en Galicia, pero la verdad es que la situación laboral en España de momento es complicada.
¿Te resultó fácil la adaptación? ¿Es un país que atrae?
No me resultó fácil adaptarme. Aunque Suiza atrae a mucha gente por su estabilidad económica, siempre he creído que no todo en la vida se reduce al dinero. Mi mudanza no fue impulsada por razones económicas, sino porque mi pareja vivía en Suiza. Como en todos los lugares, siempre hay cosas positivas y negativas, pero la verdad es que es un país con una gran calidad de vida y que me ha dado la oportunidad de poder trabajar y estudiar de una forma muy sencilla. Como punto negativo destacaría que la vida social es muy diferente a como se vive en Galicia.
Estás en un cantón alemán. ¿El idioma ha sido la principal barrera?
Sin lugar a dudas. Aunque con el inglés es una gran ventaja, aquí es prácticamente imprescindible tener unas nociones de alemán, no solo por el tema laboral sino también para adaptarte de una forma más orgánica al país. Es cierto que, si trabajas para alguna multinacional, el inglés es suficiente, pero en empresas más pequeñas el alemán es un requisito. Muchas te contratan con inglés, pero la propia empresa te paga un curso de alemán. O por ejemplo, en Basel cuando llegas te dan un bono de bienvenida para hacer un curso de alemán. En mi caso, aunque la guardería en la que trabajo se hable español, es cierto que una vez finalizados mis estudios tengo que entregar el certificado de B2 de alemán para poder convalidar mi titulación.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo de ocio en Basilea? ¿Y en los fines de semana y vacaciones?
Estoy pasando por una época en la que estoy menos activa. Cuando trabajaba en Vueling no paraba ni un minuto por casa, siempre estaba cogiendo un avión. Y ahora en Suiza me pasa todo lo contrario, quien me lo diría... Pero desde que llegué empecé en un equipo de sincronizada para adultos en Zúrich, y ahora en Basel empecé a jugar al fútbol, que nunca me imaginé que yo jugaría a este deporte, pero hay que reinventarse. En vacaciones normalmente me voy a casa; la morriña está presente siempre. Pero aprovechando la situación geográfica del país también hago pequeñas escapadas a ciudades cercanas y algunas rutas de senderismo por las montañas suizas. Además, aquí también se aprovecha el invierno para ir a esquiar, algo que no se me da muy bien pero que nunca había hecho antes.
¿De qué zona de Galicia eres? ¿Regresas con frecuencia?
Soy ourensana de pies a cabeza. Como comenté, siempre me gusta volver a mi casa de Ourense. Al final poder disfrutar de mi familia y de mis amigos es algo que valoro mucho y es quizás de las cosas más duras de vivir lejos. Por suerte mucha gente también me ha venido a visitar a Suiza que es algo que siempre te da un extra de felicidad y hace que la morriña sea más llevadera.