Artículos de opinión
Dos velocidades de aprovechamiento forestal en Galicia
Por Manuel J. Martínez Rapela
Mis derroteros profesionales no fueron por la disciplina que hoy abordo, pero me atrevo con ella después de participar, con expertos, en la confección de uno de los trabajos que realizó el `Foro Liceo´ sobre los bosques y la silvicultura, y cuyos datos llamaron poderosamente mi atención.
Iré dando parte de estos datos, extraídos de estadísticas oficiales y declaraciones de profesionales y autoridades, empezando de la mayor a la menor, es decir, de abordar el sector en España, siguiendo por Galicia y terminando en el lugar al que quiero llegar: la provincia de Ourense.
Por delante digamos que en el mundo hay más demanda de madera que oferta. Y vamos a hablar de árboles, es decir, de madera.
En España hay 18 millones de hectáreas de bosque; es el segundo país después de Suecia. El 54% de la superficie es bosque. Hace 20 años solamente era el 27%. Hubo muchas plantaciones pero también mucho abandono de otros aprovechamientos. Por esa misma razón en Europa la superficie forestal crece 400.000 hectáreas al año.
Galicia es la novena región forestal europea y en ella se corta el 50% de la madera española. De ella, el 35% se produce en A Coruña, el 30% en Lugo, el 19% en Pontevedra y 16% en Ourense.
Tenemos en nuestra región 1,5 millones de hectáreas arboladas, 413.000 de plantación de eucalipto, 429.000 de coníferas (pinos, abetos, cedros, especialmente los primeros) y 635.000 de frondosas (robles, castaños, hayas...).
El 25% de la absorción de CO2 de los bosques españoles la producen los nuestros.
Galicia factura unos 2.400 millones € al año en los diversos aprovechamientos de la madera que corta. De las talas de madera se producen el 45% en A Coruña, el 37% en Lugo, el 14% en Pontevedra y solamente un 4% Ourense. En A Coruña el 60% se lo lleva el eucalipto y en Lugo el 50% el pino. En precios, la tonelada de pino se paga a unos 70 € y el eucalipto sobre 30 €.
La cadena de madera supone en Galicia el 1,8% del PIB y el 2,1% del empleo.
Galicia exporta un millón de toneladas de madera al año, en bruto. Un tercio de España y un 27% de la pasta de papel de la que exporta España. Y nuestro país es deficitario, hasta el punto de que importa tanta como exporta.
Sólo a Portugal exporta Galicia 1,5 millones de metros cúbicos al año, a un precio medio de 35 € el metro cúbico.
El tan denostado eucalipto produce un buen rendimiento por su rápido crecimiento (de uno a cuatro metros al año). La superficie plantada en Galicia sólo ha crecido un 1% en los últimos años y la de pino un 1,5%.
Ourense tiene 322.000 hectáreas de terreno boscoso sin aprovechar, a matorral, de los 600.000 existentes en Galicia. De las 724.000 hectáreas que conforman la superficie ourensana, 528.000 son forestales y de ellas el 61% están sin aprovechar.
De su madera, Ourense obtiene unos 110 millones anuales (el 5 % escaso de Galicia).
El coste de las plantaciones es de unos 3.000 €/ha y su mantenimiento en los primeros 10 años de unos 1. 000 €/ha.
Aunque hemos mencionado las dos plantaciones más abundantes del mercado, no podemos olvidar otras especies rentables, algunas más que el aprovechamiento de la madera. El olivo, el castaño, compaginando con todo lo que lleva consigo la silvicultura como frutos secos, frutos del bosque, setas, resina, etcétera.
Según estos datos, plantar unas 200.000 hectáreas de las tierras sin provecho en Ourense costaría unos 600 millones de euros.
Pero en Galicia el 90% de la superficie forestal es privada, de unos 700.000 propietarios. Aprovechar lo no aprovechado exigiría una legislación y un ímpetu público que lo permitiera sin quitar la propiedad, con participación en los rendimientos. Otro procedimiento es difícil de ver.
Soy consciente de que una ensalada de números como está siendo este artículo no es muy agradable para leer; pero me parece que es la única manera de establecer la comparación que demuestre cómo nuestras provincias hermanas, y toda España, están sacando un rendimiento a su territorio que no lo está haciendo la provincia de Ourense.
Ourense necesita impulsar el aprovechamiento de sus tierras en baldío compaginando silvicultura con agricultura, para crear riqueza que añadir a su poca contribución al PIB gallego, para crear puestos de trabajo, para fijar población y hasta para que los graduados que salen de nuestro Campus en las ramas correspondientes se queden aquí. Y no olvidemos lo que contribuiría a evitar los incendios forestales que nos abruman cada año (2024 fue bueno), con lo que cuestan, con la desertización que producen y con los gases que arrojan a la atmósfera.
Y hablando de éstos últimos, también podríamos añadir a las ventajas económicas del cultivo del bosque el bono de CO2 que se podría ingresar, hoy bastante bien pagado. Unos 2.500 árboles (según la especie) absorben unas 200 toneladas de CO2 al año. Una tonelada supone un crédito y los créditos se venden.
Miremos hacia nuestras tierras baldías y aprovechémoslas.